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La producción científica en la Antártida marca como un país protagonista a Argentina

Con más de 120 años de presencia en la Antártida y en su condición de fundadora del sistema del Tratado Antártico, la Argentina trabaja en ese mecanismo multilateral para reivindicar sus derechos soberanos y promover consensos internacionales para asegurar su protección medioambiental
Julio Mosle
Con más de 120 años de presencia permanente en la Antártida y en su condición de fundadora del sistema del Tratado Antártico, la Argentina trabaja en el ámbito de ese mecanismo multilateral para reivindicar sus derechos soberanos y promover consensos internacionales para asegurar su protección medioambiental, una política de Estado que convierte al país «en protagonista» y «más que importante» en ese continente, sostuvo el director de Política Exterior Antártica de la Cancillería, Fausto López Crozet.

«Dentro del sistema del Tratado Antártico, la Argentina es un país más que importante: tenemos la base permanente más antigua, la cual fue la única en su tipo durante décadas; desplegamos al día de hoy trece bases en distintos puntos de nuestro territorio antártico; y todas esas son plataformas para la investigación científica», apuntó López Crozet.

«El hecho de tener una gran producción científica antártica, que además llevamos adelante en cooperación con distintos países, también marca a la Argentina como un país protagonista en la Antártida», enfatizó el diplomático.

López Crozet recordó que «el Tratado Antártico se firmó en 1959 y entró en vigencia en 1961 y desde hace más de 60 años transforma temas que eran complejos o potencialmente conflictivos entre los países para llevarlos a un ámbito donde los principios generales son la no militarización de la Antártida, la cooperación internacional, la actividad científica y la protección ambiental».

El diplomático destacó que, «frente las posiciones que los distintos países expresaban sobre la posibilidad de que haya soberanía o no, el Tratado Antártico protege la reivindicación de los derechos de soberanía como los que tiene Argentina sobre su sector y lo que se busca es cautelar esos debates para poder trabajar en paz sobre el resto de los temas».

«El sistema del Tratado Antártico –añadió– es un gran ejemplo de cooperación internacional que permitió mantener a todo un continente en paz y protegido ambientalmente».

El funcionario indicó que «hay cinco ciudades que son reconocidas a nivel mundial como las «puertas de entrada» a la Antártida, Christchurch en Nueva Zelanda, Hobart en Australia, Ciudad del Cabo en Sudáfrica, Punta Arenas en Chile y la más cercana, a menos de mil kilómetros de la Antártida, es Ushuaia, que es la más importante».

«La Antártida además está desnuclearizada. El artículo 5 del Tratado Antártico prohíbe toda explosión nuclear y cualquier eliminación de desechos radioactivos en la Antártida. Ese artículo existe hoy gracias al trabajo mancomunado de países como Australia, Argentina y Chile, los países más cercanos geográficamente. Lograron prevenir estas situaciones en un contexto histórico en el que varios países hacían ensayos nucleares en el Pacífico Sur», recordó.

La Antártida es parte esencial de todo el sistema que regula el clima del planeta entero
López Crozet sostuvo que «al principio en el Tratado Antártico había doce países y ahora son más del doble, y como las decisiones se toman por consenso de todas las partes tenemos el desafío de construir acuerdos en todas las reuniones para mantener el espíritu de este mecanismo vigente».

«Nuestro sector antártico es parte de nuestro territorio y sabemos que la Antártida es parte esencial de todo el sistema que regula el clima del planeta entero, todo lo que hagamos para proteger la Antártida no beneficia solo a la Argentina sino al mundo entero; la presencia permanente de Argentina en la Antártida tiene más de 120 años y es un interés que ha trascendido a gobiernos con perspectivas muy variados, para nuestro país la presencia en la Antártida y la protección de nuestros derechos soberanos es una política de estado de más de un siglo», enfatizó.

El diplomático señaló que «la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) se firmó en 1980 y está vigente desde 1982 para conservar las especies. Al principio comenzó como una preocupación por la sobre explotación del Krill que es la base de la cadena de alimentación en el mar por lo que su sobre explotación afecta a muchas especies; a partir de ahí se fueron construyendo medidas de protección sobre diferentes especies con el objetivo de proteger los ecosistemas marítimos».

«Argentina tiene un rol importante que cumplir ahí, trabajamos con nuestros científicos y estamos pensando en hacer más cruceros de investigación científica como el que en estos momentos desarrolla el buque de investigación del Instituto Nacional de Investigación Pesquera (Inidep) Víctor Angelescu, que en estos momentos evalúa las poblaciones de merluza negra y pez de hielo al sur de las Islas Georgias del Sur», agregó.

«Cuando hablamos del trabajo de Argentina en la Antártida lo más destacable es la coordinación entre diversos ministerios y organismos que además de la Cancillería y de las Fuerzas Armadas que prestan el servicio logístico también incluye al Ministerio de Ciencia, al Inidep que depende del Ministerio de Economía y a otros más; es una gran equipo que proviene de distintas trayectorias, experiencias y formaciones detrás de un mismo objetivo que es proteger nuestro territorio antártico», finalizó López Crozet.

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