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La pesca en Villa Gobernador Gálvez: una cuestión de justicia

Es fundamental contar con un frigorífico municipal de pescados que genere empleo y asegure la comida con aporte de proteínas para las 12 mil personas que asisten a comedores en toda la ciudad, así como un precio de compra justo para los/las pescadores/as

Por Juan Ariel Charras

¿Es necesario rezar o luchar para que el precio del pescado aumente? Las jornadas de las familias pescadoras comienzan temprano por la mañana y terminan en atardeceres que parecen noches. Entre mate y mate, tratan de engañar al estómago, pero el pescador sabe que el esfuerzo que hace es para poder llevar algunos pesos a su hogar y un poco de pescado para alimentar a su familia. El noble río Paraná comparte el pesar del pescador al ver pasar la riqueza y ser robado por intermediarios que desconocen la diferencia entre un sábalo y un armado.

Obras realizadas por Ezequiel Nant

 

En plena Pascua, el frigorífico (porque esto no es una cuestión de vivos que hacen de intermediarios) decidió bajar el precio de compra del pescado, lo que afectó a los hogares de toda la costa del bajo Paraná, Paladini, Bajada Cargill, Ribera y Mangrullo. De la noche a la mañana, mientras la carne, el alquiler y la nafta aumentan, el frigorífico decidió pagar entre 60 y 80 pesos por kilogramo de pescado.

A una familia pescadora le cuesta alrededor de $3500 a $4000 pesos subirse a una lancha y enfrentar largas jornadas para recuperar ese dinero y sacar algunos pesos más para el día. Entre lance y lance, uno reflexiona si vale la pena tanto esfuerzo, pero el amor por la profesión y lo que culturalmente aporta el ser pescador/a vale mucho más. Sin embargo, es necesario luchar para que el reparto sea más justo.

Obras realizadas por Ezequiel Nant

 

La jornada del pescador no termina cuando saca su tejido del agua, sino que debe limpiar y presentar el producto a los intermediarios entre el frigorífico y su trabajo. Además, en muchos casos, deben devolver la lancha y dividir la ganancia con el dueño de la embarcación.

Es fundamental contar con un frigorífico municipal de pescados que genere empleo y asegure la comida con aporte de proteínas para las 12 mil personas que asisten a comedores en toda la ciudad, así como un precio de compra justo para los/las pescadores/as. En caso de haber excedente, el precio de venta a intermediarios de frigoríficos y frigoríficos debe ser definido también de manera justa. Es posible y necesario.

Es importante poner en discusión este proyecto con todas las familias pescadoras que quieran saber en qué consiste. ¡Un abrazo enorme para todos y todas!

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