El 4 de diciembre último, el músico, compositor, arreglador y maestro rosarino Rodolfo Cholo Montironi, gran referente del tango de producción local de proyección nacional e internacional, cumplió 90 años, un tiempo de festejo singular obligado por el contexto de pandemia, pero también de alegría por la aparición de un nuevo disco con tintes de homenaje y herencia musical que se generó desde la admiración mutua y con la complicidad de varios amigos del ambiente.
Se trata Rodolfo Cholo Montironi con Martin Tessa, donde el artista se une musicalmente a su joven y talentoso colega y ambos, el primero con el bandoneón y el segundo con la guitarra criolla, brillan con un repertorio de clásicos y nuevos temas, varios propios, a través de un material editado de manera digital y también física por el emblemático sello Melopea, de Litto Nebbia, casi como un regalo de cumpleaños de un maestro a otro.
Bellas gemas del 2X4 más clásico como “La Mariposa”, de Pedro Maffia y Celedonio Flores, una conmovedora versión de “Nada” que se mixtura con “Silvando” o “La última curda” de Troilo y Castillo transitan la cuidada selección, en diálogo con otras piezas que llevan la firma de ambos músicos, a través de un material de una singular limpieza sonora que se apoya en la honestidad, solides y gran manejo técnico de ambos músicos.
Maestro y alumno
“Empecé a tocar tango a fines de 1996 y casi de inmediato lo conocí al Cholo. Había empezado un taller con Javier Martínez Lo Re y Pepe Ferrer en el Instituto del Profesorado de Música; así empezó todo. Por entonces, Javier era pianista del Cholo, después, en paralelo había un ciclo en el Bar Berlín todos los domingos, en el que el Cholo tocaba bastante seguido y yo iba siempre a verlo. Ahí arranca este vínculo, yo me hice muy fanático de él; cada vez que tocaba el Cholo en ese ciclo, era una fiesta”, evocó en una charla con El Ciudadano Martín Tessa, uno de los músicos más notables de su generación.
“En el 2005, cuando se crea la Escuela Orquesta de Tango de Rosario, de la que yo participo desde ese comienzo porque junto con Javier Martínez Lo Re fui uno de sus impulsores, el Cholo empieza a trabajar con nosotros y allí profundizamos ese vínculo que ya traíamos”, recordó Tessa.
Y en el mismo sentido, evocó: “De ese momento a la fecha pasaron muchos años en los que el Cholo me decía: «Nene, hagamos algo», refiriéndose a un disco juntos, pero nunca se concretaba. Eso fue hasta ahora, que de la mano de un amigo en común, (el escritor y periodista) Lautaro Kaller, empezó a tomar forma: un día me pasó a buscar por mi casa y me llevó a lo del Cholo. Llegamos, yo con mi guitarra; el Cholo me dio dos partituras y nos pusimos a tocar; así surgió este disco. Y para la grabación apareció otro amigo, Carlos Quilici (músico, compositor y letrista), que tiene un Home Studio al que empezamos a ir con el Cholo. Así fueron sumándose partituras y cuando nos parecía, metíamos las grabaciones e íbamos eligiendo tomas. Los primeros cuatro temas del disco los grabamos así; después, ya con Carlos en su gira anual por Europa, seguimos en otro estudio. Fue un proceso de unos cuantos meses, con un par de días de selección y ensayos y después, de grabación”.
Pero hubo un día que marcó una bisagra en ese encuentro y recorrido. “En ese mismo marco, un día, el Cholo me pidió que le llevara temas míos; se los llevé. En ese momento, con las partituras en mano, eligió «Carreteando» y lo incluyó en el disco, que para mí fue una alegría tremenda; que semejante maestro grabe un tema mío, le haga un arreglo y le dé su vuelta de rosca fue algo alucinante, una experiencia hermosa”, destacó Tessa.
Finalmente, el músico habló de la última etapa, vinculada con la posproducción del material, cuya selección de temas surgió de un registro mayor y de muchas tomas de cada uno de los cortes. “Una vez que teníamos todo el material, charlando con Paloma, mi mujer, pensamos en cuál sería el sello ideal para que lo editara y así apareció Melopea y Litto Nebbia, su mentor”, dijo el músico acerca del disco que reúne quince cortes con dos imperdibles bonus track que son otro gran hallazgo, porque llegan al presente desde mediados de los años 90.
“Conseguí el correo de Litto, le escribí y me respondió de inmediato. Me dijo: «Si está el Cholo, yo lo edito»; fue así. Más allá del respeto mutuo en el terreno de lo musical, hay una relación que viene de antes entre el padre de Litto, que era cantor de tango, y el Cholo. Y fue un gran acierto pensar en Melopea; de inmediato nos comunicamos por teléfono y Litto me contó que tenía otras dos grabaciones del Cholo, de 1994, que había ido a grabar a su estudio de Melopea. Una es un tema con su trío de aquél entonces, y la segunda, con el trío más unas cuerdas, un septimino donde toca (el maestro violinista) Antonio Agri también como invitado. Litto me sugirió incluirlos como bonus track y terminó siendo el cierre perfecto para este disco”, dijo finalmente el músico.
Para agendar
El disco Rodolfo Cholo Montironi con Martin Tessa ya se encuentra a la venta a través del catálogo de Melopea a sólo 500 pesos https://www.tienda.melopeadiscos.com.ar/MLA-901280916-rodolfo-cholo-montironi-con-martin-tessa-cd-_JM?quantity=1