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La rebeldía de Moreno le dio la victoria a Newells ante San Lorenzo

Con un zurdazo de afuera del área, el juvenil abrió el marcador y le dio los tres puntos a la lepra. El quipo de Kudelka aprovechó una fecha donde la mayoría de los rivales en la tabla de promedios dejaron puntos en el camino

El pibe Moreno tomó el rebote, levantó la cabeza y se tuvo fe. Acomodó el cuerpo y sacó un zurdazo lleno de ilusión. No se asustó con el bochorno de tirar la pelota a cualquier lado. Prefirió rebelarse y le pegó. Inmediatamente todo el Coloso entendió que iba a ser gol. Golazo para que Newells se quedara con un partido con pinta de empate. Tres puntos de alivio para pensar cada vez menos en la tabla de promedios.

La fecha 18 le hizo un guiño a Newell’s. Jugar en el cierre esta vez tuvo su ventaja, porque la mayoría de los rivales en la tabla de promedios dejaron puntos en el camino. El panorama previo era alentador, y el alivio se percibía en el Coloso. Pero esa calma se trasladó al juego. El equipo salió adormecido, le dio la pelota al rival, y dejó que el partido corriera. Y Torrico le quedó lejos, muy lejos.

San Lorenzo pudo aprovechar poco la ventaja de posesión. Los hermanos Romero sacaron a relucir todo su repertorio de habilidades, pero estuvieton más para un show circense que para inquietar a Aguerre. Y salvo una sorpresiva subida de Peruzzi, que aprovechó el huevo que Newells siempre le deja al cuatro rival y se asustó al quedar mano a mano, pasó poco en el inicio.

La chispa del partido la encendió Echavarría, primero dudó con una supuesta mano de Fernández reclamada como penal por San Lorenzo (la pelota le dio en el rostro), y enseguida, tal vez condicionado por la duda, no sancionó una mano de Donatti en el área, tras una arremetida de Lema. Enojado, Newells reaccionó, al menos salió del letargo, aunque le faltó precisión en ataque, salvo cuando la pelota le llegó a Maxi.

El corte de luz en el entretiempo hizo que los equipos debieran barajar y dar de nuevo. Y saber cómo iban a salir a jugar el resto del partido era toda una incógnita.

Nada parecía cambiar. La Lepra le dejó la pelota al  Ciclón, y dejó que Lema se hiciera cada vez más inmenso, insuperable de arriba. Así, la visita se fue desmotivando, como sabiendo que anotar un gol era imposible.

El 0 a 0 empezó a conformar a los dos. Y los hinchas empezaron a ver la tabla de promedios y se dieron cuenta que el punto no era mal negocio. Pero el pibe Moreno tuvo un rapto de rebeldía. Fue irreverente en el momento que el partido bajaba la persiana. Un latigazo de zurda infló la red de Torrico y el Coloso explotó. Estaba escrito. La fecha 18 había amanecido favorable para la Lepra. Y el equipo de Kudelka no quiso irse sin nada de su propia fiesta. Y los tres puntos le trajeron alivio abajo, y expectativa copera arriba. Qué más pedir.

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