La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) destacó en un informe que el Servicio Penitenciario Federal argentino fue “muy creativo e innovador en la búsqueda de soluciones para mejorar las condiciones carcelarias” y lo destaca como “ejemplo de buenas prácticas” para otros países.
La misión de la Unodc que el pasado julio visitó la Argentina para evaluar los programas aplicados en las cárceles federales, concluyó que “la salud y la calidad de vida de las personas en las prisiones se ha convertido en una clara prioridad de la administración penitenciaria”.
“Las reformas aplicadas podrían convertirse en “un ejemplo de buenas prácticas para otros países”, informó el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, a través de un comunicado de su cartera.
El texto oficial de la ONU consideró también que el programa de género “es de las prácticas ya reconocidas internacionalmente” y además destacó al programa cultural como “ejemplo para otros países”.
Según Alak, el informe de la Unodc “no hace otra cosa que revelar el constante esfuerzo realizado desde 2003 para que el Servicio Penitenciario Federal sea un auténtico ejemplo de respeto y vigencia de los derechos humanos”.
En ese orden, el informe final del organismo internacional concluyó que el enfoque gradual adoptado por el Servicio Penitenciario “podría convertirse en un ejemplo de buenas prácticas para países en busca de modelos”.
La misión de las Naciones Unidas había visitado nuestro país en julio para seguir el diagnóstico iniciado en 2008 para la evaluación del mejoramiento de los programas de salud, incluyendo la prevención y tratamiento de las adicciones y el sida, implementados por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en el Servicio Penitenciario Federal.
El documento, rubricado por Fabienne Hariga, señaló que “desde 2008 se inició una importante reforma en el sistema penitenciario, que incluye una mayor atención a las necesidades de mujeres, madres viviendo con sus hijos, jóvenes adultos, mujeres extranjeras, personas transgénero, homosexuales y mujeres mayores”.
“Ello incluyó la implementación de programas para prevenir la violencia y el suicidio; en tanto que la reforma del programa de salud contiene un cambio de paradigma de la mirada médica a una mirada integral de la salud”, destacó el informe.
Los avances fueron descriptos como “impresionantes” en comparación a las observaciones formuladas en 2008, reflejó, además, el documento.
El primer punto del texto consignó que “el nuevo enfoque de la salud en las cárceles es global, basado en el concepto de promoción de la salud, abordando el ambiente, la persona, el sistema y los servicios”.