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La ruta verde: así era la conexión Itatí-Rosario

El expediente Los Patrones, que permitió desbaratar una célula de Los Monos en 2015, muestra cómo era la operatoria de una de las tres narcobandas de la frontera correntina para proveer de marihuana a los puntos de venta del clan Cantero.

(Nota de archivo: publicada originalmente el 20 de marzo de 2017)

La semana pasada el desenlace de la investigación sobre el ingreso de marihuana paraguaya al país a través de la localidad fronteriza de Itatí terminó desenmascarar la operatoria de tres bandas asentadas allí. Con la connivencia de autoridades políticas –se investiga si también judiciales– y de fuerzas de seguridad, la organización garantizaba un negocio que introducía unas 15 toneladas semanales a siete distritos argentinos, incluyendo la porteña Villa Zabaleta. En esas rutas de distribución también estaba Santa Fe, más específicamente Rosario, según el expediente del juez federal porteño Sergio Torres, quien pretende aglutinar otros 15 casos que están en manos de su cuestionado par correntino Carlos Soto Dávila. Otra causa, llamada Los Patrones y bien conocida en Rosario porque esa investigación del fiscal Marcelo Degiovanni y el juez federal Marcelo Bailaque permitió desbaratar una célula de la banda de los Monos, refleja la forma en que el clan asentado en La Granada conseguía en Corrientes la marihuana que ingresaba por Itatí y luego vendía en al menos cuatro bocas de expendio.

A fines de noviembre de 2015 la pesquisa federal rosarina sobre Ariel “Guille” Cantero, quien entonces estaba preso en el penal de Piñero a disposición de la Justicia provincial por asociación ilícita y homicidio, ya había conseguido información sobre una cocina de cocaína montada en un departamento de Corrientes al 1900 de Rosario y acerca de un centro de acopio y cuatro bocas de expendio de los Monos. Según el fallo por el que Bailaque procesó el 28 de diciembre de 2015 a 23 personas, entre ellas Guille, Jésica Lloan, esposa de Jorge “Ema” Chamorro (detenido junto con Guille), fue seguida el 11 de octubre de 2015 por efectivos de la Policía Federal hasta Ibarlucea, donde se encontró con los encargados de la logística para bajar la marihuana desde Corrientes, identificados como Luis Peñalba, padre e hijo. Según una escucha, Ema Chamorro había enviado a Lloan a acordar con Peñalba hijo, llamado Luis Pedro, apodado Muchacho y domiciliado en Granadero Baigorria, los términos del envío. Fue de estas escuchas que surgió el nombre de quien con su apodo terminaría identificando el operativo: Javier Elías Sánchez, alias Patrón, Rata o Paraguayo, domiciliado en Corrientes. Según la pesquisa, Muchacho y Patrón acordaron que el primero pondría el vehículo y el segundo el chofer.

En la noche del 25 de noviembre los investigadores vieron un camión Mercedes Benz azul que ya habían identificado frente a la casa baigorriense de Peñalba, a donde llegó un VW Fox Cross con los correntinos Patrón Sánchez y Elizabeth Cocimi. El camión, a cuyo mando iba un tal Gordo Babi, fue hasta Biedma al 200 de Rosario, luego de una parada a la altura del 1000 de la misma calle. Ya por la madrugada, en Ayolas y Beruti, hubo cambio de conductor y el camión salió de Rosario por la conexión a Victoria y enfiló al norte por la ruta nacional 12. A las cinco de la tarde, el camión entró a un galpón de Palermo y Frías, en la capital correntina. Veinticuatro horas después de haber salido de Rosario, a las seis de la mañana, cruzó el puente Corrientes-Resistencia, y fue por la ruta nacional 16 hasta la ciudad de Roque Sáenz Peña. Allí, en un galpón de calle Mustassio se le unió el mismo VW Cross Fox divisado en Baigorria y continuaron por ruta 16 para desviar por la 95 provincial hacia Villa Ángela. Fue interceptado por los federales a la altura de la localidad de Santa Sylvina a las tres de la tarde: llevaba 340 kilos de marihuana en un doble fondo en la parte trasera de la cabina. El Cross Fox que viajaba como barredor se dio cuenta del seguimiento y eso aceleró el operativo en el que fue detenido el chofer, el rosarino Andrés Lasalle, y también Elizabeth Cocimi, tras una persecución que incluyó disparos policiales. Horas más tarde Bailaque firmó 47 órdenes de allanamiento para Rosario, Baigorria, Ibarlucea, Pueblo Esther, además de otros en Chaco y Corrientes y también en la cárcel de Piñero, donde se descubrió que Guille Cantero y Ema Chamorro daban las órdenes a través de un teléfono de línea.

