Search

La tecnología cambia al fútbol y la forma como se vive

Un chip instalado en cada balón, un reloj en la muñeca de cada árbitro, novedades en la televisación y mucho más. La Copa del Mundo de Rusia debuta con muchas innovaciones

Cada vez que la pelota oficial del Mundial trasponga la línea de gol en Rusia, un chip instalado en el balón se activará y enviará un mensaje al reloj inteligente del árbitro para informarlo, algo inédito en la historia del deporte más popular del mundo y tan sólo una de las innovaciones que cambiarán la forma en que se juega y se ve el fútbol.

Cierto es que desde 1930 cada campeonato mundial fue agregando novedades técnicas en las transmisiones y en la calidad de los uniformes deportivos pero, por primera vez, la tecnología será definitoria en acciones de juego, algo que antes estaba restringido a los que sucediera dentro del campo.

Por ejemplo, la utilización de sensores para determinar si efectivamente la pelota entró al arco sepultará la posible reiteración de jugadas dudosas, como la que en 1966 le otorgó el campeonato mundial a Inglaterra por sobre Alemania.

La polémica asistencia arbitral por video, ya aplicada en torneos de inferior jerarquía, promete facilitar la penalización de acciones de juego que no hayan sido percibidos por los árbitros o, si se quiere, evitar convalidar goles hechos con la mano.

Todo esto será posible por un conglomerado de diversas tecnologías que se introducen en cada aspecto del fútbol tal como se lo conoce hasta la fecha.

Los árbitros, por ejemplo, llevarán en su muñeca un verdadero centro de comunicación e información a través de un reloj inteligente que, entre otras cosas, le enviará alertas cada vez que la pelota atraviese la línea de gol.

Para que eso sea posible se necesitan varias tecnologías que trabajan simultáneamente: el balón Telstar 18 lleva en su interior un chip NFC (de tecnología de proximidad, como la que tiene la tarjeta SUBE) pasivo que se activará en un campo electromagnético presente más allá de la línea de gol.

La activación del chip enviará una señal que llegará al smartwatch del árbitro, indicando que se ha convertido un tanto.
El reloj «Big Bang Referee» es producido por la empresa suiza Hublot, es sumergible a 50 metros de profundidad, tiene una pantalla de 400 x 400 píxeles con una resolución de 287 ppi y funciona gracias al sistema operativo «Wear OS» de Google.

Construido en titanio, cuenta con diversa clase de sensores, entre ellos acelerómetro, micrófono, giroscopio, y GPS que le permitirán al árbitro seguir las secuencias del partido y controlar su condición física con el monitoreo cardíaco y hepático.

Aunque polémico, más conocida es la implementación del VAR, el sistema de asistencia por video con el que contarán los colegiados durante el desarrollo del mundial.

Para su funcionamiento, las acciones serán captadas por 33 cámaras durante cada partido de la primera fase y por 35 de octavos de final en adelante.

La señal de las cámaras es transmitidas por fibra óptica hasta el camarín ubicado en el centro internacional de transmisiones (IBC) donde será analizado en televisores de alta definición por los árbitros asistentes que tardarán entre 30 y 90 segundos para emitir un dictamen.

Mientras tanto, los jugadores también contarán con la tecnología como aliado: desde materiales más anatómicos en camisetas y botines, hasta el seguimiento de sus acciones a través de dispositivos electrónicos.

Siguiendo el ejemplo de los equipos más competitivos del mundo, muchos de los jugadores portarán bajo sus camisetas unas pecheras que sirven para portar sensores que transmiten datos de sus desempeño en tiempo real.

Dotados con giroscopios, acelerómetros y GPS, esos dispositivos permiten conocer datos de desplazamiento, velocidad y posicionamiento de los jugadores de campo para hacer correcciones tácticas.

También son utilizados durante las prácticas para conocer, por ejemplo, cuánto tiempo tardan los arqueros en ponerse de pie luego de atajar una pelota y entrenarlo en consecuencia.

Los espectadores, tanto los que vayan a Rusia como los que miren los partidos desde su casa, también estarán cruzados por la tecnología.

Los visitantes que quieran concurrir a los partidos deberán tramitar por Internet el «FAN ID», que es presentado por las autoridades como «un documento obligatorio» y cuyos datos se «proporcionan al Ministerio de Telecomunicaciones y Medios de comunicación de la Federación Rusa».

Según el sitio oficial, quedarán en manos del gobierno datos como apellido y nombre, fecha de nacimiento, sexo, datos del documento de identidad, nacionalidad, fotografía, número de teléfono móvil, dirección de correo electrónico y dirección postal.

Asimismo, se aclara que la retención de esos datos sólo se dará hasta la finalización del Mundial o «salvo disposición en contrario en la legislación rusa».

Aquellos que sigan los partidos desde sus países, podrán hacerlo a través de dispositivos que prometen entregar los contenidos en alta resolución, especialmente a través de aplicaciones para teléfonos móviles.

Según estimaciones privadas, se podría esperar que el 50 de los espectadores sigan el mundial a través de dispositivos móviles que, en caso de no estar conectados a redes de Wifi, gastarán importantes cantidades de datos móviles.

Apps de radios online o aquellas destinadas a la información de cada partido podrían generar consumos de datos, pero serán las que realicen transmisiones en directo aquellas más problemáticas.

Una transmisión Full HD con resolución de hasta 1080px consume un ancho de banda de 5 megabyts por segundo y en una conexión de 2 horas se consume aproximadamente 6 gigabyts.

Una transmisión Ultra HD o 4K necesita un ancho de banda de 25Mb por segundo, algo así como 14 Gb por partido.

10