La ola de calor que se registró a fines de enero y principios de febrero ha tenido su impacto sobre el potencial de rinde de la cosecha gruesa, por lo cual este año caerá la producción de soja y maíz. Se trata de una luz de alerta para el gobierno, que necesitaba de esos dólares para sostener el equilibrio fiscal y la estabilidad cambiaria.
Para ambos cultivos se esperaba una «súper campaña», pero ahora se aguardan muchas menos toneladas a cosechar, de acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). A los cálculos de la entidad rosarina se suman los de IERAL, que estiman un salto de USD 10.000 millones respecto al año pasado, pero que aún se ubica unos USD 12.200 millones por debajo de lo que entró en 2022. La cosecha finalmente no será tan espectacular como se vaticinaba ni dejará tantos dólares
En el caso de la soja, la BCR recordó que entre 2010 y 2020 la Argentina superó la valla de 50 millones de toneladas de producción en siete oportunidades. De 2020 en adelante, este ciclo 2023/24 se presentaba con la oportunidad de superar ese nivel, pero «lamentablemente, en virtud de la condición del cultivo la primera estimación realizada apunta a una cantidad por debajo de lo esperable en las primeras proyecciones, calculándose ahora la posibilidad de obtener 49,5 millones», estimó la Bolsa rosarina.
Y añadió que a partir del 17 de enero «se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario. Además, ocurrió en un momento muy sensible de la soja de primera, que forzó el aborto de chauchas. Si se compara esta estimación con la proyección de principios de enero, el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 millones de toneladas».
«El ambiente de alta productividad en el que se desenvolvía la campaña de soja 2023/24 hasta el 17 de enero hacía posible llegar a los máximos potenciales productivos en Buenos, Aires, Córdoba y Santa Fe. Pero los recortes de febrero son contundentes», advirtió.
En cuanto a la soja de segunda, la situación sigue muy delicada: el golpe de calor ha dejado daños generalizados en la región pampeana, ya que hubo caídas en los rindes potencial del orden del 40% a 60% y numerosas áreas pérdidas que llevan a estimar un área no cosechable de 750.000 hectáreas, detalló el informe.
La ola de calor también revirtió la posibilidad de obtener una «súper campaña» de maíz, recortándose la estimación en 2 millones de toneladas frente a enero.
En este caso, la Bolsa de Rosario vaticinó una caída de 3,4%, frente a la de enero: se prevé una producción de maíz 2023/224 de 57 millones de toneladas. Al igual que en la soja, las expectativas al 17 de enero eran muy distintas; el ambiente de alta producción también hacía pensar en una excelente campaña maicera. lamentó la entidad empresaria.