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La represión en el “Cordón”

Por Leónidas Ceruti / Historiador.- Las ciudades fabriles a orillas del Paraná gestaron una importante movilización obrera y social que fue desactivada por la persecución, tortura y muerte de varios dirigentes. Hacia el norte de Rosario, se denuncia una veintena de crímenes.

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Durante las dictaduras militares, en particular la última, el denominado “Cordón industrial” fue un escenario clave de la represión que tuvo a trabajadores y dirigentes obreros entre sus principales víctimas. A 37 años son pocos los adelantos en la búsqueda de justicia y en algunos casos, como la causa San Lorenzo donde es llevada a juicio la dramática situación vivida por Manuel Casado, llama la atención que se intente desvincular ese caso del gran operativo de persecución política y desaparición física de personas desatado en las ciudades al norte de Rosario. Por el momento, organismos de derechos humanos de Rosario y el Cordón Industrial están intentando que todo sea llevado a un proceso judicial amplio que englobe tanto a los responsables directos como a los indirectos. Al mismo tiempo, aún se desconoce qué pasó en las urbes fabriles a la vera del Paraná.

El año pasado, la fiscal Mabel Colalongo pidió la postergación del inicio del juicio a Osvaldo Cervera, que era el jefe del Batallón de Arsenales de Fray Luis Beltrán, quien además fue el interventor en la intendencia de San Lorenzo, que asumió el 25 de marzo de 1976 manteniendo ambos cargos y desplazando a las autoridades elegidas constitucionalmente; a Horacio Maderna, el segundo jefe del Batallón; y a un abogado que en ese momento trabajaba con ellos en la Municipalidad y supongo que San Lorenzo debe conocer la historia, cuyo apodo es Pili y su nombre es Pedro Alberto Rodríguez. La razón fue, porque “es evidente que no fueron sólo estos tres requeridos ni fue sólo blanco de estos, la víctima Casado. No pudieron ellos tres ejecutar de mano propia todos los hechos que afectaron a los trabajadores, representantes gremiales, militantes sociales del Cordón Industrial San Lorenzo”, según expresó Colalongo al periódico Síntesis, y agregó que estos personeros de la dictadura militar tenían “como objetivo implantar un proyecto político, económico y cultural que hiciera honor al poder hegemónico”.

“Qué mejor lugar en ese momento que el Cordón Industrial San Lorenzo, donde había y sigue habiendo empresas pertenecientes a ese poder, puertos y todo lo necesario para mantener esa hegemonía”, redundó la fiscal.

Ahora bien, ¿cuál es la historia de estos trabajadores y su trágico destino?

Trabajadores del “cordón”

La zona industrial que abarca desde Rosario hacia el norte hasta Puerto San Martín tomó impulso desde la segunda mitad de los años 50, y fue uno de los polos industriales más importantes del país y América latina en las décadas siguientes.

El papel protagónico estuvo en manos de las industrias pesadas y semipesadas de capital extranjero y nacional, en las que el gran tamaño de las plantas estaba asociado a un elevado producto por hombre.

El movimiento obrero del cordón industrial recorrió un camino de importantes luchas, se conjugaron viejas y nuevas camadas de trabajadores. Se dio un movimiento desde la base que generó un nivel de organización singular, con reivindicaciones, métodos de lucha novedosos, con movilizaciones callejeras, que llevaron a los gremios a tener un gran protagonismo en la sociedad.

A la vez, se dejo sentada la independencia de los sindicatos de los partidos políticos, la patronal y el Estado. Los gremios adoptaron posiciones antiburocráticas, antipatronales, antidictatoriales y antiimperialistas. Se destacó entre todos los sindicatos, el Sindicato de obreros y empleados petroquímicos unidos (Soepu). Se recuerda especialmente la toma de fábrica con gestión obrera de la producción durante un mes en 1974. Fue el primer gremio intervenido por los genocidas del 76.

A fines de la década del 60, se organizó la “Intersindical”, que surgió como una alianza sindical defensiva, clasista y solidaria. Los trabajadores respetaban la decisión de las asambleas, en las que la deliberación, decisión y ejecución quedaba en manos de los asalariados.

El golpe contra los obreros

La represión a la clase obrera, al pueblo y a las organizaciones populares comenzó antes de la dictadura, con la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). En el primer semestre de 1973 fallecieron en circunstancias y accidentes muy sospechosos y poco “claros” dos secretarios generales, el “Negro” Acevedo y Néstor Moglia, junto a su esposa Betty. Posteriormente, a fines de 1974, el Poder Ejecutivo Nacional arrestó arbitrariamente a Horacio Zamboni, abogado del Soepu, del Sindicato de Obreros Ceramistas, la Intersindical y del Sindicato de Obreros de la Alimentación de Firmat. En horas de la madrugada del 21 de septiembre de 1975 asesinaron a José Alberto Polenta en la ruta 11, frente a la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán. Los atentados siguieron y también muchos se tuvieron que exiliar.

El golpe militar del 24 de marzo de 1976 fue concretado para restaurar el orden en la producción, y desarticular las distintas formas de organización que se habían dado los trabajadores e imponer un plan económico de distribución en su contra. Su aplicación trajo consecuencias sociales, como el cierre de fábricas y desocupación, deteriorando las condiciones de vida de los trabajadores y de la población.

Con el golpe del 76, la represión aumentó cuando el miembro de la comisión interna de Sulfacid, José Dalmacio “la Chancha” López, ingresó en la larga lista de los desaparecidos, y cuando fue asesinado Héctor Muller, militante de la misma fábrica, luego de ser secuestrado y torturado salvajemente. Además, parte de la comisión directiva del Soepu fue detenida y encarcelada.

Rosario y su zona constituyen el lugar en donde más torturados hubo, sostuvo en su informe la Comisión Nacional de Desaparición de Personas en octubre de 1984. Fueron reconocidos diez centros clandestinos de detención, mientras en la parte norte del “Cordón” funcionaron La Calamita (en Granadero Baigorria) y Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán.

El Espacio por la Memoria, la Verdad y la Justicia, junto a familiares y amigos de detenidos y desaparecidos del Cordón Industrial presentaron ante la Justicia Federal la causa por delitos de lesa humanidad del que fueran víctimas trabajadores de esa región. Hasta ahora hay denunciadas una decena de desaparecidos. Lamentablemente, sólo un juicio se intenta llevar a cabo donde se ve una parte mínima, aunque no menos dramática, de esta tragedia del pueblo.

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