El film, que fue realizado por María Elena Scandaliato y Alessandra Solarino, podrá verse en el canal estatal tras su estreno del pasado 23 de marzo en el programa Spotlight de la RAI, en vísperas del 45° aniversario del golpe de Estado cívico-militar del 24 de marzo de 1976.
Los 600 cuerpos, título que condensa la cantidad de restos de desaparecidos desenterrados en Argentina que aún permanecen anónimos, comienza con una investigación sobre el paradero del argentino Carlos Malatto y el uruguayo José Néstor Troccoli, ex integrantes de las fuerzas armadas de sus respectivos países, quienes llegaron a Italia para evitar ser enjuiciados por las decenas de miles de torturas y desapariciones forzadas ocurridas en ese período de dictaduras tanto en Argentina como en Uruguay.
https://youtu.be/5UPSDv_CJqE?t=4
Malatto, que prestaba servicio en el Regimiento de Infantería de Montaña (RIM22) de San Juan, fue hallado en una casa en Sicilia, donde los investigadores se contactaron con Mariano Biltes, un empresario argentino hijo de Jorge Alberto Biltes, un estudiante de sociología que fue secuestrado y torturado a los 19 años, dos días después de que la Junta Militar tomara el poder.
Si bien vive hace 20 años en ese país, fue en ese momento de la búsqueda cuando Biltes descubrió que uno de los victimarios de su padre, que murió en 2013, un año después de declarar como testigo en un juicio por delitos de lesa humanidad contra varios militares, se encontraba tranquilo y a pocos kilómetros de su casa.
Desde esa narrativa, y con imágenes de la época y entrevistas en Argentina e Italia a familiares de desaparecidos y a autoridades y referentes de la política nacional, Los 600 cuerpos construye un cuadro de un presente en el que todavía hay muchos adultos, niños en los años 70, que todavía esperan recuperar su identidad, y también muchos genocidas ocultos en otros puntos del mundo.
Sólo en Argentina, el Equipo de Antropología Forense (EAAF) recuperó hasta la fecha unos 1.500 cuerpos de fosas comunes e identificó a 850 de ellos a través de cotejos de material genético, mientras que otros 600 aún permanecen sin nombre, entre los que podrían encontrarse cerca de 65 víctimas de nacionalidad italiana que todavía son buscados en la Argentina.