La vocalista argentina María Cangiano, quien con su reciente disco Pandemonium plasma una arriesgada y audaz visita a parte de la obra cantada de Astor Piazzolla, considera que el artista que cumpliría 100 años este jueves “abre esa puerta a la liberación artística con su propio ejemplo”.
“Tenemos que hacer honor a este comportamiento, siendo nosotros mismos en nuestras versiones, que es algo que pocos se atreven a hacer pero que Piazzolla sí hizo y que al hacerlo asumió la universalidad de su mensaje”, subrayó Cangiano durante una entrevista con Télam.
Con más de dos décadas de trayectoria, la cantante se inició en la lírica en Nueva York como mezzosoprano e hizo entrenamiento actoral para luego, también en esa ciudad estadounidense, lanzarse a la música popular interpretando tangos clásicos y contemporáneos, y fusionando lo latinoamericano y el jazz.
De regreso a la Argentina profundizó su entrenamiento vocal y dirigió un Máster en Estudios Vocales en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, antes de volver a viajar para afincarse en Madrid, donde reside actualmente.
En ese camino viajero publicó los álbumes Baladas para mi vida y muerte: tributo a Piazzolla, Corazón de mujer ambos en plataformas, Renaceré: Piazzolla x Cangiano y Pandemonium, este último realizado desde España.
En la placa con arreglos de Miguel Pereiro y Pablo Suárez, hay siete obras de la indómita dupla Piazzolla-Ferrer: “El gordo triste”, “Balada para un loco”, “La última grela”, “Suoneranno le sei”, “Vamos Nina”, “Las ciudades” y “Preludio para el año 3001”, este último con la participación en batería de Daniel “Pipi” Piazzolla.
El repertorio piazzolliano de Pandemonium se completa con “Los pájaros perdidos” (Mario Trejo), “I‘ve seen that face before” (Grace Jones) y “Adiós Nonino” (Eladia Blázquez).
Según contó la artista a la citada agencia, Pandemonium nació en el contexto de confinamiento. “Pensaba hacer un nuevo trabajo para celebrar los 100 años del nacimiento de Astor, pero la pandemia fue la que definió su impronta y por ello es más íntimo, solo piano y voz en algunos temas y en otros los arreglos electrónicos, ya que esa instrumentalización se hacía más viable en el aislamiento”, apuntó. Y continuó: “Fue en ese contexto donde el mensaje de los temas que grabé tomó otra dimensión ya que hablaban de la soledad, la tristeza, la nostalgia y también de la necesidad de celebrar la vida ya que es infinita más allá de las circunstancias”.
“Las letras de Ferrer y las melodías de Astor presentan muchos desafíos al intérprete vocal”, confesó Cangiano. “La poética de Ferrer no es nada fácil de transmitir, por la realidad surrealista a la que alude y por otro lado, las melodías en las que se transmiten esas palabras tampoco son tarea fácil de cantar. La voz tiene que transitar un registro bastante amplio entre partes graves y más agudas y el texto tiene que sostener su mensaje. Hay mucho de teatral en las canciones y en ese sentido me siento muy identificada con ellas, será porque vengo de la lírica y tengo formación teatral”, dijo al tiempo que confesó que lo más desafiante del abordaje fue trabajar la voz en varios niveles. “Eso fue algo que empecé a hacer en mi disco anterior y que tiene que ver con mi sello como cantante. Me estoy refiriendo a combinar elementos de la voz lírica, la palabra hablada y el canto popular. Así nació esta versión de «Balada para un loco» (loca en este caso) con un trabajo de la voz en el registro agudo, para expresar la locura o la alegría del amor en un trabajo para el que me inspiré en las versiones de The Beatles que hizo la cantante lírica armenia Cathy Barberian, esposa de Luciano Berio, donde canta «She got a ticket to ride» con aires barrocos. En nuestro país se separa el canto lírico del popular y quiero romper con esta dicotomía, porque el canto lírico es también una forma popular y la voz tiene muchas dimensiones que deben ser exploradas”, aseguró la artista.
“Creo que la libertad de mis versiones es la misma que Astor y Ferrer sintieron al crear libremente”, analizó Cangiano. “En ese sentido creo que no hay que ser puristas en los procesos creativos y poder convertirnos en canales expresivos de algo único porque, como dijo (la bailarina y coreógrafa) Martha Graham, si no lo hacemos perdemos la oportunidad de nuestra eterna existencia”, agregó.
Para concluir la vocalista contó que aún no pudo abordar este repertorio en vivo, pero tiene planes de hacerlo en Madrid con la modalidad de streaming. “El espectáculo se llamará «Piazzolla sin fin» ya que no es sólo Pandemonium sino un repaso a mi incursión de más de 10 años como intérprete de este repertorio. Además, tengo pensado llevar el disco a Portugal, Finlandia, Polonia, Rusia y Hungría y espero también ir a China como tenía planeado antes de que apareciera el coronavirus”, concluyó.