“Natural es un disco muy especial para mí, marca este momento, es una elección. Yo no cuento los primeros años de mi carrera porque siento que ahí todavía la artista estaba en formación, era una etapa de adolescencia, todavía había un montón de cosas que no se sabía para dónde iban a decantar. Entonces siento que a partir del disco que hice con Emilio Estefan, que es el cuarto de mi carrera (Yo si quiero a mi país, 1999), hubo una intención de búsqueda, de esa búsqueda de lo que todos los artistas queremos tener, una impronta propia, una identidad, una manera propia de decir, de hablar, de conectarse con la gente. Por supuesto que transité muchos caminos: algunos conociendo por dónde iba, otros sin saber de qué se trataban, pero como soy muy curiosa me encanta experimentar porque de todas las experiencias se aprende y ese recorrido me trajo hasta acá”.
La que habla, la que define, la que sostiene una posición en presente y de cara al futuro es Soledad Pastorutti, una artista consagrada hace años pero con un nuevo disco que nació del deseo y sin especulaciones. No casualmente se llama Natural, no casualmente es un disco que refunda su carrera y no casualmente la pone una vez más en un primer plano en el escenario del presente de la música popular argentina, más allá de sus casi veinte de discos grabados, de tener poco más de 40 años, de contar en su haber con más de 2500 shows en Argentina y en distintos países de América y Europa, millones de discos vendidos y duetos compartidos con grandes referentes de la música de Iberoamérica como son el Nano Serrat, Santana, Carlos Vives, Franco de Vita, India Martínez, Kany Garcia, Niña Pastori, Lila Downs, Rocío Durcal, Alejandro Sanz y Juanes, entre muchos más.
Bello, poético, sensible, con un pie en la tierra, en la tradición, y otro en los sonidos del presente, Natural, como cada disco que editó, tendrá su presentación en Rosario, por el momento con dos noches, el fin de semana del 23 y 24 de septiembre, en el teatro El Círculo, de Laprida y Mendoza, y a partir de un concepto de espectacularidad que es bastante más que un show tradicional, donde la libertad es todo un signo. Antes, el 14 y 15 de este mes, será el turno del Teatro del Libertador de la ciudad de Córdoba, y el 9 de noviembre ofrecerá una nueva fecha en el porteño teatro Coliseo donde el material tuvo recientemente su presentación oficial.
Un disco en plenitud
“Natural es un disco que llega en un momento donde me encuentro mucho más sólida como artista, como cantante e intérprete, pero además con la certeza de que más allá de todo no es un disco comercial. Siempre hago hincapié en esto: no es un disco pensado para que la gente repita una y otra vez las canciones y que suene todo el tiempo en la radio. Natural es otra cosa, es un disco del que voy a estar orgullosa toda la vida”, destacó.
Con los arreglos del enorme Leo Sujatovich y con Nico Cotton como productor, alguien que conoce el mercado y su obra pero que llegó para verla «desde afuera y con una mirada actual» de la música popular de habla hispana, el material se sustenta en un repertorio que, más allá de las novedades, aporta versiones de algunos clásicos junto a artistas de recorridos cercanos a los de La Sole como son el Chango Spasiuk y Raly Barrionuevo más los aportes de la dupla compositora que integraron Claudia Brant junto a Loli Molina, que compartieron algunas creaciones con la cantante que nació en Arequito el 12 de octubre de 1980.
En el afán de seguir el deseo, Natural abre con una copla, género inédito para la artista. Se trata de la sensible y sugerente “Copla de amor”, que lleva su firma, a la que le siguen la milonga “Los Paisajes”, la zamba cuyana “La Llamadora” de Félix Palorma, y el chamamé “Bañado norte” de Odilio Godoy y Mario del Tránsito Cocomarola. El material se completa con “La del olvido”, una chacarera de Agustín Carabajal; “Hispano”, canción del local Jorge Fandermole, y las creaciones propias “De sólo pensar en ti”, “La Paloma”, “Bolero” y “Caña con ruda”, esta última, una belleza por su frescura que parece venir de otros tiempos pero que no puede ser más contemporánea, dado que a la poesía de la propia Soledad escrita a cuatro manos junto con Raly Barrionuevo, se suma la música compuesta entre Brant y El Colo Vasconcellos, referente del grupo salteño Ahyre.
En esa lógica de un material que abreva en un repertorio nuevo y no tan nuevo, aparece una gema como es la versión de la referida “Hispano”, de Jorge Fandermole. “Fandermole tiene mucho que ver con este disco, me han pasado un montón de cosas desde que editó Fander (Shagrada Medra, 2014) el disco que tiene toda la tapa azul. Él me manda ese disco de regalo y me remarca un poco este tema, «Hispano», y yo me lo guardé porque creo que las canciones necesitan un marco y quizás no era el momento hasta que un día aparece ese disco donde podrán sobresalir. Esperé bastante, pero puedo decir que Fandermole fue la piedra fundacional de este Natural, porque siento que gracias a ese tema encontramos un camino, ese marco del que hablo, y a partir de ahí empezamos incluso a componer canciones que tienen que ver con esa estética, como pasa con ciertos paisajes, en una tarea que compartimos con Claudia Brant y Loli Molina. Y al mismo tiempo, tiene un chamamé («Bañado norte») que grabamos con el Chango Spasiuk; hay de todo y todo fluyó”, contó Soledad muy compenetrada con el recorrido del material.
