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“La reina de la soja”: modelo hegemónico de belleza y monocultivo, cruzados en una obra de teatro

El biodrama de la actriz Valeria Ré, radicada en Buenos Aires pero con el que revisa su adolescencia en su Arequito natal, se presenta este sábado con una única función en La Usina Social

Una historia de adolescencia y juventud pueblerina, un anhelo que a lo lejos es más una anécdota que un pasaje vital con el que es necesario reconciliarse sin dejar de lado el sentido crítico que aportan el feminismo y los cambios de paradigmas que ocupan un lugar de valor en la agenda del presente. Precisamente, se trata de momento del pasado que dispara en el imaginario actual de una actriz una necesaria mirada reviosinista de aquellos años, los 90, por momentos con cierta ternura y en otros sin contemplaciones y más al hueso.

La reina de la soja es el nombre del espectáculo unipersonal de la actriz Valeria Ré, nacida en Arequito en 1990, donde por un tiempo llevó en sus manos el singular cetro, hoy radicada en Buenos Aires y con un importante recorrido en las escénicas. El material, con el que la actriz se presenta en Rosario este sábado con una única función en La Usina del Arte, propone un singular cruce entre el modelo hegemónico de belleza y el monocultivo, en un pueblo como Arequito, en el corazón de la producción sojera del país, en los años 90.

A través de esta propuesta, lo que se cuenta es la historia real de la autora y protagonista, que fue elegida Reina Nacional de la Soja en su pueblo cuando era adolescente, en un año muy particular para el país. Entre documentos de archivo y relatos que la rodean, en una fusión de las lógicas biodramáticas (donde una persona cuenta su propia historia en formato escénico) con las coordenadas del teatro documental (donde fotos, relatos y videos reales son el soporte del relato), la llevan a recrear y replantear su historia de vida.

Volver al pueblo

“Al ser éste un material tan autobiográfico, concretamente un biodrama, montar la obra fue todo un proceso. Es teatro documental porque trabajo en escena con material de archivo real; con registros en VHS que pasé a digital, todo un recorrido que es parte de mi historia de vida: es un ida y vuelta entre esa Valeria adolescente que experimenta en un momento ser elegida Reina de la Soja en Arequito y la Valeria que soy ahora, la del presente; hay un diálogo ahí con una infancia en los 90 y todo lo que nos fue atravesando en esos tiempos, tanto a los territorios como a los cuerpos, en este caso el mío”, contó la actriz acerca de esta propuesta de la que participa, en un off, el actor, director y docente porteño Norman Briski, quien es su gran maestro, con un agradecimiento especial al recientemente fallecido dramaturgo Roberto Tito Cossa, quien la alentó a seguir adelante con este trabajo apenas pudo leer el texto de lo que más tarde sería la obra.

Saludo de reina

En este proceso de trabajo que derivó en el montaje de la obra, el cuerpo hegemónico de los concursos de belleza queda de lado frente a los cambios logrados por los feminismos con la puesta en valor de los cuerpos reales. “Precisamente, este material surgió armando un cuadro para una performance para el Encuentro de Mujeres de Trelew en 2018. Ahí, con un colectivo de mujeres del que participo, surge la idea de entrar saludando como reinas de belleza, y yo les digo que fui reina de la soja de verdad, por lo tanto propongo un tutorial de saludos, y así entramos saludando como reinas unas cien mujeres. Pero mis compañeras quedaron sorprendidas cuando les conté que había sido de Reina de la Soja. Yo no lo contaba porque me daba pudor, lo tenía escondido, como si fuera algo que no pasó, que ya estaba, me avergonzado un poco. De algún modo, le metí prejuicio a eso pero después me amigué con esa historia y me propuse sacarla, contarla en una obra”, planteó la actriz.

