Daniel Lagostena, detenido ayer como presunto autor del homicidio de su pareja, la joven embarazada Erica Soriano, se negó a declarar ante la Justicia, aunque adelantó que lo hará dentro de algunos días.
El defensor del imputado, Gustavo Dellamaggiore, explicó a Télam que «en el expediente hay un legajo fiscal en reserva y es necesario analizarlo» antes de que su cliente acepte ser interrogado por el fiscal de la causa, Gerardo Loureyro.
«En unos días mi defendido va a pedir una ampliación de indagatoria, donde dará todas las explicaciones necesarias porque es inocente de lo que le imputan», afirmó el abogado, quien dijo que Lagostena (51) permanecerá detenido en la DDI Lomas de Zamora.
Luego de ser apresado ayer por la tarde, el acusado fue trasladado esta mañana a la fiscalía para ser indagado por «homicidio simple en concurso real con aborto, en el contexto de violencia familiar y contra la mujer».
Dellamaggiore dijo que esa es la calificación que le enrostró el juez al hacer lugar al pedido de detención, pero el fiscal le imputa la «privación ilegal de la libertad seguida de muerte» de Erica, que prevé una pena mayor, de prisión perpetua.
Igualmente, la figura penal se definirá cuando el fiscal solicite la prisión preventiva del acusado, para lo cual cuenta con 15 días prorrogables por otros 15, y el juez de la causa, Gabriel Vitale, resuelva si le hace lugar o no.
Consultado sobre la posible participación de familiares de Lagostena en la desaparición y crimen de Erica, el abogado dijo que por ahora no hay ningún imputado y que por orden del juez el fiscal tiene que ahondar en esa línea de investigación.
Dellamaggiore dijo que su cliente esta «sorprendido» por la detención y si bien no quiso adelantar parte de su estrategia, sostuvo que los elementos reunidos contra Lagostena son «una serie de indicios» que buscará atacar.
Erica Soriano (30), embarazada de dos meses y medio, fue vista por última vez el 20 de agosto pasado de 2010 y la versión de su pareja es que al día siguiente ella se fue a visitar a su madre a la localidad de Villa Adelina, en el norte del conurbano, pero nunca llegó.
En el marco de la causa se exhumaron siete cadáveres en el cementerio de Lanús, se examinó la bóveda de la familia de Lagostena (su padre tiene una funeraria) y se rastrilló un campo de Saladillo en búsqueda del cadáver, aunque sin resultados.
El jueves de la semana pasada, el fiscal Loureyro recibió un peritaje psicólogico-psiquiátrico que determinó que Lagostena es un hombre «golpeador y violento que simula constantemente» y con las otras pruebas reunidas hasta ahora en la causa, que consta de 70 cuerpos y 14.000 fojas, solicitó al juez la detención.
Al hacer lugar, Vitale destacó que en el expediente, «se determinó que la última señal con vida de la víctima se dio en el domicilio de Lagostena, con quien mantenía una relación sentimental, por de más complicada y conflictiva, según testimonios de familiares y amigos».
Un vocero explicó que el magistrado entiende que Erica nunca salió de su casa rumbo a la de su madre, como declaró su pareja, y que presuntamente fue asesinada dentro de su vivienda el 20 de agosto de 2010 entre las 22 y las 5 de la madrugada.
Es que, según consta en la causa, esa tarde la pareja fue al médico y a las 21.14 Erica llamó por teléfono a una amiga y le dijo que estaba yendo con Daniel hacia su casa. Esa fue la última vez que se supo algo de ella.
Cerca de la medianoche, el ahora imputado comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino Brian Poublan (22), con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual, según establecieron los investigadores.
Finalmente, alrededor de las 5 de la madrugada del día siguiente un teléfono celular a nombre de la madre del joven se activó en Lanús, luego en la Costanera, en Capital Federal, y nuevamente en la localidad del sur bonaerense.
Los pesquisas probaron que entre el teléfono de Lagostena y el de su sobrino se produjeron seis comunicaciones y presumen que se dieron en el lapso durante el cual se deshicieron del cuerpo.
Otro dato valorado para pedir la detención es que el 21 de agosto, cuando la familia de Erica fue a su casa para saber sobre ella, encontró el hogar a leña de la casa encendido, pese a que ese día se registraba una temperatura de 29 grados.
Luego, peritos hallaron en la chimenea restos de una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja, y una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que se estableció que era de una mujer, pese a que había sido lavada.