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La obra social Delta Salud le niega su medicación y está en riesgo de vida

Roque Lugo es insulinodependiente y se encadenó esta mañana en su silla de ruedas a la puerta de la prestadora de Mendoza al 1500 para exigir que le entreguen su medicación para hacerse diálisis

Roque Lugo es insulinodependiente. Hace tres años tuvo un accidente y perdió la visión. Necesita ser dializado y no le quedó otra alternativa que encadenarse en su silla de ruedas en la puerta de la obra social Delta Salud. El hombre denuncia abandono de persona porque desde diciembre –un mes después de que la obra social cambiara de  dueño– no le entregan la medicación y su vida está en riesgo.

“Somos un grupo de damnificados de Delta Salud S.A que no tiene nada que ver con el sanatorio Delta. Desde fin del año pasado fuimos abandonados todos los enfermos crónicos. Los que tienen cáncer, los que tienen que hacerse diálisis, los renales y los que tienen cardiopatías, entre otras. Dejamos de recibir la medicación y la atención”, lamentó el hombre.

Lugo contó que está vivo gracias a una mujer que vive en la localidad de Andino le donó unas cajas de insulina. “Si fuera por Delta Salud estaría muerto por falta de atención y abandono de persona. Defiendo mi vida y los otros asociados que están siendo estafados por esta prestadora”, expresó.

El hombre explicó que ya elevaron notas de reclamo a la obra social, cartas documento y terminaron en la Justicia Federal con un amparo. “La justicia dictaminó a nuestro favor. Dictaminó una cautelar e hicieron caso omiso. Se los volvió a intimar y estamos igual. No cumplen nada. Me están dejando morir”.

Lugo es discapacitado y las leyes lo amparan, pero la obra social que tiene desde hace 20 años, no cumple. “No me dan el medicamento carbonato de sevelamer que es para hacerme diálisis. Cuesta unos 40 mil pesos. Es imposible que la pueda comprar», explicó.

Según detalló el hombre, desde Delta Salud argumentaron que vendieron la obra social a Fernando Riccomi, un empresario rosarino titular del Grupo Medycin, y que no se van a hacer responsables de los enfermos. “Nos quieren echar, nos hacen distintas propuestas para que nos vayamos de Delta Salud y no cubrirnos con los gastos”.

El hombre, entre lágrimas, repetía: “No me quiero morir. Quieren que los que les ocasionamos gastos desaparezcamos y los que están sanos sigan pagando”, concluyó.

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