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La serie “El legado de Júpiter” se estrena este viernes en Netflix

Uno de los guionistas, Mark Millar, dio detalles de la trama y aseguró que este tipo de historias calan hondo en el público porque “la gente necesita fantasía porque las noticias reales son demasiado espeluznantes”

El guionista escocés Mark Millar, nombre clave de la renovación que tuvo en las últimas décadas el cómic como formato literario y el de los superhéroes como género, y que este viernes estrenará en Netflix la serie El legado de Júpiter, afirmó a Télam que creía que el éxito de los justicieros de capa y capucha se debía a que “la gente necesita fantasía porque las noticias reales son demasiado espeluznantes”.

La serie del autor de títulos ya clásicos como Kick-Ass, Wanted y Kingsman -todos los cuales tuvieron ya sus adaptaciones cinematográficas- propone a la vez un homenaje y un desmarque de las novelas gráficas de superhéroes clásicos.

Es que tanto en el cómic de Millar y Frank Quitely -que vio la luz por primera vez en 2013- como en esta versión para la plataforma de streaming la premisa arquetípica de un grupo de hombres y mujeres con súper habilidades unidos contra el mal, con trajes de colores y estrictos códigos de conducta incluidos, son en realidad el punto de partida para un debate ético sobre la responsabilidad de los poderosos.

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“Esa discusión me parece mucho más interesante que los superhéroes luchando contra los malos”, argumentó Millar sobre la polémica que se desata entre Sheldon Sampson/The Utopian (Josh Duhamel), líder de La Unión y el más poderoso de los héroes veteranos, y la generación de sus hijos, que heredaron los poderes pero no ven el mundo ni su función de la misma manera que sus progenitores.

Con este dilema sin resolver, durante los ocho episodios de la primera temporada de El legado…, y tras dedicar casi un siglo a proteger a la humanidad a su manera, la primera generación de superhéroes debe pasar el testigo a sus hijos.

Con un elenco integrado también por Leslie Bibb, Ben Daniels, Elena Kampouris, Andrew Horton, Mike Wade, y Matt Lanter, la serie forma parte del acuerdo multimillonario de Netflix con Millarworld, la compañía que Millar fundó en 2004 tras una larga trayectoria poniendo la pluma al servicio de DC y Marvel para, tal vez como sus personajes, proponer el siguiente paso en los cómics de superhéroes.

En la primera escena de la serie alguien repite aquella famosa línea de Spider-Man, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. “Amo una escena de pelea, y de hecho lo que hago suele estar cargado de acción, pero para mí lo más interesante de los superhéroes es esa cosa que yo no había visto antes, que es el debate: ¿es responsabilidad de los superhéroes mantener el statu quo o éticamente deberían revertirlo porque desde su lugar ven las injusticias?. Ellos pueden ver que hay gente que muere de hambre en el mundo, el cambio climático, torturas, terrorismo. Los cómics que leía cuando era chico ignoraban eso, y se concentraban en atrapar ladrones de bancos y luchar contra los supervillanos. ¿Es ese un desperdicio de sus superpoderes? De eso trata la serie; estos tipos que recibieron increíbles poderes por una entidad divina en 1929 para cambiar el mundo y no cambió nada. Las nuevas generaciones de superhéroes comienzan a inquietarse, piensan que podrían cambiar las cosas, pero que eso significaría quitarle a la humanidad su libre albedrío”, explicó Millar.

La serie pone en primer plano ese intercambio entre generaciones, entre padres e hijos. El guionista aseguró no saber de donde salieron las ideas de los súper poderes que tienen los personajes pero sí supo desde el principio que quería crear una historia sobre unos padres que estuvieran a cargo, unos hijos que estuvieran inquietos con la situación y un tío que estuviera comiéndoles la cabeza a esos jóvenes a espaldas de los demás. “Tenía esas personalidades en mente, muy al estilo shakesperiano. La parte de los superhéroes es muy divertida pero no la más importante, sino la dinámica familiar, que es la parte con la que cualquiera puede identificarse”, apuntó.

Desde que comenzó Millar tenía el sueño de que los superhéroes fueran mainstream. “Cuando tenía 7 años, todo los chicos de mi clase estaba interesados en los superhéroes. Cuando tenía 8 o 9 me di cuenta que era el único que todavía amaba esto, y cuando tenía 12 o 13 me dije «mejor mantengo esto en secreto», porque se iban burlar de mí (risas). Y luego algo asombroso pasó, que es que el mundo entero se enamoró de lo que nosotros amábamos. Gente que cuando yo tenía 10 me decía que dejara de leer cómics ahora están obsesionados con ellos y se ven todas las películas”, rememoró.

Ese cambio fue propiciado, según el escritor, por la tecnología que “por fin se puso al día con los superpoderes”. “Si hubieras intentado hacer Avengers: Endgame en 1969 hubiera lucido horrible, pero ahora se puede hacer cualquier cosa”, analizó.

“Otro factor es que toda la gente que creció leyendo los cómics en los 80 son los que ahora están a cargo de los estudios. Los fans estamos a cargo, ocupamos ahora esas sillas y podemos tomar las decisiones”, agregó orgulloso. Y completó: “Las otras dos cosas: por un lado, creo que no es coincidencia que se haya dado después del 11 de septiembre de 2001, que fue un gigantesco trauma psicológico a nivel cultural para EE.UU. La gente necesita fantasía porque las noticias reales son demasiado espeluznantes. Y finalmente, está el factor económico, porque antes las películas de superhéroes promediaban 400 o 500 millones de dólares de recaudación y ahora promedian los mil millones”.

Mirando hacia el futuro Millar considera que cada año se vuelve un poco más interesante en materia de superhéroes, una industria que “está yendo en las direcciones más increíbles”. “La competencia es feroz y los guionistas tenemos que estar a la altura del desafío. Lo que intento hacer con El legado de Júpiter es el tipo de cosas que puede hacer Marvel o DC, pero sin los compromisos financieros que te fuerzan a seguir con una subtrama o un personaje. Nosotros podemos volvernos locos si queremos, podemos ir al estilo de Game of Thrones y matar a todos los personajes”, concluyó.

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