El rockero estadounidense Alice Cooper, con más de 30 años de carrera, consideró que su aporte a la música ha sido «agregarle teatralidad al rock, incorporándole horror y teatro».
Cooper, que este sábado actuará por segunda vez en la Argentina cuando desde las 21 del viernes se presente en el estadio porteño Malvinas Argentinas, vendrá a Buenos Aires acompañado por el guitarrista Damon Johnson, el bajista Chuck Garric, el guitarrista Kerri Kelli y el notable baterista Jimmy De Grasso.
«Esta es probablemente la mejor banda que alguna vez haya tenido. Musicalmente sonamos realmente alto y visualmente le vamos a dar grandes sorpresas a la gente, ya que tenemos una gran energía sobre el escenario», aseguró el artista en charla con Télam.
«Esperemos -señaló- que el público nos reciba muy bien y que nos dé esa energía de la que hablan todos los músicos que conozco. Todos dicen que te empujan a dar lo mejor de vos».
Copper, nacido en Detroit como Vincent Damon Furnier, fue uno de los pioneros en asociar rock y teatro en sus conciertos, al montar pequeñas historias encima de un escenario donde a la vez tocaba un grupo de rock y crear un personaje surgido de sórdidas pesadillas.
En los conciertos de Cooper se destacaban los maquillajes de aspecto siniestro, inquietantes letras y provocativas representaciones en las que simulaba ejecuciones con guillotina y sillas eléctricas o actos con enormes serpientes.
Esta característica influenciaría notablemente a grupos como Kiss, White Zombie, Mötley Crüe, Twisted Sister, Diamond Head, Marilyn Manson y Lordi.
Cooper fue muy amigo de Frank Zappa, quien lo ayudo a armar la Alice Cooper Band y le recomendó incorporar elementos extravagantes en sus actuaciones, tales como tirar gallinas al público. Sobre este punto, Cooper indicó a Télam que «lo que más se me reconoce es que le agregué más actuación, más show a los recitales».
«En la década del 60 y 70 en los recitales sólo se tocaba música y nosotros le agregamos actuación y una puesta en escena sumándole horror y teatro. Creo que le agregamos teatralidad a los shows musicales», se explayó.
En los años 70, cuando Cooper se convirtió en una estrella y era junto a Black Sabbath y Deep Purple, los artistas más importante del heavy metal, lo logró con la trilogía de discos «Killer», «School`s out» y el exitoso «Billion Dollar Babies».
En esos años se dedicó a escribir sobre el ocultismo, lo que le valió la persecución de los sectores más conservadores, que lo consideraban un predicador satánico.
Al respecto, Cooper explicó que «cuando escribo canciones o produzco un nuevo álbum sueño en cómo sería esta nueva pesadilla y las trabajo lentamente para al final del proceso sentirme orgulloso de haberle dado vida a una nueva historia».
«Pienso los discos en base a un concepto, pero cada canción por separado es una gran canción que le termina dando un sentido de historia a ese trabajo», añadió.
Cooper inició en 1975 su carrera como solista, grabando un trabajo escencial en su carrera como «Welcome to My Nightmare», un disco lleno de eclecticismo y cuidados arreglos, además de un sonido ligeramente más endurecido en ciertos singles del álbum.
En este disco aparecen canciones tan recordadas como «Department of youth», «Devil`s food» o la exitosa balada «Only women bleed».
Por esos años, Cooper se convirtió en alcohólico y en drogadicto y pasó una temporada en un neuropsiquiátrico, experiencia que sirvió de “leit-motiv” para su álbum «From the inside».
Luego de unos años desaparecido de la escena, Cooper retornó en los 80 con un sonido endurecido donde se apreció la mano del guitarrista Kane Roberts, bien enmarcado dentro del heavy metal.
Con ese estilo regresó con éxito a partir de discos como «Constrictor» (1986), «Raise Your Fist And Yell» (1987), «Trash» (1989) y «Hey Stoopid» (1991).
Sobre su actual gusto musical, Cooper mencionó a «Foo Fighters, Panic at the disco, Jack White y The White Stripes. Cuando voy en el auto pongo la radio y escucho lo que suena en el momento. No programo nada especial. No tengo problema en escuchar disco, pop o lo que suene, pero si me dan a elegir quiero rock».
A lo largo de su carrera, Cooper labró una buena amistad con Ozzy Osbourne con quien entabló colaboraciones mutuas en varios discos, y sobre el que señaló: «somos grandes amigos. Los dos estamos en el mismo negocio y estamos al frente de nuestras bandas».
«Cuando los tiempos de ambos lo permite nos juntamos y hablamos de nuestras nuevos proyectos y de lo nuevo que suena. Sobre todo hablamos de Los Beatles. Ozzy y yo somos grandes fans de Los Beatles y recordamos historias de la banda y cosas de aquellos tiempos».(Télam).-