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La selección de Estados Unidos, actual bicampeona mundial, perdió una demanda ante la Federación

El 8 de marzo de 2019, meses antes de viajar a Francia a defender el título mundial, presentaron una demanda por igualdad salarial con sus pares masculinos. El viernes el juez desestimó el pedido. Con el fallo negativo, las futbolistas aseguraron que van a apelar la medida

La selección de fútbol femenino de Estados Unidos, actual bicampeona mundial, perdió una demanda ante la Federación de fútbol de su país (USSF) en la que buscaba establecer una igualdad salarial con el representativo de varones.

El juez federal Gary Klausner desestimó el pedido presentado por 28 jugadoras en marzo de 2019 por un resarcimiento de un total de 66 millones de dólares por parte de la USSF.

“Estamos sorprendidas y decepcionadas, pero apelaremos. No es solamente por dinero, sino que pelamos por garantizar que las mujeres no sean desvalorizadas por su género”, anticipó Molly Levinson, vocera de las futbolistas.

A su vez, Megan Rapinoe, ganadora del Balón de Oro en 2019 y capitana del seleccionado, prometió: “Vamos a seguir luchando por la igualdad”.

“Por 20 años, la USSF se opuso a cualquier posibilidad de equiparar retribuciones económicas para las jugadoras del US Women National Team. Un caso de discriminación sistemática de género que no debería ocurrir”, explicó la jugadora.

En tanto, su compañera Alex Morgan, señaló: “Aunque es decepcionante escuchar estas noticias, esto no nos va a frenar en nuestra pelea por la igualdad”.

El comienzo de la lucha

El 8 de marzo de 2019, 28 jugadoras de la selección de Estados Unidos judicializaron un pedido histórico: igualdad salarial. En una corte federal de Los Ángeles, y a tres meses de viajar a Francia para defender el título mundial, las futbolistas presentaron una demanda contra la federación de fútbol de su país (USSF) en la que pedían igualdad salarial y contar con las mismas condiciones laborales que su contraparte masculina.

“A pesar del hecho de que los jugadores femeninos y masculinos deben realizar las mismas tareas y tienen las mismas responsabilidades, para su único empleador común, la USSF, las jugadoras han recibido constantemente menos dinero”, decía la demanda presentada justamente el Día Internacional de la Mujer.

“El USSF, de hecho, ha admitido que paga a sus jugadoras menos que a sus jugadores y ha llegado a afirmar que ‘las realidades del mercado son tales que las mujeres no merecen ser pagadas por igual que los hombres’. El USSF admite tal discriminación de género intencional incluso en momentos en que las mujeres obtuvieron más ganancias, jugaron y ganaron más partidos, ganaron más campeonatos y/o obtuvieron audiencias televisivas más altas”, afirmaban en dicha petición en la que se explicaba también que la desigualdad no podía estar vinculada a otra razón que no sea el género, ya que los resultados deportivos estaban a su favor.

Sin respuestas, viajaron a Francia para volver a levantar la Copa del Mundo por cuarta vez. Ya lo había hecho en la edición inaugural de 1991 en China, de local en 1999 y en Canadá 2015. La selección masculina, lejos está de haber conseguido semejantes logros deportivos, sólo logro subirse al podio en Uruguay 1930, donde conquistó el tercer lugar. Vale destacar también que por ganar el Mundial, el combinado estadounidense recibió un premio de seis millones de dólares. Un año antes, en el Mundial masculino de Rusia 2018, el campeón Francia cobró 38 millones.

Con un nuevo título en mano, las jugadoras volvieron a la carga con la demanda. La Federación intentó evitar un juicio y pidió desestimar el reclamo de las jugadoras. En febrero, las futbolistas volvieron a recurrir a la justicia y solicitaron cerca de 67 millones de dólares por discriminación de género. El apoyo de sus pares masculinos no tardó en llegar.

A través de un comunicado de la Asociación de Jugadores de la Selección Nacional de Fútbol de los Estados Unidos (USNSTPA), la selección masculina manifestó su apoyo a sus compañeras y cuestionó la integridad de la Federación.

“La Federación ha estado trabajando para vender una falsa narrativa al público e incluso a los miembros del Congreso. Han estado utilizando esta narrativa falsa como arma contra miembros actuales y anteriores de la Selección femenina de fútbol de Estados Unidos (USWNT). El fútbol es quizás el deporte más corrupto del mundo. No queremos una Federación de fútbol de los Estados Unidos que se comporte como la Fifa”, rezaba el escrito.

Allí también pidieron mejoras para las mujeres: “Lo que queremos es muy simple. Paguen a las mujeres significativamente más que nuestro último acuerdo masculino, que ya expiró. Nos parece que las mujeres deberían al menos triplicar lo que valía nuestro acuerdo vencido”.

La lucha es histórica y atraviesa a todas las selecciones, los equipos de primera. Tampoco está estrictamente vinculada al fútbol. Pasa en la gran mayoría de los deportes y de los torneos. También en las oficinas de las empresas. La desigualdad salarial por razones de género, es una realidad.

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