El secretario, quién sostuvo que el miércoles fue “el día más triste” que ha tenido al frente de la ONU, había cuestionado la decisión de Rusia de apoyar la Independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, de mayoría prorrusa, al decir que cometió una “violación de la integridad territorial” de la ex república soviética.
La tensión diplomática pasó en un suspiro a convertirse en ofensiva bélica, y de inmediato los países más poderosos salieron a reposicionarse. El primero fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien calificó de “injustificada” la escalada bélica: “El presidente ruso, Vladimir Putin, ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano», sostuvo Biden en un comunicado escrito emitido por la Casa Blanca. Allí advirtió que “Rusia sola es responsable de la muerte y la destrucción” que provocarán los ataques. “El mundo hará responsable a Rusia”, insistió.
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó a Putin de “dictador” y condenó los “horrendos acontecimientos” en Ucrania, que sembrarán “derramamiento de sangre y destrucción”. Y advirtió que los países occidentales impondrán “sanciones masivas” contra la economía rusa en respuesta.
Por su parte, el jefe del gobierno italiano, el primer ministro Mario Draghi, reclamó que Rusia abandone Ucrania. “Le pedimos al presidente Putin que ponga fin inmediatamente al derramamiento de sangre y que retire sus fuerzas militares de las fronteras de Ucrania de modo incondicional”, planteó en conferencia de prensa en Roma.
El jefe del gobierno alemán, el canciller Olaf Scholz, describió el ataque ruso como “un día oscuro para Europa”, y comprometió “solidaridad total” con Ucrania. Y anticipó nuevas sanciones que serán impuestas a Rusia por Alemania y sus aliados, que mostrarán que “Putin ha cometido un serio error con esta guerra”.
La Unión Europea (UE), por su parte, condenó con fuerza el ataque “injustificado” de Rusia. “En estas horas oscuras, nuestros pensamientos están con Ucrania y las mujeres, hombres y niños inocentes que enfrentan este ataque no provocado y temen por sus vidas”, declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también alemana.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien había encabezado agotadoras gestiones para evitar una ofensiva militar, ahora habló de sanciones inminentes contra Rusia por el ataque, al que calificó de “punto de inflexión en la historia de Europa”.
Macron dijo desde la sede de la Presidencia en París que las sanciones del G7, la Unión Europea (UE) y la Otan “estarán a la altura” del “acto de guerra” de Rusia contra Ucrania. Y anticipó que las penalidades afectarán también al sector de la energía, precisamente el arma económica que Moscú tiene a favor: buena parte de Europa depende de los suministros rusos de combustibles.
Con todo, está en curso una reconfiguración política más profunda de lo que aparece hasta ahora: la Otán confirmó que no enviará tropas a defender a Ucrania –que pide formar parte de la alianza militar desde 2008– pero anunció haber activado sus “planes de defensa” en las naciones que la rodean.
La Otán tendrá este viernes una cumbre virtual de emergencia a raíz de la ofensiva militar rusa, que su titular, el noruego Jens Stoltenberg, denunció como un “ataque irresponsable y no provocado”, que pone “incontables vidas en riesgo”.
Los planes de defensa aludidos transfieren autoridad a los comandos tácticos para movilizar tropas y recursos con más rapidez, “dentro de guías políticas previamente definidas”.
Esto permite la relocalización y despliegue de fuerzas de respuesta rápida de la Otán, de unos 40.000 soldados, en el espacio comprendido por los países de la alianza militar, que no incluye a Ucrania pero sí a varios países fronterizos con ella y con Rusia.