La UNR invitó a pensar y compartir política feminista universitaria. Las jornadas Haciendo Universidades Feministas se desarrollaron el 26 y 27 de mayo en Rosario y convocaron a 800 personas de 57 casas de altos estudios de todo el país. “No es un congreso más de género, de investigación, de producción académica, sino que son jornadas de discusión política para pensar y compartir qué hacemos con la política feminista en las universidades”, dijo a La Cazadora Florencia Rovetto, secretaria del Área de Género y Sexualidades de la UNR, que organizó el encuentro en conjunto con el Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de la provincia de Santa Fe. Fue una invitación a compartir las experiencias que se llevan adelante para la construcción de universidades más igualitarias y libres de violencias. Además, hubo un line up de lujo, con actividades de las que participaron Marlene Wayar, Dora Barrancos, Susi Shock y Sara Ahmed.
“La idea de hacer estas jornadas surgió apenas asumimos la gestión, en 2019. Éramos la primera universidad que jerarquizaba la agenda feminista a través de la creación del Área de Género y Sexualidades de la UNR, incorporando estas políticas en su mayor nivel de estructura de gestión. Entendíamos que esa jerarquización tenía que replicarse, hacerse también en el resto del país, y que contábamos con espacios y redes para poder irradiar”, contó Rovetto sobre el origen de Haciendo Universidades Feministas.
El objetivo, entonces, se planteó para el 2020. “Se cumplían cinco años de la creación de la Red Interuniversitaria por la Igualdad y contra las Violencias”, detalló Rovetto, quien abrió las jornadas junto con la ministra de Igualdad, Género y Diversidad, Florencia Marinaro. La Red surgió en 2015, durante un encuentro de unas 20 universidades de todo el país reunidas en la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), dos meses después del primer grito de Ni Una Menos.
“Muchas universidades ya veníamos creando los protocolos para abordar las violencias, empezando a discutir la transversalización de la perspectiva de género. Entonces, en aquel contexto del 2015, nos reunimos y creamos esta red, que fue un movimiento desde abajo de quienes veníamos llevando adelante algunas estrategias políticas y académicas en las universidades”, contó la secretaria. En 2018, la Red se institucionalizó. Pasó de ser una red movimientista a una red del Consejo Interuniversitario Nacional (Cin) y cambió su nombre a Ruge: Red Universitaria de Género.
De cara al quinto aniversario de la creación de la primera red, surgió la idea, en Rosario, de organizar las primeras jornadas Haciendo Universidades Feministas. En 2020, la pandemia obligó a retrasar el encuentro. “Hicimos una prejornada virtual vía streamming de la que participaron 300 personas. “Convocamos a referentes de dos universidades: la Autónoma de Barcelona y la Autónoma de México. Nos interesaban porque sus universidades habían participado del armado de los planes de igualdad, que venían construyéndose con objetivos anuales, con metas y con dimensiones que nos interesaba también trabajar en nuestra universidad. Queríamos que nos cuenten esa experiencia”.
Este 2022, la UNR fue por todo y lanzó las primeras jornadas Haciendo Universidades Feministas en forma presencial: se realizaron este 26 y 27 de mayo en Plataforma Lavardén y en el Espacio Cultural Universitario (Ecu). La organización se realizó en conjunto con el Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de la Provincia de Santa Fe, en el marco de una serie de convenios que se firmaron entre ambas instituciones, que incluyó la puesta en funcionamiento de la Diplomatura en Género y Participación Comunitaria, que se desarrollará en cinco localidades santafesinas (Rosario, Casilda, Venado Tuerto, Villa Constitución y Cañada de Gómez) y que apunta a fortalecer la formación y potenciar las acciones e intervenciones territoriales desde la elaboración de estrategias comunitarias, locales y situadas de promoción de derechos y prevención de las violencias de género.
Mesas de experiencias
De las jornadas participaron unas 800 personas. Hubo representantes de 57 universidades de todas las provincias del país. “Les pedimos que en lugar de mandar ponencias, que es lo que se hace en los congresos, envíen propuestas basadas en experiencias concretas de políticas feministas en sus universidades”.
Los ejes fueron transversalización de la perspectiva de género, violencias sexistas, políticas de diversidad y políticas de cuidado. “A partir de esas experiencias, sobre lo que ya se ha hecho, podemos revisar juntas, intercambiar estrategias que nos vamos dando, hacer evaluaciones y pensar estrategias comunes”, entendió Rovetto. Las mesas de experiencias fueron el corazón de las jornadas.
