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“La prostitución divide aguas hasta en el feminismo”

La realizadora Anahí Berneri habla de “Alanis”, la película protagonizada por Sofía Gala Castiglione que ayer ingresó en la Competencia Oficial del encuentro Donostiarra.

Tras la polémica desatada en la Argentina por algunas declaraciones de la actriz Sofía Gala Castiglione y por el afiche del film en el que aparece amamantando a su hijo en la ficción y en la realidad, se presentó en la Competencia Oficial de la 65ª edición del Festival de San Sebastián Alanis, quinto largometraje de la realizadora argentina Anahí Berneri, estrenado el jueves último en los complejos de cine locales.

El film, como suele hacer Berneri, pone atención sobre el derecho de las mujeres a tener su propia voz, aun cuando la decisión de éstas sea ejercer la prostitución.

Protagonizada por la referida Sofía Gala y su hijo Dante, según detalló la directora horas antes del estreno español, “la película narra las situaciones que atraviesa una mujer que elige la prostitución como una forma de sobrevivir entre elecciones muy limitadas”.

Conocedora de la bella ciudad vasca sobre el mar Cantábrico, se trata de la tercera vez que Berneri llega al Festival de San Sebastián, que arrancó el viernes, ya que anteriormente estuvo con sus films Encarnación (2007) y Aire libre (2014), y el año pasado fue jurado de la Selección Oficial, de la que ahora participa. La de Berneri es la primera de las películas argentinas que entra en competencia por la Concha de Oro, esperando el ingreso en el certamen de Una especie de familia, la película de Diego Lerman, que tendrá su gala de estreno mañana y que también se puede ver en Rosario.

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“El trabajo con esta película fue un proceso muy especial, en principio, porque partimos de un cortometraje que había surgido de un concurso de guión y que Sagai me propuso filmar a partir de una invitación que realizó al Proyecto Cine Independiente (PCI) que integro”, contó Berneri a la agencia de noticias Télam desde España.

El corto llegaba hasta la primera escena del film, donde la policía irrumpe en el privado donde trabajan dos prostitutas y lo clausura, pero Berneri relata que luego de los dos días de rodaje se dio cuenta que allí había material para investigar y entonces le propuso a Sofía Gala continuar el trabajo. Así se pusieron a pensar de manera urgente en esta película que describe la manera de sortear ciertos obstáculos y la forma de moverse de una mujer que trabaja como prostituta y que tiene un hijo.

Prostitución como tema

La reconocida directora habló acerca de las dudas que le generó el hecho de meterse con un tema complejo como la prostitución. “En principio, me dio miedo, porque el tema prostitución divide aguas hasta en el feminismo; lo primero fue trabajar la diferencia entre prostitución y trata, y empecé a ver cómo las últimas políticas de la Argentina confundían las dos situaciones; de modo que nos pusimos a trabajar con distintas asociaciones y a escuchar distintas campanas, porque hay asociaciones que hablan de abolir la prostitución y otras de legalizarla como un trabajo”, dijo la directora.

Y continuó: “Mi idea fue, sin juzgarla, hablar de una mujer que elige la prostitución como forma de sobrevivir entre opciones muy limitadas, y plantear que si hay tratante de alguna forma puede ser el Estado porque le da pocas posibilidades a ciertas mujeres; otra de las cuestiones centrales fue correr al personaje del lugar de víctima y mostrarla como una mujer que toma elecciones para sobrevivir con su hijo. La situación de la prostitución en Argentina es paradojal porque por un lado ninguna persona puede ser perseguida por ejercerla pero, al mismo tiempo, no hay ningún lugar donde pueda ser ejercida legalmente”.

Una actriz jugada

Entre las polémicas generadas en la previa y tras el estreno del film, aparece la elección de la actriz, que en film trabaja junto a su hijo real. “Sofía se comprometió enseguida con el tema y a trabajar con su hijo, lo que era determinante porque yo quería trabajar con una mujer que fuera madre; me pareció además que el peor insulto es decirle a alguien «hijo de puta», ese lugar de exposición del cuerpo de la mujer como objeto sexual y también como madre era un tema muy rico”, analizó Berneri.

De hecho, la directora reconoció los riesgos de trabajar con niños, algo que ya hizo en Por tu culpa, su tercer largometraje. “Me encanta trabajar con niños, lo hice en mis películas anteriores, siento que le dan mucha verdad a lo que uno está contando, que todo el set cambia su dinámica, porque algo de lo imprevisto y la verdad cinematográfica aparece con ellos en el rodaje”. Y completó, acerca de cierto naturalismo que impregna la narración del film: “Es una película que no buscaba la representación de la verdad sino la verdad de la representación, cuando uno hace una película, está buscando un verosímil, buscando que sea creíble, y muchas otras veces lo que hace es salir a la calle, buscar filmar en lugares como Plaza Miserere, buscar allí ciertas verdades que existen e investigar mucho la problemática. Quizás la película es naturalista por el universo que cuenta aunque en realidad creo que es un melodrama. Sí es cierto que planteamos la cámara fija en toda la película, queríamos que no hubiese movimiento de cámara con un personaje que no se detiene nunca, que siempre está en acción, que no se detiene a reflexionar qué le está pasando, el desafío era mostrar la acción del personaje sin mover la cámara y componiendo con el cuerpo de Sofía, corriéndonos del lugar del primer plano. Me gusta que el espectador se concentre en los personajes y no esté pensando en la gramática de la puesta”.

SOSTENER LA DIGNIDAD

En el film, Alanis trabaja como prostituta. Con su bebé y con Gisela, una compañera varios años mayor, comparte un privado en el centro donde vive y atiende. Haciéndose pasar por clientes, dos inspectores municipales clausuran su casa y se llevan a su compañera, acusada de trata. Alanis llega con su ropa de trabajo y llena de engaños a parar a lo de una tía, en un local de modas frente a Plaza Miserere. Desde ese barrio multirracial, de tránsito y violento, intenta recuperar su dignidad, ayudar a su amiga y cuidar a su hijo. “Lo primero era sostener la dignidad del personaje, por otro lado, creo que estamos lejos de que desaparezca la prostitución y la demanda de la prostitución, y en ese sentido me ubico en el lugar de la protección, no puede ser que haya una persecución, me parece que las mujeres tienen que tener alternativas, que tiene que existir la libre voluntad de la persona que decide”, completó Berneri acerca de la pelicula.

La película Alanis, que debutó a salas llenas el jueves último en el país, se puede ver en Rosario en los complejos Hoyts, Village y Monumental.

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