Tras el éxito de su último disco de inéditos titulado Una temporada de amor (2009) y de haber lanzado América (2010), un compilado de grandes éxitos, Estelares volvió a ingresar a bateas de la mano de El costado izquierdo, un material íntegramente producido por la agrupación que da un paso más en la búsqueda de un lugar privilegiado en la escena de la canción popular.
Estas nuevas composiciones debutarán en la ciudad esta noche, a partir de las 21.30, en el Teatro Auditorio del renovado espacio Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza).
Integrada por Manuel Moretti (voz), Victor Bertamoni (guitarras) y Pablo Silvera (bajo) y con el acompañamiento de Eduardo Minervino en teclados, y Sebastián Escofet y Guillermo Harrington en guitarras; Estelares realizó un proceso de producción de canciones atípico en su carrera. Un proceso más relajado, despreocupado y alejado de la producción de Juanchi Baleirón, quien supo formar parte importante del equipo en los últimos discos.
“Tenía ganas de tomar lo primero que me dijesen las canciones, arrancar un disco lo más desprejuiciado posible. Si bien no somos una banda con muchos prejuicios, porque nos metemos en la canción y hacemos lo que nos indica la melodía. En este caso fue juntarnos en mi casa y ver qué surgía de las canciones”, describió Manuel Moretti, al tiempo que haciendo referencia a la búsqueda de la agrupación que va allanando caminos en la canción popular, describió: “Hace tiempo que vengo defendiendo con cariño y con amor la canción popular, corriéndome de algo que me sale más fácil, que es el cantautor más intimista. Lo que me pareció interesante es que, incluso en la canción popular, hay ribetes de una intimidad muy grosa pero que está solapada, escondida, es como un ejercicio histórico que hago y que hacemos los Estelares, que tiene que ver con componer algo que parece muy sencillo pero que en realidad es bien profundo, sólo que para verlo hay que mirarlo tres o cuatro veces y prestarle atención.
Eso es la canción popular, algo que siempre parece tan sencillo pero que siempre tiene ribetes de lugares más bravos”.
“Hay una voluntad de música argentina, yo quiero que aflore esa música que me emocionó en un momento que es el melódico tanguero en formas que después termina siendo rock nacional. Pero con el melódico tanguero yo fui muy feliz y quiero que eso se escuche en los discos”, aseguró quien, consultado sobre el porqué de la elección de El costado izquierdo como nombre del disco, describió: “Tenía el concepto del costado izquierdo como el del costado más sensible, el políticamente incorrecto, el lugar donde uno se sale del mandato y trata de investigar desde uno mismo.
Después se me ocurrió esa imagen (la que prepondera en el arte de tapa) de un tipo comiéndose un corazón que me pareció muy fuerte pero me encantaba porque hay algo de eso en nosotros, o por lo menos yo muchas veces me he comido mi propio corazón para tener alguna idea de lo que intentamos hacer. También me gustaba a nivel sensorial y musical; además demuestra que lo último que soy es un hombre de derecha”.
“Ahora pasa que todo combina; en todo ese gran mundo racional en el que nos manejamos siempre como seres culturales, hay un lugar que me parece que es más fuerte, que no se controla con la cabeza, que la opaca profundamente. Hay muchas cosas que amás que van tomando su lugar de a poco en el tiempo, eso pasó con este disco: las canciones salieron más como el «melódico argentino», lo producimos nosotros, armamos las canciones en mi casa y no en una sala de ensayo; grabaron (Fernando) Samalea, Alejandro Terán y participan dos artistas de canciones populares,
(Enrique) Bunbury y Ale Sergi. Un montón de cosas que fueron derecho al costado izquierdo que no es otra cosa que el del corazón”, concluyó el vocalista.