Y sumó: “En ese sentido, esa parte de mi historia me sirvió para hablar de algunos temas que me interpelan respecto del territorio, de la soja, del daño que genera el monocultivo, lo que pasa con la tierra y con los cuerpos está muy relacionado. Es esta idea de que lo que le hacemos a la tierra se lo hacemos a nuestros propios cuerpos y viceversa”.

La idea de lo hegemónico es inherente a los cuerpos y a la soja, con todo el daño que eso ha generado en el territorio y en la salud de pueblos de la región con aguas contaminadas, montes arrasados y un futuro muy incierto. “Ese cruce fue lo que disparó mi interés en montar esta obra; sentí que estaba todo muy íntimamente relacionado: monocultivos que han matado la biodiversidad local con todos los inconvenientes que eso acarrea en el campo de la salud, del daño climático, con calor en invierno, frío en verano, temperaturas que no tienen nada que ver con las estaciones que transitamos, lluvias estrepitosas e inundaciones, y no nos hacemos responsables de eso”, analizó Ré.

Y profundizó: “La obra toca muchos puntos, son varias las temáticas que la atraviesan. Y parto de mi propia historia porque nací en 1990 y en aquellos años funcionaba en Arequito, una localidad con 7 mil habitantes, una escuela de modelos y yo a los 8 años fui a esa escuela. Eran los 90, estábamos bombardeados, era lo que veíamos en televisión, en las revistas y escuchábamos todo el tiempo, y yo quería ser modelo; incluso llegué a estar con Pancho Dotto, porque en aquellos años todas teníamos que ser modelos y hermosas de una única manera. Con esta obra propongo abrir mi registro personal para poder pensarnos entre todos y todas en una problemática que es colectiva”.

En un tiempo donde el teatro documental se volvió muy poderoso, en el contexto de un proceso donde el recorrido en el campo de las escénicas tuvo gran protagonismo en la vida de una actriz para poder hacer este repaso con sentido crítico y en relación con una cambio en sus modos de ver y percibir el mundo, Valeria planteó: “Creo que justamente el trabajo con Norman Briski, un gran maestro no sólo en el teatro sino también en la vida, fue lo que me ayudo en ese cambio; yo llegué a Buenos Aires muy chica, venía de estar un tiempo en Rosario y después me fui a vivir a Córdoba donde empecé a hacer teatro. Pero llegar a Buenos Aires y trabajar con Norman me explotó la cabeza: tenía 21 años y mucho por aprender, fue una primera etapa de cuatro años en la que íbamos al Hospital Borda para hacer trabajo de campo. Fue un acercamiento al teatro muy distinto a lo que yo conocía hasta ese momento; mucho aprendizaje, romper con muchas cosas que uno tiene previamente armadas, pero empezaron a caerme las fichas y ya después no podía mirar para otro lado y hacer como que no pasaba nada. Todo ese proceso me acercó a mi historia, entendí que era eso sobre lo que debía trabajar y lo que tenía para contar. Porque todos tenemos un artista en algún lugar, todos somos creadores de nuestra vida, entonces saber que podemos escribir, que podemos expresarnos, y sobre todo hacerlo en estos tiempos, me parece que es una herramienta que nos puede ayudar a cambiar nuestra visión del mundo”.

Finalmente, la actriz expresó qué le diría aquella adolescente que fue reina de belleza, que soñaba con ser modelo, desde la mujer-actriz y empoderada que es hoy: “Primero la abrazaría fuerte y le diría que esté tranquila, que vaya despacito, y sobre todo que escuche a su corazón más allá de todo lo que pase en el exterior”.

Para agendar

La reina de la soja, obra de la actriz Valeria Ré, se presenta en Rosario este sábado 22, a las 21, en La Usina del Arte (Jujuy 2844). La apertura de puertas y gastronomía del multiespacio será desde las 20. Más información en https://www.instagram.com/lareinadelasoja_obra/. Entradas anticipadas: https://compras.evento-simple.com/lausinasocial/eventos/la-reina-de-la-soja-e14

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