“Que un niño no tenga un par de zapatillas, no pueda estudiar y no se alimente como corresponde, es una forma de violencia, pero la sociedad acepta cuestiones que no deben ser normales. Para lograr solucionar situaciones de violencia tan extendidas, hay que tener propuestas abarcativas desde distintas realidades, tanto educativas, culturales, deportivas y recreativas”. Así se expresó Jorge Lozano, arzobispo Coadjutor de la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas). Criticó además la pérdida de trabajo y poder adquisitivo de los últimos dos años y destacó la inequidad y la brecha social cada vez más pronunciada.
Lozano estuvo en Rosario, donde brindó una charla sobre Ecología Integral: “Tierra, Techo y Trabajo”, las tres T que promueve el papa Francisco.
— ¿Los movimientos populares son motores de un cambio social?
—Estamos convencidos de que la tarea en la construcción de la ciudadanía ecológica será posible sólo si promovemos una relación más cercana con otros actores sociales. El Papa alienta a estos grupos porque ve que ponen creatividad y compromiso con las tres T que hacen a la dignidad humana y a una sociedad equitativa y se preguntó: «¿Quién puede no querer promover tierra, techo y trabajo como derechos fundamentales».
— ¿En Argentina hay un proceso de concentración de la tierra?
—Es una problemática que lleva más de 30 años, la otra es respecto de la tierra vinculada al trabajo. Y otra de las dificultades es la tierra vinculada al techo. No solamente al hábitat, sino también un lugar donde poder jugar y estudiar. Hay miles de familias en situaciones gravísimas.
— ¿Qué opina sobre los duros cuestionamientos del arzobispo de Buenos Aires (Mario Poli) sobre la realidad social?
—No es la primera vez que lo dice. La medición del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA reflejó que hay muchas personas bajo la línea de pobreza. Son muchos los que están quedando afuera. Es una realidad que duele y preocupa.
— ¿Qué derechos básicos se necesitan garantizar para tener una vida digna?
—No sólo hay que mirar a las personas individuales sino a la sociedad en su conjunto. En Argentina hay alrededor de un 40 por ciento de trabajo informal, sin su cobertura social adecuada y sin tener un salario digno. Hay que entender de una manera integral a todos los hombres, al conjunto de la humanidad. Es decir, teniendo en cuenta todas las dimensiones de la persona, su afectividad, estudio, trabajo, vida familiar, recreación y afectos, entre otras cuestiones.
—¿Cómo ve el gobierno de Cambiemos?
—Se perdieron muchas fuentes de trabajo y eso trae aparejado el crecimiento de la pobreza. Según el Indec, el 2016 fue un año de pérdidas de poder adquisitivo. El 10 por ciento de la población más rica creció un 30 por ciento en su obtención de ganancias, mientras que el 10 por ciento más pobre, sólo subió el 1, 2 por ciento. Hay una disparidad muy grande que se profundiza entre los que más tienen y siguen acumulando y los que menos tienen y reciben muy poco.
—¿Qué opina sobre las situaciones de violencia por bandas del crimen organizado?
—En los últimos 20 años se viene afianzando y enraizando en nuestro país, como así también la trata de personas. No obstante, las mafias del crimen organizado, como se mueven por la apetencia económica, cuando pierden en un campo se trasladan a otro. Entonces en una misma organización criminal se están sosteniendo tareas en la trata de personas, en el contrabando de armas, que son las que llegan a los que delinquen y lo que hace al narcotráfico. Son las tres ramas de los tentáculos de un pulpo maléfico que intenta atrapar a todos los que puede.
—¿La violencia tiene que ver con lo cultural?
—La sociedad está enferma de violencia y es algo que abarca los distintos estratos de la sociedad, a los que tienen un buen pasar económico y a los que no. Algunos hechos de violencia tienen que ver con lo cultural y allí es donde hay que trabajar. Que un niño no tenga un par de zapatillas, no pueda estudiar y no se alimente como corresponde es una forma de violencia, pero la sociedad acepta cuestiones que no deben ser normales. Para lograr solucionar situaciones de violencia tan extendidas, hay que tener propuestas abarcativas desde distintas realidades, tanto educativas, culturales, deportivas y recreativas.
— ¿Cuál es el lema del Papa para este año?
—Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos. Una imagen de los primeros siglos del cristianismo decía que el cerebro humano es una piedra de demoler, si uno le pone trigo, muele trigo y si le pone cizaña, muele cizaña. El papa Francisco nos pidió que estemos cerca de las organizaciones sociales, movimientos populares y los partidos políticos, que tiene que ver con la amistad social para que nos lleguen sus inquietudes.
