Aviones británicos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán) atacaron ayer la zona urbana y suburbana de Sirte, ciudad natal y último gran bastión de Muamar Gaddafi –todavía inhallable–, mientras cientos de rebeldes libios acumulaban tanques y armas en la ruta que va a la ciudad de 100.000 habitantes en aprestos de una inminente ofensiva. En Trípoli, en tanto, ráfagas de disparos retumbaron ayer en una capital libia sin bancos, comercios, nafta ni gente en las calles, mientras decenas de cadáveres fueron hallados apilados en un hospital abandonado a seis días del inicio de la ofensiva contra la ciudad controlada por rebeldes, pero donde los francotiradores gaddafistas siguen atacando,
En Sirte, 400 kilómetros al este de Trípoli y a mitad de camino entre la capital y la ciudad de Bengasi, sede central de la sublevación contra Gaddafi, aviones británicos bombardearon anteanoche con misiles de precisión un búnker usado por el líder libio en sus visitas a la ciudad.
El búnker albergaba un centro de comando militar, pero no hubo indicios de que el fugitivo Gaddafi se hallara en el edificio, dijo ayer el ministro de Defensa británico, Liam Fox.
“La cuestión no es dar con Gaddafi. El ataque en Sirte fue para asegurarnos de que no haya una alternativa de comando y control en caso de que el régimen intente abandonar Trípoli”, sostuvo Fox a la BBC.
Por su parte, la Otán informó que sus aviones destruyeron 29 vehículos con ametralladoras montadas en inmediaciones de Sirte. En tanto, los insurrectos reforzaban ayer su poder de fuego y concentraban hombres en los alrededores de la ciudad de Bin Jawad en preparativos para un ataque sobre Sirte, que está ubicada 110 kilómetros al oeste.
Un corresponsal de la BBC que está con los sublevados, Paul Wood, dijo que los rebeldes conservaban su alta moral, pese a haber enfrentado una dura resistencia en la ruta que lleva a Sirte.
Los comandantes rebeldes en el lugar creen que los combates en la ruta a la ciudad durarán otros tres o cuatro días, dijo Wood.
Tribus de Sirte, leales a Gaddafi
Libia, un país de seis millones de habitantes, es una nación esencialmente tribal, donde la lealtad y las alianzas entre los distintos clanes juegan un rol central en la vida política, social y hasta económica. Las dos principales tribus de Sirte, la de Gaddadhfa –a la que pertenece Gaddafi– y la de Urfali, permanecieron fieles al líder libio, pese a que muchas otras le retiraron su apoyo desde el inicio de la revuelta en su contra, en febrero.
Voceros de los sublevados en Bengasi dijeron esta semana que intentarán negociar una rendición negociada de Sirte, pero un comandante rebelde, Mohammed al Rajali, dijo ayer que las dos tribus leales a Gaddafi rechazaron la oferta y que los insurgentes tratarán ahora de contactarse con otras tribus menores de la zona.
Cadáveres en Trípoli
En Trípoli, fuertes tiroteos se oyeron por la madrugada en el barrio capitalino de Abu Salim, contiguo al destruido y saqueado ex búnker de Gaddafi y escenario de algunos de los combates más sangrientos de esta semana, pese a que los insurrectos habían anunciado el fin de los enfrentamientos en el vecindario.
En el barrio, decenas de cuerpos en descomposición se apilaban en un hospital de cuatro pisos, aunque el edificio estaba completamente vacío y no se pudo determinar cuándo fue que murieron los hombres, informó la cadena de noticias CNN.