El año recién arrancaba y en las redes sociales, escenario de las disputas simbólicas y políticas actuales, comenzaba a circular el hashtag #MiráCómoNoTeMiro. Vaciando de contenido la consigna #MiráCómoNosPonemos, bandera del colectivo de Actrices Argentinas tras la denuncia de Thelma Fardín contra Juan Darthés por violación, el hashtag tenía como objetivo una especie de boicot contra la telenovela Campanas en la noche que comenzará el lunes 14 por el primer time de Telefé, y más específicamente a Calu Rivero, su protagonista y la primera actriz que denunció al actor, hoy autoexiliado en Brasil.
https://twitter.com/GustavSebasti/status/1079752482027393024
https://twitter.com/NietoFabbian/status/1080236132196118528
#MiráCómoNoTeMiro comenzó a circular el martes impulsado por cuentas cuyos posteos anteriores los posicionan como “anti-feministas, anti-abortistas” y con estrecha relación con el hashtag #YoTeCreoJuan que salió en apoyo al actor argentino que viajó a Brasil con el objetivo de burlar a la Justicia ya que allí no podrá ser extraditado por la causa que inició Fardin. “Por su doble nacionalidad, Brasil es el único refugio legal que Juan Darthés tiene para que no se lo lleven de los pelos a Nicaragua”, publicó Thelma en su cuenta de Instagram, apenas supo del viaje del actor.
“Ante las reivindicación y los avances del Colectivo de Mujeres siempre hay un efecto reactivo”, analizó Florencia Rovetto, investigadora del Conicet y integrante de la Secretaría de Género y Sexualidades de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR, quien señaló que la denuncia de Thelma y el Colectivo de Actrices hizo que el fenómeno que ya venía masificándose, sobre todo a partir del primer #NiUnaMenos, amplifique su estado público. “Cada movida que hace el Movimiento de Mujeres, que tiene que ver fundamentalmente con la violencia de género pero que complejiza también el problema mostrando cuáles son todas las violencias encubiertas que permiten que esas violencias sigan existiendo, genera reacciones inmediatas sobre todo en quienes se sienten interpelados”, apuntó la investigadora sobre los que definió como “los machirulos clásicos pero también las instituciones y los medios de comunicación que pretenden que las cosas sigan como están y que están interpelados porque ejercen y reproducen esas violencias”.
El fenómeno es complejo. Las redes tienen muchos más usuarios que antes, además no sólo dan la impunidad de decir desde un supuesto anonimato sino que también permiten la masificación de consignas desde cuentas falsas, los populares “trolls”, que se conocieron masivamente en los últimos años, cuentas falsas que producen contenidos similares en poco tiempo, instalando así distintas temáticas en Twitter.
“En la actualidad mucha más gente tiene cuentas en las redes y las usa. Después está el fenómeno del uso de campañas políticas que hace el macrismo incluso para medir a sus posibles votantes, tirando consignas e incluso tergiversando algunas cuestiones como los trolls que mezclan todo. Me parece que las redes cumplen un rol fundamental en la política, incluso en el ritmo de la política. De hecho, todos los políticos hoy tienen community manager”, analizó Rovetto.
“Quienes tuitearon bajo el hashtag #YoTeCreoJuan, en su mayoría, habían escrito bajo la consigna #ConMisHijosNoTeMetas o #SalvemosLasDosVidas. Hay todo un sector de la población, bastante minoritario que tiene lugar en las redes y en los canales de televisión. Si nos ponemos a ver quiénes opinan en los programas de espectáculo, salvo algunas excepciones que se fueron modificando en los últimos años, en general son varones y sin perspectiva de género”, puntualizó la investigadora.
Las redes son el escenario actual, un instrumento de agitación, de reacción y también, según Rovetto, de “construcción de contra hegemonía”, y en ellas convive todo.
“Para el movimiento feminista las redes han sido muy importantes. Venimos de hacer varias interpretaciones del fenómeno #NiUnaMenos en el 2015 y cómo fue evolucionando a nivel de producción iconográfica, y es evidente como el movimiento feminista fue evolucionando en el uso de las redes, que van mostrando como la política va cambiando sus formas de decir, sus consignas”, contó la investigadora, quien consultada sobre la reacción generada a partir de ese crecimiento analizó: “Hay mucha maquinaria con gente paga con estructura para generar reacción o contra respuesta sobre la avanzada de la contra hegemonía feminista. Porque de alguna manera el feminismo venía generando eso, contra hegemonía en términos semánticos, simbólicos, subjetivos, instalando debates, consignas, reivindicaciones, no sólo a través de las redes sino también a través de los paros y las marchas. Ahora viene como un discurso de reacción, de contra imaginación para retroceder al magma de la vida del patriarcado sin alteraciones”.