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La OMS instó a usar la vacuna de AstraZeneca tras su suspensión en algunos países europeos

Dinamarca, Islandia y Noruega habían anunciado este jueves la suspensión del uso del inoculante de AstraZeneca por la aparición de coágulos de sangre en personas inmunizadas. El laboratorio que la produce afirmó que "no hay pruebas de un riesgo agravado" de trombos por la aplicación de la vacuna

La Organización Mundial de la Salud (OMS) subrayó este viernes que «no hay razón para no utilizar» la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca, tras la suspensión de su uso como medida de precaución en algunos países europeos ante efectos secundarios y el propio laboratorio aseguró que «no hay pruebas de riesgos agravados» tras analizar 10 millones de casos.

«Sí, deberíamos continuar utilizando la vacuna» de AstraZeneca; «no hay razón para no hacerlo», manifestó Margaret Harris, una vocera del organismo sanitario de la ONU en una conferencia de prensa desde Ginebra.

Dinamarca, Islandia y Noruega habían anunciado este jueves la suspensión del uso del inoculante de AstraZeneca por la aparición de coágulos de sangre en personas inmunizadas.

Ante la muerte de una mujer de 57 años, Bulgaria tomó este viernes la misma decisión «hasta que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) levante todas las dudas sobre su seguridad», dijo el primer ministro, Boyko Borisov

No obstante, la misma EMA recomendó este jueves a los países de la Unión Europea (UE) a avanzar con la aplicación de la vacuna de AstraZeneca, porque “los beneficios continúan superando los riesgos”.

Según la agencia, sólo se señalaron hasta el martes último 22 casos de trombosis entre los tres millones de personas vacunadas en el bloque, así como en Noruega e Islandia, que participan en la estrategia común de vacunas.

El laboratorio AstraZeneca afirmó este viernes que «no hay pruebas de un riesgo agravado» de trombos debido a la administración de su fármaco.

«Un análisis de nuestros datos correspondientes a más de 10 millones de casos ha mostrado que no hay pruebas de un riesgo agravado de embolia pulmonar o trombosis venosa profunda en ningún grupo de edad, género, lote o en ningún país en particular», afirmó en un comunicado.

La agencia nacional de salud danesa, la primera en anunciar la suspensión, habló de una medida de precaución ante «casos graves de coágulos en personas vacunadas», aunque «de momento» no se ha establecido una relación causal.

A principios de esta semana, Austria dejó de administrar un lote de esas vacunas después de que una enfermera de 49 años muriera de «graves trastornos de coagulación» días después de ser vacunada.

Otros cuatro países europeos -Estonia, Lituania, Letonia y Luxemburgo- suspendieron inmediatamente después la vacunación con dosis de este lote, que se entregó a 17 países y que incluía un millón de vacunas, e Italia, que no recibió vacunas de esa partida, también suspendió la aplicación.

Por su parte, la vocera de la OMS subrayó que los expertos de la organización están estudiando la información sobre los coágulos que por el momento no se había establecido ninguna relación causal.

«Cualquier alerta de seguridad debe ser investigada», subrayó la funcionaria, en declaraciones que reproduce la agencia de noticias AFP, en las que afirmó que “siempre deben asegurarse de mirar todas las alertas de seguridad cuando se distribuyen las vacunas y tenemos que revisarlas, pero no hay ninguna indicación para no usarla».

Con todo, la EMA instó hoy a agregar las alergias graves a la lista de posibles efectos secundarios de AstraZeneca, por reacciones de este tipo detectadas en Reino Unido.

En un comunicado, el ente asegura haber «recomendado una actualización de la información sobre el producto que incluya anafilaxia e hipersensibilidad [reacciones alérgicas] como efectos secundarios».

La recomendación «se basa en un examen de 41 posibles casos de anafilaxia observados en unas 5 millones de vacunaciones en Reino Unido», explicó la agencia.

Aún así, el ente precisó que la anafilaxia, o lo que llama «reacciones alérgicas graves», es ya un «efecto secundario conocido que puede producirse, de forma muy rara, con las vacunas».

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