Según denuncian los usuarios habituales y hasta los propios choferes de la empresa interurbana Monticas, tomar algunos de sus colectivos y llegar a destino sigue siendo toda una odisea. Las quejas, que no paran de incrementarse, son por el mal estado en que se encuentran las unidades, con falta de mantenimiento, aire acondicionado que no está en funcionamiento y problemas de higiene. A ello se agregan, para peor, reiteradas roturas en ruta, que obligan al pasaje a trasbordos. La firma ya fue denunciada por legisladores provinciales e incluso el gobierno santafesino amagó tiempo atrás con la posibilidad de buscar prestadores alternativos, aunque por ahora eso no parece cercano.
Según pudo constatar este medio, en las últimas semanas se dieron distintas situaciones con pasajeros que terminaron siendo “rehenes” del cuestionado servicio hacia el oeste.
Una ocurrió ocho días atrás (el sábado que dio inicio al fin de semana largo de Carnaval) con una unidad que salió de Rosario a las 11 de la mañana y desembarcó en Venado Tuerto recién a las cinco y media de la tarde, duplicando el tiempo previsto de viaje.
Según contó Melina J., una de las pasajeras, ya desde la ciudad el ómnibus partió con algunos inconvenientes en la caja de cambios. “Se notaba que no entraban bien. Y con esa dificultad llegamos hasta cerca de Casilda. Incluso, un chico que venía viajando tuvo que levantarse y ayudar al chofer para que pueda entrar a esa ciudad. Fue un peligro”, describió la joven.
En Casilda la mayoría de los pasajeros debió esperar una hora y media, lapso en que la firma demoró en enviar otro coche. Igual, los problemas no terminaron: la unidad de “rescate” también llegó con problemas en la palanca de cambios y, además, sin aire a acondicionado. A esa hora la sensación térmica superaba los 35 grados.
“De todas formas lo peor fue que cuando pasamos por Firmat vemos un colectivo de Monticas roto, parado al lado de la ruta con gente que había viajado con nosotros hasta Casilda y le dieron prioridad trasladándolos más rápido a otro ómnibus para que siguieran, por tratarse de mujeres mayores con hijos. Es decir, nos encontramos todos de vuelta”, continuó Melina. Así, los pasajeros llegaron a Venado Tuerto a seis horas y media de haber partido de Rosario.
Pero hay más. Quienes continuaron viaje hacia la provincia de Córdoba (el servicio ingresa a esa jurisdicción vía la localidad de Arias, hace escala en La Carlota y culmina en Río Cuarto) tuvieron que hacer otra parada más en el depósito de Monticas en Venado.
“Nos llevaron hasta el galpón para soldar un espejo retrovisor. Tenían el vidrio roto. Yo viajaba hacia Arias y tuvimos que esperar media hora más en ese lugar. La verdad que todo fue de terror”, remató la joven.
Los cuestionamientos a Monticas no son nuevos y la web suele ser un espacio donde los pasajeros cuentan a menudo los inconvenientes que padecen.
En redes sociales puede verse hoy un grave hecho ocurrido también días atrás. Un usuario de un servicio que unía Rosario con Casilda filmó con su celular el momento en que una ventanilla del ómnibus se desprendió y voló en pleno viaje. El hecho podría haber provocado una tragedia.
Hacia dónde va
La empresa, que pertenece al Grupo Flecha Bus, realiza servicios de corta, media y larga distancia desde Rosario hacia el resto del sur de Santa Fe y Córdoba, cubriendo buena parte de las localidades de la ruta nacionales Nº 33 (llegando dentro de la provincia hasta Rufino), 8 y 9 (la línea que une Roldán, Carcaraña, Cañada de Gómez y Las Parejas). La prestación de Monticas en la zona es casi monopólica, y la firma es así la única conexión que tienen muchos pueblos con Rosario. De allí la furia por los abusos.
Quienes deben controlar el cumplimiento y la concesión del servicio, además del estado de las unidades, son la Secretaría de Transporte de la provincia y la Comisión Nacional de Regulación de Transporte.
Inspecciones realizadas en los coches hace algunos meses por este último organismo destacaron todo tipo de faltas y entregaron un informe lapidario. Las fallas incluyeron “el no funcionamiento de tacógrafos; la falta de presentaciones a controles; señales luminosas que no funcionan; baños clausurados o sin agua; vidrios trizados; incumplimiento de servicios diarios; falta de martillos de emergencia; puertas trabadas; neumáticos dañados, lisos o desinflados; carencia de asientos; faltante de matafuegos; verificación técnica vencida o ausencia de cinturones de seguridad”.
En tanto, la delicada situación que genera Monticas provocó la queja de varios intendentes y presidentes comunales y el asunto llegó hace tiempo a la Legislatura provincial.
Según el senador Lisandro Enrico, el mal estado de los ómnibus obedece a que Monticas utiliza unidades viejas que Flecha Bus descartó de otros servicios. “Esto es una clara consecuencia de la concentración del mercado de transporte automotor, donde un grupo empresarial compró todas las empresas”, dijo el año pasado el legislador.
Con todo, la situación también recae sobre los propios choferes. Héctor Michelini, conductor jubilado hace un año de la firma, sostuvo en diálogo con El Ciudadano que la empresa tampoco cumple con el debido descanso de los conductores. “No lo respetan en ningún caso. Muchas veces el chofer termina un viaje y sin dormir vuelve a tomar el volante”, señaló.
Tras eso, también contó que las unidades no cumplen las leyes vigentes en torno a los servicios y comodidades que deben prestarse a discapacitados motrices. “No ha un solo coche que tenga espacio para que ellos suban y se ubiquen”, concluyó.
La voz provincial
El año pasado en el gobierno provincial se había mencionado la posibilidad de buscar prestadores alternativos en caso de que Monticas continuara con los incumplimientos. Sin embargo, el tiempo pasó y la idea de quitarle la concesión ahora parece un poco más lejana. A contramano de lo que expresan los usuarios, según el secretario de Transporte santafesino, Gustavo Peirano, el servicio viene mejorando. “En este último tiempo venían levantando un poco la puntería. Parecía como que la cosa se estaba acomodando. Al menos en lo primero que hay que hacer, que es que los coches salgan y lleguen a destino. Tenemos indicadores que daban que tienen menos colectivos rotos. Pero bueno, ninguna empresa es infalible. Nosotros la seguiremos fiscalizando”, dijo en diálogo con este medio el funcionario.