Juan Cuatrecasas, padre del niño víctima de pedofilia en un colegio del Opus Dei en España, que obtuvo un inédito fallo a su favor con una condena de 11 años a su abusador, aseguró que la pederastía en el clero es «un delito de lesa humanidad» y aseguró que es «infame» que la Iglesia cubra a los abusadores en vez de denunciarlos a la Justicia civil.
«Las expectativas iniciales son de recelo y escepticismo», aseguró Cuatrecasas, acompañado por su hijo Asier, en una entrevista con Télam en el Vaticano, a horas de que este jueves se inicie la histórica cumbre anti-abusos convocada por el papa Francisco para tratar de escribir un «Nunca Más» en el tema.
Juan y Asier obtuvieron a fines de 2018 un histórico fallo de la Justicia del País Vasco, que condenó a 11 años de prisión a un ex profesor del colegio vizcaíno Gaztelueta del Opus Dei como autor del delito de abuso sexual de manera continuada.
Asier tenía 12 y 13 años cuando se dieron los ataques. Ahora tiene 22 años, y si bien acompaña y asiente ante cada afirmación del padre, prefiere no hablar frente a los micrófonos. Aunque también dijo presente en Roma para la histórica cumbre.
«No podemos ser optimistas en nuestro caso por la realidad de la Iglesia española, que sólo quiere tapar y esconder, revictimizando a las víctimas. Hay una diferencia entre las palabras del Papa y la actitud de los presidentes de las conferencias episcopales», criticó Cuatrecasas en el diálogo con Télam.
«Es la última oportunidad que las víctimas le estamos dando a la Iglesia, que lleva siglos sin hacer el trabajo que le corresponde de denunciar los casos de pedofilia en sus filas. Si no toman esta oportunidad se alejarán aún más de su pueblo», critica el padre.
«El Vaticano está rodeado de muros físicos, que en este caso son un símbolo de los muros que hay en este tema entre la Iglesia y su pueblo de fieles. Por desgracia una cosa es el papa Francisco, y otra cosa son las conferencias episcopales que no lo están acompañando», lamentó.
En ese marco, destacó el rol de su hijo al ponerse adelante de la causa que terminó en la histórica condena. «Fue todo gracias a Asier, que contó el relato durante cuatro años de interrogatorios y violencia institucional que lo hicieron revivir todo. Y así logramos una sentencia de 11 años contra el pederasta. Mientras seguimos esperando que la Iglesia de el brazo a torcer y reabra le caso», diferenció, entre la celeridad que vieron en los tribunales civiles y el silencio eclesial que aún se prolonga.
«Somos un caso casi único. La sentencia reconforta en cuanto reconoce a la víctima a nivel social. Pero somos católicos, y lo peculiar es que tengamos un reconocimiento de la Justicia ordinaria y no de la canónica», se lamentaron padre e hijo.
Por eso reclaman que la Iglesia, de una vez por todas, muestre mano firme en la materia.
«Desde que hay una denuncia en los obispados tiene que haber una denuncia de la jerarquía eclesiástica en la Justicia civil ordinaria. Esto es fundamental, pero en cambio se están cubriendo estos casos, enviando pederastas a monasterios, cambiándolos de localidad una y otra vez. Es un comportamiento infame. Y estas personas tienen que ser excluidas de la familia católica», reclamaron.
«La imprescriptibilidad es fundamental. Son delitos de lesa humanidad», planteó Juan Cuatrecasas.
De todos modos, pese al escepticismo por la cumbre, Cuatrecasas reveló un mensaje de aliento a las víctimas de abusos en el Cono Sur.
«Nosotros aplaudimos lo que pasa en Argentina y Chile gracias a las víctimas. Quiero transmitirles que gracias a las víctimas están haciendo un trabajo maravilloso y están consiguiendo muchos pasos más que los que estamos consiguiendo nosotros», resaltó. (Ciudad del vaticano, corresponsalía Télam)