La sororidad trasciende fronteras y el #MeToo (“Yo también”) estadounidense o el #MiráComoNosPonemos criollo no distan demasiado de una sentencia unívoca: el tembladeral en el mundo del espectáculo es de alcance mundial y está naciendo una nueva era en la que mujeres y hombres caminarán finalmente a la par, tras décadas de abusos y sumisiones en un ámbito de supuestas libertades compartidas pero, en verdad, de conservadora misoginia, y los ejemplos abundan.
Basta recordar El último tango en París, película de 1972 que lleva la firma del recientemente desaparecido Bernardo Bertolucci, en la que la actriz Maria Schneider fue violada por Marlon Brando en un supuesto intento por alcanzar un realismo nunca antes visto en el cine, lo que puso en jaque, muchos años después, los límites de un director y la humillación de una actriz que nunca más tuvo trabajo ni fue escuchada y murió en 2011 llevando consigo el horror vivido en un set de filmación.
La sororidad, que no es otra cosa que la empatía con el otro, rompió con una lógica perversa en la que apoyar denuncias por abusos y malos tratos en el mundo del espectáculo siempre quedó detrás de un silencio cómplice y peligroso. Y la palabra se hizo carne a tal punto que en las últimas horas hasta la Real Academia Española (RAE), que hace poco más de una semana rechazó el Lenguaje Inclusivo, la aceptó en su atildado diccionario de nuevos usos y costumbres.
El caso Darthés, quien este jueves huyó a Brasil partiendo desde el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas de Rosario dejando una estela de reclamos y denuncias del Colectivo de Actrices Argentinas en las redes sociales, ya tiene su resonancia en el país vecino.
Al parecer, Darthés se instalará en San Pablo por un tiempo o quizás para siempre, pero seguramente su estancia no sea tan cómoda como pensaba porque un grupo de actrices brasileñas se sumó a los reclamos de sus pares argentinas haciéndose cargo de la sororidad en cuestión.
Entre ellas aparece Bruna Linzmeyer, actriz y modelo de gran popularidad, que el mismo jueves compartió a su millón y medio de seguidores en Instagram una imagen que se viralizó de inmediato en todo el colectivo: una foto del actor atravesada con la leyenda “Mexeu com uma, mexeu com todas” (en español, “quien se mete con una, se mete con todas”) junto al hashtag #ChegaDeAssédio (#BastaDeAcoso) fue más que elocuente.
El apoyo de las actrices brasileñas y de algunos comunicadores y comunicadoras de ese país se debió en gran medida a los ecos de la publicación en el muro de Actrices Argentinas en Facebook entre otras redes sociales del jueves por la tarde. “Luego de las denuncias públicas y penales realizadas contra él y gracias a la lentitud característica de la Justicia, hoy por la mañana (por este jueves) Juan Darthés huyó a Brasil, como estrategia de dilación jurídica. Frente a esto, alertamos a las instituciones pertinentes para que no se deje este caso impune. Sabemos del apoyo de nuestras hermanas brasileñas, la organización trasciende fronteras. Seguiremos reclamando justicia por Thelma y por todas”, escribieron las actrices locales y replicaron por miles.
Ya no hay dudas que las actrices de Brasil y Argentina, como las de otros países de Latinoamérica, están “juntas, organizadas y atentas”, y así lo demuestran con sus publicaciones en las redes sociales.
Darthés violó a Thelma Fardín en Nicaragua hace nueve años, cuando ella tenía 16. Más allá de las implicancias judiciales que el caso tenga a futuro, no será por el momento otra cosa que el disparador de una catarata de denuncias que forzaron el cambio de opinión de un sector importante del espectáculo local, con referentes poderosos que hasta hace semanas seguían haciendo alarde de lo contrario. Y la lista es tan interminable como la cantidad de actrices, conductoras y referentes del medio (y por fuera de él) de todas las edades que tras el “Tsunami Thelma” se animaron a contar y denunciar situaciones vividas en el pasado.
Uno de los máximos exponentes de ese grupo, el conductor y productor televisivo Marcelo Tinelli, que transformó en un formato televisivo la utilización del cuerpo femenino y que siempre fue por más en su decidida carrera de tomarlo como objeto y divertirse con él frente a la risa cómplice de su séquito de reidores, empezó con su deconstrucción en el final del ciclo ShowMatch y su reality “Bailando por un sueño” de este jueves. El “nuevo” Tinelli aseguró, frente a dos finalistas (y millones de televidentes) que no casualmente hicieron propia la lucha de los colectivos de mujeres (la actriz y cantante Jimena Barón y la conductora, actriz y youtuber Sofía Morandi), que en este tiempo, para él, hay dos palabras que se volvieron fundamentales: “Aprendizaje y agradecimiento”. Y agregó sin remilgos: “Hice cosas que hoy no haría ni en pedo”.
La deconstrucción está en marcha, el tiempo dirá si es real y profunda o una vuelta más de las especulaciones de un medio urdido al calor de intereses económicos, incluso, frente a los cambios que impone cada época.