Justo en la jornada en la que la canciller Diana Mondino recibió la «hoja de ruta» para el ingreso de la Argentina a la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ), la entidad integrada por 38 naciones –entre ellas las más poderosas– difundió este jueves una revisión pesimista sobre la economía local: estimó que se contraerá a lo largo del año un 3,3% del PBI, un punto más de lo que había calculado en febrero último. Así, quedó en el lugar menos deseado de un ránking de 20 países y a contramano del promedio global y el de los miembros del G-20.
“Se espera que el PBI se contraiga un 3,3% en 2024, antes de crecer un 2,7% en 2025″, indica el último informe de perspectivas de la Ocde. El documento señala que la alta inflación, el ajuste fiscal “considerable pero necesario” del gobierno de Javier Milei y la incertidumbre política presionarán sobre el consumo privado y la inversión a lo largo de este año. Dos meses antes, la organización había calculado un retroceso menos grave del tamaño de la economía argentina: un 2,3%.
Según el texto, el panorama para el año próximo será diferente. “El levantamiento gradual de las restricciones a las importaciones y los controles cambiarios impulsará eventualmente la recuperación de la demanda interna, particularmente en 2025. La demanda reprimida resultante de estas restricciones mantendrá las importaciones fuertes, mientras que las exportaciones continuarán su robusta recuperación”, evalúan los especialistas de la Ocde.
Las estimaciones diseñan un panorama complicado después del retroceso del 1,6% del PBI en 2023. “La actividad se ha contraído bruscamente. Se contrajo un 1,4% en el cuarto trimestre de 2023, a pesar de una fuerte recuperación de la producción agrícola. La industria, la construcción, las ventas minoristas, la intermediación financiera y los servicios públicos fueron los sectores más afectados por el ajuste fiscal y la erosión de los ingresos reales que siguió a la devaluación del 54% de la moneda y al pico de inflación posterior en diciembre”, sigue la descripción del organismo.
¿Y la inflación?
El reporte de la organización destaca que “la inflación anual alcanzó el 288% en marzo, pero las variaciones mensuales de los precios han comenzado a moderarse”. No obstante, el pronóstico es benévolo a mediano plazo: “La inflación está desacelerando visiblemente, aunque solo gradualmente hasta ahora, pero eventualmente se proyecta que disminuirá de manera más pronunciada. La inflación anual alcanzó el 288% en marzo, pero los cambios mensuales en los precios han comenzado a moderarse”.
Sobre ese indicador, al contrario de lo que observa sobre el el tamaño de la economía, la revisión fue a la baja: en febrero, la Ocde la había proyectado en el 250,6% anual para este año y ahora la estima en el 208,1%. Para 2025, la calcula en el 71,2%.
“Los precios regulados aumentaron rápidamente a principios de 2024. Los controles de precios se han aliviado desde diciembre para corregir distorsiones de precios relativos, lo que resultó en el ajuste de tarifas de electricidad y transporte público, precios de combustible, medicamentos prepagos y alquileres”, detalla el escenario de las alzas empinadas en lo que va de la gestión del presidente Javier Milei.
“El entorno doméstico desafiante pesará sobre la actividad durante la mayor parte de 2024. La disminución de los ingresos reales afectará al consumo privado y la incertidumbre sobre el ritmo de las reformas frenará la inversión privada. Se espera que el consumo y la inversión pública disminuyan en medio de ambiciosos planes de consolidación fiscal”, completa el panorama el documento de la organización.
El proceso de ingreso de la Argentina
El mismo día en que se conocieron las proyecciones económicas desfavorables de la Ocde, Argentina inició su camino formal para ingresar al organismo. Mondino recibió en la sede central de París, de manos del Secretario General, Mathias Cormann, la Hoja de Ruta para la adhesión, comienzo formal de un proceso iniciado en 2016 bajo el Gobierno de Mauricio Macri pero que se interrumpió bajo la gestión de Alberto Fernández.
La Ocde es una organización internacional que reúne a 38 de los países más desarrollados del mundo que explican el 75% de la inversión y el 60% del comercio global. Su origen se remonta a una entidad nacida en la segunda posguerra mundial para apoyar el denominado Plan Marshall de reconstrucción de las economías europeas, sobre la que la actual organización se fundó formalmente en 1961.
El ingreso al organismo había sido una de las prioridades del macrismo y fue reflotado con la llegada de Milei a la Casa Rosada. Tras recibir la hoja de ruta para la adhesión, comienza ahora un proceso muy exigente, en el que el país será evaluado por 26 comités sobre cuestiones institucionales, económicas, sociales y ambientales.
El propósito del proceso es converger hacia la implementación de unas 250 buenas prácticas y estándares internacionales de la Ocde.
Como consecuencia de las gestiones de Cambiemos, la Argentina había recibido la invitación para ingresar a la Ocde el 25 de enero de 2022. Sin embargo, y a diferencia del resto de los países que recibieron esa invitación (Brasil, Bulgaria, Croacia, Perú y Rumania), el Gobierno de Alberto Fernández nunca la aceptó, pero tampoco la declinó. Esa indefinición, que no fue un rechazo, es la que, ahora, le permite a la gestión libertaria retomar el camino.
