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La posición de Bolsonaro sobre la pandemia lo deja cada vez más en soledad

La "anti-política" del presidente brasileño logró juntar a los opuestos. Inesperado giro en la política se dio con un intercambio de elogios entre rivales como el ex presidente Lula, del Partido de los Trabajadores, y el gobernador de San Pablo, el derechista Joao Doria, y reconocido bolsonarista

Un giro inesperado en la política brasileña se dio este jueves con un intercambio de elogios entre rivales como el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), y el gobernador de San Pablo, el empresario derechista Joao Doria, en una muestra de que la «anti-política» del presidente Jair Bolsonaro y el coronavirus logran juntar los opuestos.

El intercambio de elogios es parte de la movida que impulsan los partidos políticos opositores y los derechistas que se han alejado del bolsonarismo a raíz de la negación del presidente frente a las medidas contra el Covid-19.

Lula, que concentra el liderazgo de los estados del nordeste y de un tercio del electorado, elogió la confiscación de barbijos que la policía de San Pablo hizo en la empresa 3M, como parte de la emergencia del coronavirus. «Hay que reconocer que los que están haciendo cosas contra el coronavirus son los gobernadores e intendentes», afirmó Lula.

Doria, quien se ha convertido en el principal enemigo interno de Bolsonaro por su visión frente al coronavirus, le respondió por Twitter a Lula: «Tenemos muchas diferencias pero ahora no es tiempo de exponerlas. El virus no elige ideología ni partidos. El momento es de foco para ayudar a salvar a Brasil y a los brasileños».

Más tarde, Doria en conferencia de prensa completó con una frase de presidenciable para 2022: «La muerte no escoge entre un bolsonarista o un petista, no esperen de mí que haga política en velorios».

Este intercambio es inédito: Doria surgió como el principal referente anti Lula para las elecciones de 2018. El líder del PT estaba bombardeado por la Operación Lava Jato y Doria con su entidad empresarial Lide elogiaba al ex juez Sérgio Moro por sus acciones contra el partido de Lula y de Rousseff a partir de 2014.

Lo cierto es que Doria, hijo de un político que debió exiliarse en la dictadura militar, fue electo gobernador con el slogan «Bolsodoria» casi abandonando a su candidato presidencial, Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasil{a (PSDB).

En menos de un año, Doria rompió con Bolsonaro pero no con la agenda económica del ministro Paulo Guedes.

Sin dudas, el gobernador paulista Doria ha sido el principal referente desde que estalló la crisis del coronavirus en Brasil. Su estado tiene un tercio del PBI de Brasil y 46 millones de habitantes. Y también es el que más muertos y víctimas aporta de la enfermedad.

Doria es del ala ultraliberal del PSDB: magnate fundador de la Liga de Empresas (Lide), fue intendente de San Pablo y en 2018 se lanzó a la gobernación.

Se enfrentó a las «vacas sagradas» del PSDB, los «tucanes», como el ex presidente Fernando Henrique Cardoso y sus antecesores gobernadores José Serra y Alckmin. También le dio un rumbo más a la derecha al partido tras la caída de Aecio Neves.

Hoy Doria junta muertos por coronavirus en su estado sin respaldo en sus acciones del presidente Bolsonaro. Pero también reúne al sector liberal de las viudas del bolsonarismo.

Los gobernadores en general han sido los responsables por llevar adelante las acciones contra el coronavirus y fueron criticados por el presidente por «frenar el país en exceso».

Derrotada la teoría de Bolsonaro, los gobernadores e intendentes ganaron popularidad.

Desde que fue liberado en noviembre pasado tras 540 días en prisión, Lula logró recorrer el país y hace un mes está en un departamento que comparte con su novia, en Sao Bernardo do Campo, en el Gran San Pablo.

Desde allí, vía Facebook y Twitter, comenzó a disparar contra Bolsonaro por su negación del Covid19. Este miércoles Lula dijo que el gobierno brasileño prefiere «pagarle a los acreedores y no ayudar al pueblo pobre». Y criticó al ministro Guedes por «creer que el dinero del Estado le pertenece».

Casi todos los gobernadores del nordeste ven a Lula como el principal líder electoral y politico. Y en esta nueva jugada aparece también la capacidad de diálogo entre el PT y su reciente rival del campo popular, el laborista Ciro Gomes, tercero en la elección de 2018 que se negó a visitar a Lula a la cárcel.

Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), y el ex candidato presidencial del PT Fernando Haddad, firmaron un petitorio para exigir la renuncia de Bolsonaro por atentar contra la salud de la población. Lo mismo hizo Flavio Dino, único gobernador comunista, de Maranhao.

En el plano diplomático, los gobernadores han emprendido una diplomacia paralela al Palacio de Itamaraty, conducido por Ernesto Araújo, nombrado por indicación del astrólogo Olavo de Carvalho, gurú de la extrema derecha.

Doria abrió en Shanghai una oficina comercial del estado de San Pablo para tener diálogo directo con China. Los del nordeste formaron el Consorcio Nordeste y cierran acuerdos internacionale sin Itamaraty.

Los gobiernos derechistas de Río de Janeiro, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná están hoy más cerca de Doria que de Bolsonaro.

Bolsonaro igualmente insiste en su teoría de no cerrar el país y se negaba hasta este jueves a sancionar la ley de apoyo a los trabajadores informales de 150 dólares mensuales por tres meses. Quedó sólo porque el propio Donald Trump, su gran cobertura en el planeta, le recomendó: «Brasil va a tener que parar».

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