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La provincia elige a su décimo gobernador desde la vuelta de la democracia

Un repaso histórico desde 1983 a 2019. Las reformas electorales: boleta sábana, ley de lemas, sistema de primarias y boleta única. Bonfatti ante el desafío de igualar la marca de Reutemann y Obeid
La ciudadanía santafesina elige este domingo a su décimo gobernador desde la recuperación de la democracia. Tres postulantes quieren llegar al sillón del Brigadier: el socialista Antonio Bonfatti (Frente Progresista), el peronista Omar Perotti (Frente Juntos) y el radical macrista José Corral (Cambiemos).
Bonfatti va a las urnas en busca de su segundo mandato, algo que en esta etapa de la historia provincial solo consiguieron Carlos Reutemann (1991 y 1999) y Jorge Obeid (1995 y 2003). Pero además, el candidato oficialista tiene la difícil tarea de sostener en el poder al Frente Progresista, luego de tres gestiones al hilo.
Será la tercera elección de gobernador con boleta única y la cuarta desde que se implementa el sistema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso). Pero, además, tiene un condimento extra: con la renovación de autoridades, Santa Fe (como el resto del país) consolida el sistema democrático; el mandatario que resulte electo este domingo gobernará hasta 2023, año en que se cumplirán cuatro décadas ininterrumpidas de institucionalidad.
El sistema de partidos y alianzas es muy distinto en 2019 respecto de 1983. En aquellas primeras elecciones post-dictadura la polarización fue entre el PJ (con José María Vernet como candidato) y la UCR (Aníbal Reinaldo) y el resultado muy ajustado: apenas un punto porcentual. Cuatro años más tarde, Víctor Félix Reviglio (PJ) superó por 14 puntos al radical Luis “Changui” Cáceres y se convirtió en el segundo gobernador de la democracia.
Durante la década del 80, el PDP era la tercera fuerza política con un peso electoral relativamente importante: la fuerza liderada por Alberto Natale sumó 10 puntos en 1983 y casi 14 en 1987. Eso iba a cambiar en los 90 con la consolidación del socialismo –desde la Intendencia de Rosario–, que ensayó distintas alianzas políticas hasta que logró conquistar la Casa Gris recién en 2007 en sociedad con la UCR, para terminar con 24 años de mandatos peronistas.
Pero antes de eso hubo una larga historia…

Los tres sistemas

La provincia de Santa Fe ensayó distintos esquemas electorales. En las dos primeras elecciones posteriores a la dictadura (1983 y 1987) se utilizó el sistema tradicional de boleta sábana, algo que generaba “tracción” de parte de los candidatos más conocidos a favor de los integrantes de las listas colegiadas, como los diputados y los concejales.
Aquel sistema no iba a durar mucho. En 1990, el peronismo gobernaba la provincia –siempre sin la posibilidad de la reelección, vedada por la Constitución de 1962– pero enfrentaba un proceso electoral difícil contra un radicalismo en alza, de la mano del Horacio Usandizaga. Ese año se sancionó la ley de lemas, una controvertida herramienta electoral que permitió a los partidos sumar los votos de todas sus listas internas a favor del candidato más votado.
La ley de lemas se utilizó por primera vez en 1991 y le permitió al PJ retener el gobierno de la mano del ex piloto de Fórmula 1 Carlos Reutemann, acompañado en la fórmula por Miguel Ángel Robles (PJ). El PJ, sumadas todas sus listas, logró el 46,8% de los votos, contra el 40,5% de la UCR, que postuló a Usandizaga.
En términos individuales, en 1991, Usandizaga sacó 120 mil votos más que el Lole, pero las reglas de juego lo dejaron fuera de carrera. Lo mismo ocurrió en 1995 cuando el peronista Jorge Obeid se impuso ante el Vasco, que otra vez sacó más votos en términos individuales, aunque no le alcanzó para llegar a la Casa Gris.
La elección de Obeid en 1995 marca el inicio de la dinastía de Reutemann dentro del PJ. Ese año el presidente Carlos Menem –que había sido reelecto por paliza– apoyaba la fórmula Cavallero-Perotti; pese al poderío del riojano, el Lole logró imponer a su propio candidato. Reutemann y Obeid se alternaron en el poder durante 16 años, entre 1991 y 2007, hasta que se volvió a modificar la legislación electoral.
De todos los comicios realizados bajo la ley de lemas, el de 1999 fue el único donde el candidato más votado resultó electo gobernador. Ese año, Reutemann orilló los 900 mil votos y volvió a superar al radical Usandizaga, que ese año se presentó por última vez como candidato a gobernador.
Con el cambio de siglo y de milenio, tras la crisis político-institucional de 2001, el peronismo logró retener el poder. En 2003 Obeid, con el apoyo del presidente Néstor Kirchner, se impuso dentro del PJ al candidato de Reutemann (Jorge Hammerly), pero fue superado en términos individuales por el socialista Hermes Binner, que hacía su debut como candidato a gobernador de la alianza Encuentro Progresista.
La elección de 2003 escandalizó al país por el esquema que seguía vigente en Santa Fe. Ese año Binner logró 600 mil votos y Obeid apenas 345 mil, pero los cinco candidatos del PJ sumados le permitieron al santafesino volver a la Casa Gris.
En esa campaña, Obeid (acompañado por María Eugenia Bielsa como vice) se había expresado en contra de la ley de lemas; una vez electo, envió a la Legislatura un proyecto para modificar el sistema electoral. En 2004 se sancionó la ley de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, que la Nación tomaría como modelo en 2011.
En 2007, el socialista Hermes Binner junto a Griselda Tessio compitieron bajo el  nombre Frente Progresista: sumar 864.524 votos (52,7%) y aventajaron a la fórmula del PJ (Rafael Bielsa-Carlos Galán) por más de diez puntos. Empezaba la hegemonía del Frente Progresista.

La boleta única

Las elecciones de 2011 tuvieron una particularidad: se utilizó por primera vez la boleta única, una novedosa herramienta electoral aprobada por la Legislatura a fines de 2010 a partir de un proyecto del entonces diputado provincial Pablo Javkin.
Bajo el nuevo esquema (sistema Paso con boleta única), el Frente Progresista retuvo el poder con la fórmula Bonfatti-Henn, pero iba a experimentar en carne propia una de las características más discutidas de la herramienta: el corte de boleta “obligatorio”. Ese año, Bonfatti ganó en la categoría de gobernador y María Eugenia Bielsa, por el PJ, se impuso en la elección de diputados provinciales.
Cuatro años más tarde, el socialista Miguel Lifschitz se impuso por estrecho margen ante los candidatos del PRO (Miguel Del Sel) y del PJ (Omar Perotti), en las recordadas elecciones de los tres tercios. Ese mismo año Bonfatti ganó con holgura la categoría de diputados provinciales. Otra vez el “corte obligatorio” que propicia la boleta única.
El esquema no volvió a modificarse, más allá de que distintos sectores políticos han planteado la necesidad de eliminar las Paso. La Nación adoptó ese sistema en 2011, algo que aleja la posibilidad de que haya una nueva reforma electoral en nuestra provincia.
Este domingo, los santafesinos iremos a las urnas para elegir –entre tres postulantes– quién será el décimo gobernador desde la recuperación democrática. Que no parezca poco.

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