El mediocampista Jesús Méndez fue uno de los protagonistas de la noche en Córdoba y no justamente por lo que realizó dentro del terreno de juego. El entrenador Omar Palma decidió quitarlo al ver que iba en camino recto a la expulsión y el capitán salió enfadado.
«Calentura del momento». Así definió el director técnico la polémica acción en la que Méndez al retirarse del partido arrojó la cinta de capitán y pateó una botella.
De floja labor en los últimos partidos, al volante se le depositó la confianza que requiere ser el capitán del equipo y hasta ejecutó el último penal del elenco auriazul, aunque lo malogró. Teniendo en cuenta las últimas decisiones de Palma con Cristian González, Jorge Broun y Luciano Figueroa, la reacción de Méndez podría costarle caro.
Y más teniendo en cuenta que su préstamo se acaba en junio próximo. La opción de compra del mendocino alcanza los tres millones de dólares, una cifra inalcanzable para la situación actual. La idea de la dirigencia desde hace tiempo es intentar una nueva cesión, pero la decisión recaerá en Omar Palma y si Méndez sigue en bajo nivel y con actitudes como la del sábado, es probable que su futuro esté lejos de Rosario.