Campeón o tercer juego. No le queda mucho campo de acción a la final del certamen rosarino femenino de primera. Es que tras la contundente victoria de Talleres de Villa Gobernador Gálvez en condición de local en el primer partido por 70 a 41, el elenco que conduce Néstor Gnass quedó a un paso del tricampeonato, mientras que las dirigidas por Jorge Acosta necesitan forzar el duelo desempate. Este viernes desde las 21.30, en el estadio de la ribera nicoleña se verán las caras en el segundo encuentro de la serie al mejor de tres.
Lejos estuvo el primer partido de ser la realidad entre ambos conjuntos, ya que hay paridad en el mano a mano tras varios duelos por el regional, el Federal y la Rosarina, pero lo cierto es que cada encuentro supone un nuevo desafío. Seguramente no hay ni relajación en la T pero tampoco desesperación en las de la ribera. Sólo muchas ganas de planear bien el juego y conseguir el objetivo de la victoria.
“El primer juego fue como planeamos, sabíamos que debíamos jugar bien al básquet y por suerte salió, creo que estuvieron muy seguras en cuanto al ataque contra la zona y defensivamente estuvieron sólidas”, analizó Gnass, quien sabe que este viernes el panorama quizás sea diferente: “Seguramente el segundo juego va ser distinto porque Regatas se hace muy fuerte de local, pero vamos a ir con las mismas expectativas, tratar de jugar bien al básquet sin adelantarnos a nada. Solo se ganó el primer juego y ahora Regatas tiene la presión de ganarnos”.
Y en el otro banco está Jorge Acosta, quien con su experiencia no le buscó demasiadas vueltas al análisis del primer partido y tiene claro que necesitan mejorar para la revancha: “Tenemos que tratar de jugar al básquet, porque hicimos cualquier cosa el otro día, no jugamos. Como locales debemos mejorar nuestra defensa, que fue mala y atacar con orden, porque hicimos todo mal. Nunca le encontramos la vuelta al partido y estuvimos por debajo de nuestro nivel”.
“Para cambiar la historia tenemos que mejorar, porque no nos queda otra manera. Jugamos a todo o nada”, resumió, simple, claro, contundente.
A varios kilómetros del Bonilla, hay otra final de primera de la Rosarina. El destino dirá si habrá campeón o esperar al tercer juego.