Y en el mismo sentido, apuntó: “Es un disco que suma muchos aportes. Por ejemplo; «Caña con ruda» yo lo cantaba muy distinto entonces los chicos me dieron unos tips para llegar a esta versión. Y lo mismo me pasó con la copla que si bien es de mi autoría y la escribí hace mucho tiempo, me ayudó mucho Bruno Orgaz que es una de las personas que colabora conmigo hace año (es uno de los músicos de su banda). No es fácil la copla, es un género complejo de abordar, se requiere de otra sensibilidad y fue un trabajo y un recorrido, por eso digo que es un disco diferente, con otros desafíos”.
El desafío de la permanencia
La artista, con un capital ineludible de más de dos décadas de escenarios y toda una carrera por delante, planteó: “No es sencillo estar en un escenario, abrirte con la gente. El artista muestra el alma. Uno no puede dejar de pensar que cada cosa que dice es casi como hablar con el psicólogo (risas). Y hay que ser muy valiente para hacerlo, me refiero a exponerse frente a la gente. Yo por suerte lo tengo desde muy chiquita como incorporado y esa es una gran ventaja. Y si algún día me alejo de los escenarios por alguna razón, y después tengo que volver, quisiera saber cómo me las arreglo”.
Y retomando en el imaginario a esa niña artista que sedujo al público reboleando el poncho con una pasión desconocida hasta el momento y sin imaginar que sería uno de los mascarones de proa de la renovación de la música popular argentina tiempo después, planteó: “Algunas veces ni siquiera me reconozco en esa nena que fui. Vuelvo atrás, fueron muchos años de trabajo, pero ahora puedo ver que esa nena que fui jugaba en el escenario, esa nena nunca pensó en que eso que ella hacía podía ser una profesión, con todo lo que eso implica, con las responsabilidades, con las mochilas que hay que llevar. Porque una artista en Argentina también es una empresa con las mismas reglas que tiene todo el mundo y eso a veces es difícil porque el arte también requiere de una libertad en la toma de decisiones”.
Y profundizó: “Es muy difícil de explicar todo lo que vivimos los artistas en general. Yo siento que el objetivo en aquel momento, en los primeros años, era llegar a Cosquín y ya está; ahí se terminaba todo y volvíamos a la vida cotidiana de todos los días de la escuela, de mi papá mecánico, de mi mamá ama de casa y nada más. Pero aquél Cosquín nos cambió la vida a todos”.
De aquella niña a esta mujer, más allá de los cambios inherentes al paso del tiempo y a la profesionalización, Soledad conserva una forma de ver aquella patria de la infancia que pareciera estar intacta en sus modos, en sus formas, en su singular encanto pueblerino más allá de ser una artista internacional: “Primero que nada siento que nadie tiene que sentir que hay un techo, sobre todo en lo artístico. Siempre se puede más, no hay un lugar en el que uno pueda hacer la plancha y decir «ya está, el público me sigue eligiendo», no es así. Se pueden conseguir un montón de cosas, pero el hecho artístico va más allá incluso de cuántas entradas vendés o de cuánto suena una canción tuya en la radio. Yo hago lo que hago desde que entendí que tenía esta carrera como una necesidad de expresarme, esto es mi vida, pero también siento que ahora, que tomo mis propias decisiones soy la cara visible de un montón de cosas, incluso aquellos errores que no son directamente míos los tengo que asumir como propios. Soy parte del equipo pero al mismo tiempo la cara del equipo, entonces un día dije: «Si los golpes también me van a llegar, aunque yo no tenga una responsabilidad directa, voy a tener que decidir qué hago, lo que realmente siento, lo que quiero y me mando y me hago cargo de todo». Por eso sigo estudiando canto, estudio mi cuerpo, porque mi cuerpo entero es el que canta. Y si me doy cuenta de que tengo alguna falencia, alguna dificultad, mi profe me enseñó que a esa dificultad la tengo que convertir en una fortaleza. Hoy trato de ir por ahí, con humildad y conciencia; es un trabajo que hice sobre todo en la pandemia, que me dio la posibilidad de estar mucho en mi casa y de y de resetear la máquina”.
Para cerrar, finalmente la artista habló del show con el que desembarcará en Rosario: “Es un show que tiene muchos momentos de mucha libertad. Y la idea de hacerlo en El Círculo tiene que ver con que, más allá de que es un teatro maravilloso, podemos respetar bastante lo que fue la puesta que pensamos para el estreno en el Coliseo. Yo le digo a la gente que tengo un público cautivo en Rosario hace muchos años. Siempre me ha ido muy bien, pero éste es un show muy especial, no sé qué pasa con este show, pero todo el mundo se va con otras sensaciones, con algo diferente, y eso es lo mismo que me pasa a mí con el disco, pero en el show, esa energía parece que se potencia”.
Para agendar
Soledad Pastorutti presenta Natural en Rosario con dos noches en el teatro El Círculo, de Laprida y Mendoza, donde también se venden las entradas o bien a través del sistema http://www.ticketek.com.ar/soledad/teatro-el-circulo. Las funciones serán el sábado 23 de septiembre a las 20.30, y el domingo 24 a las 20. Las personas que accedan al espectáculo podrán luego participar, en el foyer del 1° piso y tras el show, de una experiencia gastronómica que cuenta con un menú enfocado en la comida regional argentina, acompañado con vinos Zuccardi Serie A, propuesta a la que Soledad se sumará para brindar con todos los presentes.