La escalada de violencia altamente lesiva continúa proyectándose en alza en el departamento Rosario debido a que en sólo 15 días de 2022 ya se cobró diez vidas. Si se compara con el cierre de enero del año pasado, tampoco es alentador: ese mes registró 13 crímenes, pero el análisis anual de 2021 arrojó 241 víctimas fatales, la cifra más alta en siete años y sólo superada en 2014.
La mitad de los crímenes de estas dos primeras semanas de 2022 tuvieron como blanco a chicos menores de 21 años de barrios populares de la ciudad y de Villa Gobernador Gálvez. En ocho de los diez asesinatos se emplearon armas de fuego y de ninguno de los asesinatos se conocen autores individualizados o sospechosos imputados.
Lejos de transformar en un número a cada víctima fatal producto de la violencia que se sufre en el departamento más poblado de la provincia de Santa Fe, este análisis debe dar cuenta de la emergencia en seguridad que atraviesa la región y alentar por nuevas estrategias de prevención de la criminalidad que tienen que implementar todos los niveles del Estado.
Diez homicidios en 15 días
Brian Daniel Oviedo, de 18 años, fue la primera víctima fatal de 2022. Fue visto por última vez a las 5 del domingo 2 de enero cuando se lo llevaron por la fuerza de una fiesta en Villa Gobernador Gálvez. Su cuerpo fue hallado el martes siguiente, 4 de enero, en un camino de tierra paralelo a la autopista Rosario-Buenos Aires, en la localidad de Alvear. Los pesquisas determinaron en un examen preliminar que lo mataron de dos balazos el mismo día que lo secuestraron.
Tras el hallazgo del cuerpo del chico villagalvense, el jueves 6 de enero se cometieron cuatro asesinatos. En la primera hora de ese día, Natalia Andrea Longhi, de 47 años, fue ejecutada por desconocidos que le tocaron la puerta y le dispararon cuando asomó su cara por una ventana en pasaje Franco al 2000, de barrio Industrial, en la zona norte.
Pasadas las 4 y casi con la misma mecánica, dos atacantes mataron a Pedro Daniel Coronel, de 28 años, en la puerta de su vivienda de pasaje Sinópolis al 500, en barrio Molino Blanco de zona sur.
A las 21.30 de ese jueves, el carpintero Gerardo José Vedia, de 61 años, recibió cuatro impactos fatales cuando cerraba su taller de pasaje León al 1000, en barrio San Martín Sur y a unas diez cuadras de donde mataron a Coronel.
En tanto, alrededor de las 22 de ese 6 de enero fue asesinado de un puñalada en el tórax Iván de San Segundo, de 18 años en inmediaciones del shopping Alto Rosario. Aún no se supo dónde fue atacado como tampoco la mecánica del crimen. Estas cinco investigaciones quedaron a cargo del fiscal Alejandro Ferlazzo.
La violencia armada continuó esta semana: el miércoles 12 de enero a las 4 fue baleado Iván Rodrigo Acuña, de 21 años, en la cuadra de Dorrego al 400 de Villa Gobernador Gálvez. El joven fue trasladado al Hospital Provincial y pasadas las 20 de ese día los médicos informaron que había fallecido por heridas en el tórax. Por este caso, hubo dos personas demoradas este viernes, aunque no se conoce su vinculación en el hecho.
Este jueves 13 de enero, el cuerpo de Alexis Kevin Usandivaras, de 17 años, fue encontrado por operarios a las 21 a la vera del arroyo Ludueña, bajo el puente de la avenida Jorge Newbery, cerca del Bosque de los Constituyentes. El chico tenía domicilio en barrio Stella Maris, a unas 10 diez cuadras de donde lo hallaron ejecutado de un disparo en la sien izquierda.
Los casos de esta semana quedaron a cargo de la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Georgina Pairola, quien también tomó intervención este viernes a las 15 en la investigación por el hallazgo del cadáver en el acceso sur de la avenida Circunvalación, entre Rueda y 27 de Febrero. El cuerpo no había sido identificado; sólo se conoció que se trataba de un hombre de unos 40 años. Pairola ordenó la correspondiente autopsia y pericias dactiloscópicas para intentar identificarlo.
A las 22 de este viernes, vecinos de barrio Tablada en la zona sur alertaron sobre una persona desvanecida en la cuadra de Ayacucho al 4200. Los médicos del Sies corroboraron que había fallecido producto de un impacto en el ojo derecho. La novena víctima fatal fue identificada como Maximiliano Fabián Gauna, de 26 años, quien tenía domicilio en barrio Ludueña, en el extremo noroeste de la ciudad.
El décimo crimen fue el de Pablo Joaquín Cortés, de 18 años, quien fue atacado a tiros este viernes alrededor de las 23 en barrio Ludueña de la zona noroeste. El chico estaba con un grupo de amigos cuando los ocupantes de un auto abrieron fuego en Saavedra al 6100. Pablo recibió un balazo en el tórax y no fue el único herido: los plomos alcanzaron a un adolescente de 14 años en el abdomen. Los llevaron al Heca en grave estado; Pablo no resistió las lesiones provocadas por el proyectil y falleció a las 3.30 de este sábado, mientras que el chico está internado en estado reservado.
Por estos diez homicidios aún no hay autores individualizados.
El 2021 arrancó en baja y terminó como el peor en siete años
Si bien enero de 2021 cerró con 13 víctimas fatales producto de la violencia lesiva, cifras un 50 por ciento menores que las 28 registradas en 2020, luego la escalada de plomo y muerte sólo fue en aumento. De acuerdo con el informe anual del Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio de Seguridad, el año pasado cerró con 241 homicidios cometidos en el departamento Rosario, que lo ubicó con la tasa más alta desde hace siete años, cuando se cometieron 254 homicidios en 2014. En contraposición, el análisis indicó que la provincia de Santa Fe tuvo 358 asesinatos, 17 casos menos que 2020, que había sumado 375 víctimas fatales producto de la violencia lesiva.
De los datos aportados por el organismo oficial se desprendió como relevante que el 85,5 por ciento de los asesinatos cometidos en el departamento Rosario fue por medio de armas de fuego. En cuanto a las víctimas, el 90,1% fueron varones y, entre ellos, el 52 por ciento corresponde a jóvenes de entre 20 y 34 años de barrios populares.
También como en años anteriores, la mayor parte de los crímenes se explica por casos ligados a “economía ilegal/organizaciones criminales” (59,8% de los 241 asesinatos), seguido luego por «conflictos interpersonales» en un 17 por ciento.
Una muestra de la relevancia que poseen las organizaciones criminales –y sus disputas por mercados ilegales como el del narcomenudeo– en la tasa de homicidios de Rosario es que en el 76,4% de los hechos existió “planificación previa”, mientras que en el 47,1 por ciento hubo un pacto previo entre el instigador y el autor material, lo que se conoce como crimen por encargo.