Dos integrantes de la barra brava de Newell´s fueron imputados por planificar la amenaza a la familia Di María con el objetivo de que el jugador de la Selección no retornara a Rosario Central. Así lo refirió el fiscal Pablo Socca en la audiencia que tuvo lugar este viernes en el Centro de Justicia Penal, donde los acusó formalmente por amenazas coactivas calificadas por anónimas, por el uso de arma e intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego. El funcionario destacó que el ataque se produjo en el marco de una disputa por el manejo de la barra brava del club del Parque.
La llegada de Ángel «Fideo» Di Maria fue un tema que generó gran ilusión en la parcialidad canalla y trascendieron algunas situaciones que debió sufrir la familia: la más grave, amenazas donde le recalcaban que no viniera a Rosario. El tema se dilató y no estaba claro si finalmente uno de los últimos campeones del mundo llegaría a Rosario, lo que finalmente no ocurrió.
Las redes marcaron el enojo de los hinchas por la no vuelta, tras lo cual el jugador habló de las amenazas que había sufrido para intentar despejar las dudas sobre el motivo de su decisión: al apriete conocido sumó una situación no denunciada, que habría tenido por blanco la inmobiliaria de su hermana, con una nota de similar tenor y una cabeza de chancho como mensaje mafioso. Su familia está primero, y es lo que haría cualquier padre de familia, preservar a los suyos, aclaró días atrás.
Mientras la Fiscalía abrió una investigación por el hecho que tuvo un primer episodio con la imputación de una pareja Pablo Acotto y Sara Belén Gutiérrez, bajo acusación de haber cometido el ataque a fines de marzo.
Ahora fue el turno de Alejandro Nicolás Ficcadenti, alias Rengo o Fica, y Sergio Gabriel Di Vanni, apodado Bebe. Estos hombres de 30 y 43 años respectivamente son parte de una fracción de la barra de Newell´s enfrentada con la actual conducción del paravalanchas a cargo de Luciano «Lucho» Gallardo e Ivana Sabrina Barrías, pareja de Leandro «Pollo» Vinardi.
Lucho y el Rengo, referenciados respectivamente en Vinardi y su hasta hace poco socio Carlos «Toro» Escobar, estaban al mando de la barra, en rigor su gerenciamiento, y existe una comunicación adjudicada al jefe de todos ellos, el capo de Los Monos Ariel «Guille» Canter, en la que le dice a Ficcadenti: “Ahora la barra la maneja una chica jaja, altos zapallos son ustedes. Tienen que ir a votación, compadre, ya no queremos más chicas, queremos unos barras buenos. No tienen ni barra ustedes, hermano. Son una verga. Ni siquiera pelean. Una chica lo maneja, hermano, cómo puede ser. Altos bigotudos son”.
Lucho y Sabrina Barrías, además del hijo de esta última, fueron detenidos este viernes en una serie de allanamientos. Ambos estaban en una casa de Villa Gobernador Gálvez y fueron detenidos este viernes en el marco de una investigación por una balacera -cometida una semana antes- a la casa de una mujer que tiene un cargo dirigencial en el club, apuntada como quien avaló el cambio de mando en la barra el pasado martes 23, antes del partido en el Coloso de Newell’s con Independiente Rivadavia de Mendoza. Fue la presentación en sociedad del Rengo, que 30 horas más tarde marchó preso en la pesquisa por los aprietes a Di María.
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El ataque a la familia Di María
Para el fiscal Rengo y Bebe estuvieron a cargo de la planificación de la amenaza que sufrió la familia del jugador.
Según Socca, Ficcadenti encomendó a su mano derecha Di Vanni la comisión de un ataque armado en la puerta del barrio cerrado Mirasoles, ubicado en Funes, donde se encuentra la casa de la familia del jugador. A su vez Bebe encomendó el hecho a otras personas que tras tirotear el lugar.
El hecho se llevó a cabo cerca de la 1.30 del 25 de marzo donde Pablo Acotto acompañado de Sara Gutiérrez llegaron en un Renault Megane gris hasta el lugar, dispararon y dejaron una nota que decía: “Decile a tu hijo Ángel que a Rosario no vuelva más porque sino le cagamos matando a un familiar. Ni Pullaro te va a salvar. Nosotros no tiramos papelitos, plomo y muertos tiramos”.
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El fiscal dijo que este “trabajo” fue por 4 millones de pesos, pero al parecer Acotto se quedó con la mayor parte del pago: sólo cien mil fueron para la joven que lo acompañaba, según trascendidos del caso.
Los mensajes
Parte de la secuencia de este ataque quedó registrado en comunicaciones entre Bebe y Acotto, donde el primero le indicó al segundo: “El domingo a la noche o el lunes lo hacemos, tiene que salir en el noticiero”. Y al día siguiente del ataque Bebe mandó otro mensaje diciendo: “Hermano, fue un éxito, desistió”.
Socca explicó que este ataque tuvo por objetivo evitar de Di María regresara a jugar a Central y utilizar ese logro para lograr consenso del resto de los integrantes de la barra y el supuesto aval y apoyo de Guille Cantero quedarse con el liderazgo del paravalanchas, hasta este viernes en manos de Lucho Gallardo y Sabrina Barrías, una mujer procesada por secuestro extorsivo y comercialización de estupefacientes.
El fiscal agregó que este hecho además generó temor y conmoción en la población, destacó que la elección de la víctima es un jugador de fútbol de fama internacional, además de nombrarse al gobernador Maximiliano Pullaro en la nota, lo que ocurrió en medio de un contexto de balaceras y homicidios que venía sufriendo la ciudad, donde presos de alto perfil alojados en diferentes unidades penitenciarias del país se adjudicaban la autoría de esos ilícitos como muestra de descontento en las nuevas condiciones carcelarias.
A mediados de julio, Fiacdenti, quien en su momento estuvo imputado por el crimen del ex jefe del paravalanchas Nelson «Chivo» Saravia, mandó un mensaje de whatsapp a un usuario donde decía: “Yo siempre cumplo lo que prometo, gracias a mí no viene Fideo” mientras que a otro le decía: “Amigo son unos quebrados estos, van a pensar lo que va a hacer LUCHO, ya están hundidos bldo, dense cuenta, por qué no viene DI MARIA, gracias a quien, y quien siempre le hizo la guerra a los sina, quien le prendió fuego la sede (…) estos son unos quebrados bárbaros, conmigo no compran ni a palo (…) el martes vamos a estar nosotros en la cancha (…)”, lo que para el fiscal confirmó su teoría del caso.
Las referencia del Rengo es a un ataque producido en 2021 en la sede céntrica de Central, en Mitre al 800, donde un vigilador recibió graves quemaduras.
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Tras la imputación, por acuerdo de partes el juez Pablo Pinto dispuso la prisión preventiva para ambos por el plazo de ley, además ordenó la restricción de las comunicaciones y visitas para ambos imputados, y de cualquier persona vinculada a la barra de Newell’s por el plazo de ley, exceptuando a los familiares directos.
