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La tormenta fue de barriletes

Por Laura Hintze.- Desde el viernes y hasta hoy inclusive, se realiza la 12ªedición del Festival Internacional “Pintemos el cielo de Rosario”. Lejos de aguarse, de la fiesta de ayer participaron miles de personas y hasta se acercaron “barrileteros” del interior del país.

A pesar de la permanente amenaza de lluvias y tormentas, hasta ayer a la tarde, el cielo rosarino no se vio gris, sino todo lo contrario: miles de cometas pintaron, por 12ª vez, el cielo de la ciudad, en el marco del Festival Internacional de Barriletes. Así, tanto ayer como anteayer el parque Scalabrini Ortiz fue sede de escolares, familias, nostálgicos e incluso “profesionales” del barrilete. Y si el clima lo permite –y va contra todos los pronósticos– la actividad continuará hoy durante todo el día en el mismo parque.

¿Por qué celebrar un Festival del Barrilete? Tal como indicó Susana Fandiño, coordinadora de la actividad, ésta “es una forma de transmisión de conocimientos de padre a hijo que tiene que recuperarse”.

Así, volar un barrilete se transforma en una manera de apropiarse de los espacios públicos y de aprender a usarlos. Con una excusa lúdica, familias enteras salen de sus casas con las reposeras y los mates a estar divirtiéndose un rato al sol. Ya hace doce años que ésta es una rutina anual, que crece cada vez más y muta, en conjunto con el paisaje. Y ese último dato no es menor: “El paisaje del parque cambió. Cuando arrancamos estaban los vagones del ferrocarril, no estaba ni el shopping ni los grandes edificios, por eso era el lugar ideal para volar”. Ahora, créase o no, con las nuevas y monumentales construcciones, “es cada vez más difícil encontrar un rincón donde el viento llegue y permita remontar un barrilete”, pese a que se trata de las costa del Paraná.

Igual, sin dejarse intimidar por las pálidas, este año el Festival fue por más: innovó con la propuesta “El Barrilete en la escuela”. En ella, el viernes miles de alumnos de las escuelas públicas de Rosario fueron al parque a remontar los barriletes que ellos mismos habían fabricado, en el marco del proyecto. Durante el mes pasado, las escuelas que participaron trabajaron el armado del barrilete desde diferentes puntos de vista: geometría, matemática, tecnología, plástica, literatura, entre otros.

Ayer –y para hoy se espera lo mismo– fue el turno de “toda la familia”. De los nostálgicos, de los aficionados, de los novatos. De Rosario y de todo el país, porque también vinieron desde Mar del Plata, Formosa, Reconquista, entre otros lugares. Exhibiciones, talleres de construcción; globos aerostáticos; vuelos nocturnos, acrobáticos y sincronizados, y concursos formaron parte de la agenda de un día singular.

Los participantes del Festival se superan cada año. Más de 10 mil personas se acercaron ayer, y para hoy –si no llueve– se espera que una cantidad similar forme parte de un público que va renovándose. Ante eso, la coordinadora advirtió: “La gente viene un rato a la mañana o a la tarde, va y vuelve, o se queda a pasar el día. Pero desde que arranca hasta que finaliza se llena: desde Alberdi hasta Francia, todo el parque se colma de personas”.

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