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“La Sal”: el reencuentro incómodo de dos hermanas en la despedida del padre muerto 

El trabajo del novel grupo Mentira Compañía Teatral, con dirección de Luciana Di Pietro y las actuaciones de Vanina Frustagli y Macarena Goicoechea, a partir de un texto de Frustagli y Tincho Zaragoza, se conoce este sábado en La Manzana

Un grupo de artistas locales que en algún momento se cruzaron en un taller de teatro empezó a compartir la inquietud de sostener en el tiempo un espacio de trabajo, búsqueda y experimentación en el que comparten inquietudes e intereses respecto de las escénicas que se producen en la ciudad. Fue así que, en principio, parte de ese equipo montó y estrenó su versión de La Prudencia, de Claudio  Gotbeter, con la que ofrecieron funciones en diversos escenarios locales y este fin de semana darán a conocer La Sal, su nuevo trabajo, otra comedia bizarra que cuenta la historia de dos hermanas antagónicas que se reencuentran en un momento complejo de sus vidas.

La Sal es una obra que cuenta con dramaturgia de Vanina Frustagli y Tincho Zaragoza, bajo la dirección de Luciana Di Pietro, con las actuaciones de Vanina Frustagli (Conga) y Macarena Goicoechea (Suplicio), con producción de Mentira Compañía Teatral, vestuario de Lorena Fenoglio, técnica (sonido y luces) de Laura Giliberti, también a cargo de la asistencia general, fotos de Gaby Lovera para Dos Ocho Estudio y prensa y difusión de Alita Molina.

Fuera de temporada

Transcurren los años 90 y dos hermanas muy opuestas entre sí se encuentran, fuera de temporada, en su casa de verano en la costa bonaerense. Juntas, deben arrojar las cenizas de su padre al mar, cumpliendo así con su último deseo. Después de muchos años de distancia, y atravesadas por la espera de una madre que nunca llega, construyen el escenario perfecto para sacar a la luz viejos rencores y diferencias irreconciliables.

Escribe el actor Martín Diéguez, también parte del equipo de trabajo, y reproduce la gacetilla  de prensa: “La sal corroe, degrada, perfora y penetra con sus propiedades cuanta superficie toca. Pero también está ahí para sazonar, para darle gusto a lo insulso y conservar intacto aquello que, inevitablemente, se pudre. En un departamento de la costa atlántica, Conga y Suplicio se reúnen entre los restos de lo que alguna vez intentó ser una familia. Entregadas a la espera del séptimo día, se ven obligadas a convivir y a enfrentar las amenazas que acechan desde el pasado. El frenesí, la culpa, el misterio, la fe, los vecinos y la bruma se entrecruzan en el relato de estas dos hermanas para darle sentido a una pregunta que inquieta e invita a darle luz a los secretos mejor guardados: ¿Qué pasa cuando la condición humana viene con exceso de sodio?”.

Nuevo grupo, nueva obra

“En primer lugar, el elenco de La Sal forma parte la compañía de teatro Mentira, que es una iniciativa que venimos masticando hace un tiempo en nuestro grupo de actores y actrices; somos siete artistas y el grupo trasciende a la obra en sí, ya que se trata de un trabajo de producción propia. El proceso de armado y lanzamiento de la compañía nos convocó a pensar en lineamientos éticos, además de los teatrales propiamente dichos. Y en el mismo sentido, pensamos en las cuestiones vinculadas al género que si bien no son el resultado de una búsqueda específica, sí notamos que decantan en un lugar donde aparece el humor, lo absurdo y lo siniestro y que las temáticas se cuelan en nuestros proyectos casi sin querer”, contó Luciana Di Pietro acerca del proceso de trabajo y el armado del grupo con el que dan sus primeros pasos.

En el mismo sentido, la directora sumó: “La idea surge a partir de un texto escrito por Vanina (Frustagli) como resultado de unos ejercicios de dramaturgia que llevamos adelante junto con Romina Mazzadi Arro (dramaturga, directora y docente) en Espacio Bravo, que además es el lugar donde nos conocimos y empezamos a trabajar, y lo sentimos como una casa, como una usina de ideas y de procesos creativos. El de La Sal es un texto nacido en pandemia, y retrabajado con el correr del tiempo. A principios de este año, Vanina me lo comparte para empezar a pensar en alguna posibilidad de montaje y también lo pone a disposición para ir transformándolo con el correr de los ensayos algo que, como equipo, nos parece clave, y es esta idea de guiones como disparadores y estructurantes pero en movimiento; materiales que sean permeables a los cambios que puedan surgir en ese proceso de ensayos. Veníamos de hacer La Prudencia y compartíamos el interés de trabajar con dramaturgia propia, por lo tanto encontramos en La Sal la oportunidad para hacerlo”.

No a la linealidad

Di Pietro, actriz y directora, también evaluó la idea de trabajar la muerte del padre y el peso que tiene dentro de la obra: “El desafío de trabajar la muerte de ese padre trajo la necesidad de trabajar su vida, y es así como está presente a lo largo de toda la obra, no desde lo enunciativo ni desde lo literal, sino desde los efectos que causaron sus acciones y decisiones sobre sus hijas. En ese marco, me parecía que su presencia, o en realidad la presencia de sus restos, de sus cenizas, era algo interesante para dar textura a los personajes de las hijas en escena. Así se genera una ambivalencia en torno a su memoria, y cada una tiene en su cuerpo una fuerza contenida vinculada a esa familia rota, disfuncional, donde han fallado efectivamente todos los intentos por ser otra cosa y correrse de ese lugar”.

Y sobre ese aspecto, profundizó: “Es allí donde metimos la cuchara, y el grotesco y el absurdo son registros que, además de calzar bien en nuestras actrices y actores, nos permiten trabajar cuestiones sensibles o dolorosas sin caer en la solemnidad, descomprimiendo pero interpelando permanentemente al espectador. Y ése es el movimiento que me interesaba generar. Entiendo también que el teatro no soporta la linealidad, que hay que poner matices y contradicciones para que una historia nos interese. Dice Conga, una de las hermanas, «en esta atmósfera se asfixiaría entera toda una familia», y es precisamente esa atmósfera la que intento recrear, aunque no sea justamente el espectador quien salga asfixiado de la sala”.

Para agendar

La Sal tendrá su estreno este sábado 2 de noviembre, a partir de las 21, en la sala La Manzana (San Juan 1950), donde seguirá en cartel los restantes sábados del mes. Las reservas de entradas anticipadas se realizan a través del WhatsApp: +549-341-2509063. IG: @lasal.teat

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