En Corrientes, fue allanado el galpón de Palermo y Frías donde el camión recogió la carga. Allí fueron hallados otros 100 kilos de marihuana ocultos en la parte trasera y el techo de una Fiat Fiorino estacionada y 250 más que esperaban su turno de ser acondicionados. Allí fue apresado el correntino Cristian Torancio. Éste (quien era el cuidador del galpón), Cocimi y Lasalle fueron acusados, además de integrar la banda, por transporte de estupefacientes. Según Bailaque, la marihuana iba a ingresar al Gran Rosario por la ruta nacional 34 para ser descargada en Ibarlucea. Allí cayó semanas despúes Peñalba padre y ya en 2017 su hijo (en Bustinza).

 

El Patrón Sánchez

El Patrón Sánchez sería detenido el 15 de noviembre pasado cerca del Parque Mitre de la capital correntina, a pocas cuadras de la casa de su pareja, por la Policía antinarcóticos bonaerense, a las órdenes de la Justicia federal de Campana. Lo tenían escuchado en tiempo real y esto permitió detener también en la localidad entrerriana de Concepción del Uruguay a tres rosarinos que se aprestaban a viajar a Rosario con 50 kilos de marihuana en el equipaje en un colectivo de línea.

En septiembre del año pasado, tres personas fueron condenadas por un juzgado federal correntino, en el marco de una investigación por narcotráfico en la cual debía ser juzgado el Patrón Sánchez, pero estaba prófugo de la Justicia: es que tenía arresto domiciliario que consiguió alegando la enfermedad de un hijo, desde diciembre de  2013, pero le perdieron el rastro en 2015. Cuando lo fueron a buscar por el operativo Los Patrones se había esfumado. Según el fiscal Flavio Ferrini, que tuvo a su cargo la pesquisa correntina de 2013, Sánchez no sólo proveía a distribuidores de drogas en la provincia del norte, sino que era la persona que “intercambiaba marihuana por cocaína y vehículos robados o adulterados” con la banda de los Monos.

Según voceros federales tres de los vehículos incautados en febrero en Itatí, tras el procedimiento que mandó presos a la hija y al yerno del intendente, Roger Terán, se compraron en Rosario, donde vivía (en Cabín 9) Cirilo Saucedo, hermano del jefe de un grupo narco de Itatí, el empleado municipal Jorge “Gordo” Saucedo.  Uno de esos vehículos es un BMW, cuyo boleto de compraventa estaba a nombre del Patrón Sánchez, que el propio Gordo se presentó a recuperar luego de ser demorado por la Policía correntina en 2014. La pesquisa sobre la hija y el yerno de Terán asegura que hay nexos entre Cirilo (aún prófugo) y Walter Jure, vinculado con los Monos y quien cayó preso unas semanas antes del operativo Los Patrones como líder de una banda que importaba cocaína desde Bolivia con la venia de policías.

Aportes de testigos de identidad reservada definió roles y funciones

Dos testigos declararon bajo reserva de identidad en la causa que mandó presos en los últimos días al intendente de Itatí, Natividad “Roger” Terán, y su vice, Fabio Aquino, con otras 25 personas, y describieron funciones y roles de los principales sospechosos de integrar las bandas narco de esa localidad. También están presos tres policías provinciales, dos federales, un jefe de Gendarmería, un ex prefecto y un abogado. Hay 13 fugitivos en este expediente.

El primer testigo dijo que el prófugo Luis “Lucho” Saucedo (también apodado Gordo) “es capo, es dueño de todo Itatí, maneja camionetas y camiones para llevar la droga, es el que organiza junto a Walter Piris». Éste es el esposo de Mariela Terán, la hija del intendente, y ambos están presos desde febrero en otra causa narco.

Este arrepentido dijo que el líder de la segunda banda, Carlos “Cachito” Bareiro, “es el que abastece todo, pone a la gente a trabajar, puede ser San Cayetano, le da trabajo a todo el mundo, organiza la venta de drogas para todo el mundo ahí. Compró quince embarcaciones y se las dio a varia gente de la zona para pescar, así sabe quién está en el río, así los pescadores le avisan quién está en el río», indicó sobre quien seguía operando desde la cárcel federal de Resistencia. Sobre el tercer grupo, liderado por el también prófugo Federico “Morenita” Marín “organiza todo con sus dos hermanos” –estos no figuran entre los imputados–, y que “arreglan con Martillo, jefe de la brigada policial de Itatí, y si no hay torta no pasan, por eso tienen que pagarles, para que los dejen vender droga». Contó que Cristian Aquino, hermano del vice –quien había caído pocos días después que la hija y el yerno del intendente– «se encarga de hacer los viajes a Buenos Aires, Rosario, Santa Fe».

El segundo testigo dijo que un tal Toledo, de la Policía Federal, “era jefe de oficiales de la parte de investigación y llamaba al Juzgado Federal de (Carlos) Soto Dávila» y «hablaba también con un secretario, que se llama Molina».

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