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La Rosa se sigue marchitando

La Municipalidad dictó ayer el cese de actividades hasta que resuelva la Justicia.

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La Municipalidad decretó ayer el cese de actividades del cabaret La Rosa, hasta que la Justicia resuelva la situación del propietario del local que está detenido desde el sábado acusado del delito de facilitamiento de la prostitución. A su vez, fuentes judiciales indicaron que la jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la investigación, determinó la prórroga del secreto de sumario y la cautela del local.

Ayer a la tarde, el secretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita; el director de Inspección Municipal, Gregorio Ramírez; la concejala Daniela León; Marcela Muñoz, de la Dirección Especial de Prevención y Sanción del Delito de Trata de Personas, empleados del local y el abogado de Juan Cabrera, Paul Krupnik, llegaron hasta Callao y Güemes donde la Municipalidad instrumentó el cese de actividades, que se agrega a la clausura ordenada por la justicia.

La polémica porque la municipalidad no clausuró el local vino de la mano de las puertas que conectan el local con el hotel, ambos propiedad de Cabrera. “Lo que constatamos es que hay tres puertas que están cerradas y no se puede abrir. Una es un blíndex que está fijo y las otras dos están soldadas. No se puede pasar desde el hotel al bar, a pesar de que están conectados”, dijo Baita.

La concejala Daniela León se acercó a la puerta de La Rosa a presenciar el accionar del Ejecutivo. “Lo hice como presidenta de la Comisión de Gobierno y, puntualmente, por el pedido de Diego Giuliano (edil de Encuentro por Rosario) para que el próximo martes asistan a la reunión de la Comisión  Ramírez y Baita”, explicó. Además, la edila radical indicó que la “existencia de esa puerta se detectó en 2010” y que fue a partir de la clausura efectuada en aquel momento en que el Concejo  trabajó en la modificación de la ordenanza que regula el trabajo de cabarets y whiskerías.

Mariela, esposa de Cabrera,  dijo que todas las empleadas del local contaban con los contratos de trabajo que exige el municipio, lo que “quedó perfectamente verificado en los Tribunales el día siguiente el allanamiento”. Pero la mujer  mostró indignación por el presunto mal trato que recibieron las 18 mujeres que se encontraban en La Rosa la madrugada del operativo. según su versión “fueron llevadas del local con lo puesto y a la mañana siguiente las largaron en las mismas condiciones que estaban y algunas sin un peso encima ¿Te imaginás el impacto y el cuadro lastimoso que pueden dar 18 mujeres vestidas de noche pero a las 9 de la mañana? Si el Instituto de la Mujer dice preocuparse por la situación de ellas entonces las tendrían que haber llevado a sus casas de la misma manera que las sacaron de su trabajo”, enfatizó.

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