Tras una noche tranquila, bajo toque de queda nocturno, desde temprano se registraron disturbios, saqueos y ataques a propiedades en el barrio del aeropuerto y en Alaude, donde fueron instalados los saharuis que regresaron de los campamentos de refugiados.
El Frente Polisario -a favor de la independencia del Sahara Occidental- aseguró que en los incidentes de ayer, los más graves de los últimos años en la zona, murieron al menos 11 saharuis, y hubo al menos 723 heridos y casi 159 desaparecidos, según su último balance.
El gobierno marroquí, por su parte, se refirió a seis muertos, cinco policías y un saharaui, mientras el jefe de la policía de El Aaiún, Mohamed Dkhisi, desmintió que se hayan producido hoy enfrentamientos entre los ciudadanos y aseguró que la situación es «estable» y «normal», según informó la agencia de noticias DPA.
En un comunicado emitido por el partido del primer ministro marroquí, Abás El Fasi, y difundido por la agencia de noticias MAP, Rabat defendió la actuación de las fuerzas de seguridad ayer y celebró la «vuelta al orden» en la zona.
Los incidentes de ayer se desataron cuando las fuerzas de seguridad marroquíes decidieron retomar el control del campamento saharaui Agdaym Izik, emplazado hace casi un mes a unos 15 kilómetros de El Aaiún, en el que 20.000 personas se congregaron en las últimas semanas, en protesta por las condiciones de vida del pueblo saharaui.
Tras el asalto al campamento, los saharauis huyeron hacia la ciudad de El Aaiún, donde se sucedieron enfrentamientos y las fuerzas marroquíes cargaron con balas de goma y armas de fuego contra la población saharaui, que se defendió con piedras y banderas de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática».
Mientras el Frente Polisario exige la convocatoria de un referendo sobre el derecho de autodeterminación del territorio, Marruecos defiende como única vía proveer de mayor autonomía a la región.
