Sólo el 3 por ciento de las víctimas de trata en Argentina fueron secuestradas. El resto fueron captadas por una falsa oferta de trabajo o una mentirosa propuesta de amor a través de las redes sociales. La mayoría fueron mujeres. Los datos son de 2015 y surgieron de Centro de Asistencia y Empoderamiento a Víctimas que desde mayo funciona con el Centro de Atención Judicial y la Dirección de Asistencia a la Víctima de Santa Fe. Para difundir cómo funcionan las redes de trata y desmitificar cómo se presentan las víctimas en los medios de comunicación, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) creó una cátedra libre en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Incluye un programa de voluntariado para difundir el problema en escuelas secundarias y un observatorio que recopilará datos para mejorar las políticas públicas que la combaten. Las podrán tomar los alumnos de la UNR, pero también cualquier persona interesada en el tema. Aun no está definida la fecha de inicio, pero ya comenzaron a dictarse clases sobre el tema. “Esto muestra el compromiso de la universidad con la agenda pública. Queremos producir conocimiento sobre los casos, analizar las políticas públicas en Rosario y capacitar en la materia para alcanzar a todos los estratos de la sociedad”, explicó el decano de la casa de estudios, Franco Bartolacci a El Ciudadano.
Desde 2013 la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Ciudad Universitaria tiene una oficina de la fundación María de los Ángeles. La organización creada por Susana Trimarco, madre de “Marita” Verón, logró recuperar la libertad de más de un centenar de víctimas. Mediante un convenio la facultad es sede de las denuncias y asistencia a las víctimas. Ahora la intención es ampliar la propuesta y poner en marcha un programa de lucha. “Uno de los objetivos es fomentar la producción académica en torno a la problemática de trata y colaborar con la difusión. El otro es generar espacios y articulaciones para la asistencia, la capacitación y la prevención en materia de trata de personas”, agregó Bartolacci.
Tres ejes
El primer eje del programa de la universidad será dar clases en una cátedra libre. Algunos de los docentes serán Susana Trimarco, el director de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Marcelo Colombo, y la concejala María Eugenia Schmuck, que trabajó con la fundación María de los Ángeles.
En las clases se trabajará con un objetivo principal: exponer cómo funcionan las redes de trata y desterrar los mitos sobre cómo se comportan. Los expertos abordarán algunos casos emblemáticos y analizarán el impacto las políticas públicas vigentes que deben perseguir y prevenir la trata.
“Queremos que sea un marco de construcción de consenso y debate en torno a políticas públicas donde participen actores, instituciones y los poderes judicial y ejecutivo”, explicó Martín Illia, director del Centro de Asistencia y Empoderamiento a Víctimas y miembro del programa de la UNR.
El segundo eje es un voluntariado universitario que se implementará a través de la Secretaria de Extensión. La idea es capacitar a los alumnos de escuelas secundarias para que conozcan cómo son los delitos de trata y cómo detectar a una víctima de explotación sexual.
El último de los ejes será crear un observatorio para relevar datos que confronten las políticas públicas contra la trata en Rosario. Según explicó Illia, hay muy pocos datos que permitan hacer un análisis de las situaciones. “Aparecen cada vez que la Policía allana un prostíbulo, pero muchas veces las víctimas rescatadas son las mismas que se repiten en las estadísticas. Queremos tener un estado de situación para medir las políticas públicas. En particular, la asistencia y el acompañamiento que son las más deficientes”, dijo Illia.
Cómo funcionan las redes
El director del Centro de Asistencia y Empoderamiento a Víctimas y miembro del programa de la UNR explicó que la mayoría de las víctimas son reclutadas a través de las redes sociales. Una falsa oferta de trabajo o una propuesta amorosa a través de un perfil falso de Facebook son los principales “anzuelos”. Las redes apuntan a las mujeres adolescentes. Aprovechan la vulnerabilidad económica o edad. Las engañan con una tentadora propuesta de trabajo que muchas veces incluye un viaje. O las contactan por redes sociales. Les hablan hasta entrar en confianza y las invitan a salir. Illia remarcó que las redes de trata alcanzan a todos los estratos sociales y se ajustan a las particularidades de cada potencial víctima.
“Son pocos los casos donde las mujeres están encadenadas en un sótano. No las secuestran cuando caminan solas por la calle, pero la trata está a la vuelta de la esquina. Generalmente son captadas por alguien de un círculo de confianza”, explicó el director.
La trata puede derivar en la explotación sexual. Desde el programa no comparten que sea legítimo o legal del trabajo sexual. Son abolicionistas y están en la vereda opuesta a los movimientos de mujeres que lo reivindican. “La prostitución es una forma de violencia de género porque hay un tercero que se beneficia. Es parte de un sistema machista donde se consume el cuerpo de las mujeres”, dijo Illia.
Políticas públicas
Desde el Centro de Asistencia y Empoderamiento a Víctimas dijeron que la principal deuda de las políticas actuales es la reinserción laboral de las víctimas rescatadas. Las alternativas son anotarse en talleres de oficio o dar incentivos a las empresas para las sumen al plantel. “Es necesario brindar una asistencia integral a las víctimas con recursos y actores que les garanticen una resocialización y un proyecto de vida nuevo. Hay que trabajar no sólo desde lo económico sino que debemos romper el círculo al que son sometidas: cambiar los hábitos de nocturnidad y los vínculos de socialización”, contó Illia.
La creación de un refugio específico para víctimas es otra de las deudas. “Tiene que haber custodia permanente y profesionales que contengan a las mujeres. Vamos a fondo a nivel normativo pero no tenemos herramientas para ofrecer a las víctimas”, concluyó Illia.
Para denunciar
La oficina se inauguró en agosto de 2013 en el anexo de la universidad (Corrientes 2001). Recibió 86 denuncias. Incluyeron casos de trata, funcionamiento de prostíbulos privados y por desaparición de personas. Un grupo de psicólogos y abogados brindaron asistencia a 181 víctimas ya sea de trata, de explotación sexual, familiares de víctimas y personas desaparecidas, adolescentes y mujeres en situación de extrema vulnerabilidad y casos por violencia de género. También funcionó como un nexo entre las instituciones nacionales, provinciales, municipales y el Poder Judicial.