“Ya están los pisos, los techos y las aberturas de once aulas. Los trabajos van a buen ritmo. Finalmente, después de tanta lucha de toda la comunidad educativa de Cabín 9, el edificio de la escuela secundaria Nº 574 estará listo en un 80 por ciento para el 1º de marzo del año próximo”, dice emocionado el maestro Higinio Chimenti, de la primaria Provincia del Chaco, ubicada en Perito Moreno y Hudson en el sudoeste de la ciudad.
El edificio destinado al establecimiento de enseñanza secundaria del barrio de Pérez lindante con Rosario se levantó en el marco del Plan 700 Escuelas de la Nación, en Ombú y Las Gaviotas, pero en el año 2007 la empresa responsable abandonó los trabajos. Hubo familias que usurparon el lugar y, gracias a la pelea que dieron padres y docentes, finalmente la provincia se hizo cargo: llamó nuevamente a licitación para terminar la obra.
El gobernador Antonio Bonfatti anunció el lunes a los vecinos de Pérez, donde inauguró el nuevo sector del sistema cloacal de la ciudad, una inversión de 40 millones de pesos para finalizar el edificio de la escuela Nº 574 y, en el marco del Plan Abre, realizar obras que incluyen la construcción de un centro de salud para Cabín 9, e inversiones en infraestructuras para tres clubes de la vecina ciudad.
Además, “fuera de esta cifra –añadió el gobernador–, en los últimos días di instrucciones al director provincial de Vialidad de incluir la obra de extensión del Camino Límite Rosario-Pérez, entre bulevar Seguí y la nueva avenida Rivarola”, un tramo de ocho cuadras que con pavimento de hormigón enlazará ambos accesos a Rosario.
Lucha y censura
“Cuando hace un año, vecinos, alumnos y maestros realizamos un abrazo solidario a la escuela, desde el mismo Ministerio de Educación reconocían el estado del establecimiento y que poniéndole pilas la escuela se podía terminar, y por fin estamos en la última etapa”, señala Chimenti, uno de los maestros que admite que lideró la lucha “porque a los docentes de la secundaria los amenazaron con hacer sumarios si protestaban”.
“Durante ocho años nadie hizo nada, hasta que la situación en nuestra comunidad no dio para más. Convivíamos en un mismo lugar cinco escuelas: la primaria Nº 1209, el Cecla Nº 6631, la primaria nocturna Nº 2561, el Eenoa Nº 1325 y un Eempa. Dos mil seiscientos alumnos de 6 a 25 años compartiendo aulas y baños, más los 150 docentes y 50 no docentes, todos conviviendo en un mismo lugar”, explicó quien acompañó en varias oportunidades a los padres hasta las puertas de la sede del Ministerio de Educación para que se “visibilice un problema que es de todos: la educación de los chicos”, cerró Chimenti.
Una madre, en la vereda de la escuela, abundó sobre la situación: “Vivimos en una zona muy poblada, lejos del centro de la ciudad y todos nuestros hijos confluyen en cinco escuelas dentro de un mismo establecimiento”.
“Todo esto provoca roces entre alumnos y personal docente. Los chicos de la primaria salen a las 17 y coinciden con la salida de los alumnos de la secundaria, de 3º, 4º y 5º años, en una zona de alta inseguridad, y esto ha provocado una merma en la matrícula a partir del tercer año”, añadió esperando que finalmente el año próximo el ciclo lectivo encuentre a los alumnos de la secundaria, diurna y nocturna en el establecimiento cuya construcción estuvo detenida por desidia burocrática y vuelve a arrancar por la pelea de un barrio.
La Feria “un paseo de compras de la probreza”
El maestro Higinio Chimenti es todo un referente en Cabín 9 y asiste cada sábado a la feria que se realiza en la canchita de Las Gaviotas y Ombú, lindera con el edificio que se está terminando.
“También es una forma de controlar si están trabajando o no. Este sábado, el sereno nos confirmó que en la semana trabajaron unos 60 albañiles, cuando la empresa constructora cuenta con unos 25, lo que nos hace pensar que la provincia está sumando personal para que el ritmo de los trabajos no se detenga y que el año próximo las clases comiencen con tranquilidad.
La feria la arman los vecinos, herencia del viejo trueque del 2001. Para Chimenti se trata de un paseo de compras de la pobreza, donde, por ejemplo, una mamá mató al perro, lo adobó y lo vendió como chivito por un par de zapatillas.
“Son las anécdotas de las miserias”, comenta el docente describiendo con crudeza la realidad de un barrio de los márgenes de la ciudad.