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La suba del dólar complica los créditos y ventas de inmuebles

La suba del dólar ya impacta en el mercado inmobiliario. La moneda estadounidense cerró ayer en 17,98 y acumula, desde mayo, un aumento que superó el 15%. El cambio trajo una caída en la venta de propiedades y complica la situación –sobre todo- de quienes tienen aprobado un crédito hipotecario o salieron (también quienes tenían previsto hacerlo) a buscar vivienda.

La devaluación del peso, que se acentúo a fines de julio, generó un dolor de cabeza a los bancos (especialmente al Nación, quien otorga en todo el país la mayor cantidad de créditos), inmobiliarias y, sobre todo, a quienes están tramitando la compra de una propiedad.

Con la salida del “cepo” los inmuebles usados volvieron a “dolarizarse” en Rosario, y la suba de esa moneda sólo trajo incertidumbre. Es que los propietarios no quieren ceder terreno y el escenario para los compradores se complica.

Para tener una referencia concreta de la evolución hay que remontarse a mayo. El valor del billete verde por entonces era de 15,20. Ayer cerró en 17,98. El incremento supera el 15 por ciento.

Según admitió días atrás el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, en los últimas semanas se frenaron unos 10 mil préstamos en todo el país. Incluso, el funcionario admitió que por la devaluación el costo de las propiedades se incrementó hasta un 20 por ciento en Capital Federal. En Rosario no se llegó a tamaño ajuste. Pero la situación es delicada.

En baja

El titular de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir), Marcelo Gustafsson, ratificó que la “incertidumbre” invadió el mercado. “Es una pena porque el crédito hipotecario venía dinamizando mucho la venta en el último tiempo”, sostuvo el intermediario.

Las dificultades surgen dado que el camino para la obtención del préstamo lleva tiempo. En primer lugar, el banco debe preaprobar la carpeta del comprador, donde se establece el monto del crédito y la cuota inicial a pagar. Recién allí éste puede iniciar la búsqueda del inmueble. Una vez que lo “encuentra” y acuerda con el vendedor hay que pagar la reserva inmobiliaria, y presentar los papeles al banco. Desde ese momento y hasta la firma de la escritura pueden pasar otros cuatro meses. “Hoy nadie se anima a esperar tanto tiempo”, cuenta Gustafsson.

“Los propietarios van a buscar siempre la dolarización del precio. Pero los créditos son en pesos. Veníamos con muchas consultas y cierre de reserva, pero ahora en el camino muchas operaciones se están cayendo. Lo que está sucediendo atenta contra las ventas”, agregó el titular de Ceir.

Por su parte, el consultor y asesor financiero Salvador Di Stefano explicó que las dificultades se dan con las propiedades usadas que, a diferencia de los fideicomisos y la compra desde el “pozo”, son las que volvieron a cotizar en dólares.

“Hoy hay mucho nerviosismo. Vos pensá que una persona de repente se encuentra con que -por ejemplo- había pactado una compra de 100 mil dólares a 16 pesos. Y en muy poquitos días esa propiedad le aumentó un 10 por ciento. No es una situación fácil”, manifestó.

En línea con Gustafsson, el economista dijo que las ventas se traban porque –en general- los propietarios se rehúsan a ceder el costo en dólares. “No estamos en un escenario de expansión económica. Y es difícil convalidar las subas que se dan por devolución. Por lo que el vendedor va a tener que resignar un poco”, vaticinó.

“Hay que cambiar la angustia por paciencia. El país está en una crisis importante, el momento no es el mejor. Lo ideal sería pedir una prórroga al banco y esperar el momento adecuado para tomar el préstamo. El vendedor va a tratar de aprovechar la situación. Hay que tener la cabeza fría y no convalidar operaciones con estos aumentos. Lo importante es estar tranquilo porque el dólar en el corto plazo va a volver a bajar”, añadió el Di Stefano.

El Banco Nación tomó nota y anunció dos medidas

El Banco Nación anunció la semana pasada que elevó del 25% al 30% la relación entre la cuota de los préstamos hipotecarios respecto de los ingresos de los tomadores, al tiempo que ofrecerá la contratación de un seguro de tipo de cambio durante el período de vigencia del preacuerdo del crédito.

Ambas medidas confirman la preocupación de la entidad estatal por la situación que atraviesa el mercado hipotecario.

De esta manera, el BN elevó el límite máximo de la relación cuota/ingreso del 25% al 30% en los créditos ajustables por UVA (que hoy, junto con el Procrear, es la línea más solicitada), y amplió el plazo máximo de dichos préstamos de 30 a 40 años.

«En estos casos, se analizarán las situaciones particulares, atendiendo las necesidades del prestatario, sin descuidar el prudente análisis de la capacidad de repago del crédito», señaló Javier González Fraga en un comunicado.

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