Se recibieron un total de 150 propuestas que se expusieron y debatieron en cada una de las Mesas de Experiencias. El 56% fueron sobre tranvesalización, el 26% de violencia sexista, 13% de políticas de diversidad y un 6% sobre políticas de cuidados. «El bajo porcentaje de experiencias sobre cuidados habla de que hay muy pocas política desplegada sobre cuidados y corresponsabilidad», analizó Rovetto, quien destacó que para llevar adelante acciones en ese área hace falta que las universidades destinen presupuesto.
La propuesta desde Rosario es que, en las próximas ediciones, otras universidades sean sede de estas jornadas.
Invitadxs de lujo
El jueves 26 de mayo a las 19, la cola para entrar a la Sala Lavardén, en Sarmiento y Mendoza, superaba la mitad de cuadra. ¿El motivo? Marlene Wayar, activista travesti y psicóloga social, recibiría un doctorado honoris causa. En rigor, la UNR le entregó el reconocimiento en plena pandemia. En ese momento, y de forma virtual, Marlene dio una clase magistral vía streamming. Ahora, en el marco de estas jornadas, la activista recibió el título en forma presencial ante una colmada Sala Lavardén y brindó una entrevista pública en la que lloró por emoción, indignación, enojo y orgullo.
Marlene Wayar es autora de los libros “Travesti: una teoría lo suficientemente buena” y “Furia travesti. Diccionario de la T a la T”. Es una referente indiscutida de la comunidad travesti trans y creadora de espacios trascendentales como El Teje, el primer periódico travesti de Latinoamérica y la fundación de la cooperativa textil Nadia Echazú.
“La UNR es la primera universidad en entregarle un doctorado honoris causa a una trava, como se autopercibe y reivindica Marlene. Este reconocimiento pone sobre la mesa la importancia de la producción de esa epistemología trava desde las cloacas que hace Marlene. Ese conocimiento marginal de quien ha vivido una historia vulnerada y que ha producido su propia teoría”, remarcó Rovetto.
Además, Marlene se llevó un reconocimiento placeris causa. “Como los doctorados los entregamos por placer, y para sacarle al honoris causa esa cosa viril y masculina del honor, le entregamos también el placeris causa, una obra de arte de Merlín Caminos».
Para cerrar la noche, la artivista trava Susy Shock deleitó al auditorio junto a la Bandada de Colibríes con tangos y milongas. La artista rosarina Ayelén Beker, bautizada por la propia Susy como “la Gilda de las Travas”, la acompañó en el escenario en un dúo improvisado y emocionante.
El viernes 27 de mayo, la sala volvió a colmarse de universitarias. Esta vez, la del Ecu, que funciona en el edificio del viejo Banco Nación, en San Martín y Córdoba. Allí, entre majestuosas columnas de mármol, la imprescindible Dora Barrancos analizó la historia y el futuro del feminismo en las universidades. Entre otras cosas, enfatizó la necesidad de fortalecer al Ruge desde lo institucional, jerarquizarlo para poder disputar sentido y que no haya retrocesos dentro de la academia en materia de derechos. Dora se llevó un aplauso tan enorme como ella.
Feministas aguafiestas
Una de las actividades de este primer Haciendo Universidades Feministas fue una conferencia que la académica británico-australiana Sara Ahmed brindó desde Londres ante el público del Ecu.
Parte del trabajo teórico de Ahmed se encarga de explorar los mecanismos institucionales que impiden o dificultan que las víctimas de violencia de género o racista sean escuchadas. Su trabajo se basó en las denuncias de acoso sexual en la Universidad de Londres. En su libro “La promesa de la felicidad” dice que las personas que realizan estas denuncias son consideradas “aguafiestas”.
En su exposición ante el público del Ecu, Ahmed habló de la necesidad de desarrollar un oído feminista, no sólo para recibir las quejas sino para luego hacer algo con ellas. Desarrollar un oído feminista como una táctica institucional para poner a las universidades de cara a lo que ocurre dentro de ellas, aún cuando hacia el afuera se trate de posicionar a estas instituciones como libres de violencia.
En palabras de Ahmed durante su conferencia: “Las universidades feministas están en etapa de proyecto. Si nos callamos ante, por ejemplo, el acoso sexual, para salvar la reputación feminista de las universidades, tenemos un problema”.
Para Rovetto, el proceso que llevó a que la Universidad Nacional de Rosario sea una de las pioneras en el país en institucionalizar y jerarquizar espacios para pensar políticas de género, partió desde ese lugar. “Si me pongo a pensar para atrás, todo arrancó con esa escucha. Con escuchar a una estudiante que se acercó al Núcleo de Género para denunciar una situación de acoso”, recordó.
Fue en 2008 cuando Rovetto y un grupo de compañeras crearon el Núcleo de Género de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (hoy Centro de Investigaciones Feministas y Estudios de Género –Cifeg– de la UNR), un espacio abocado a tareas de formación desde donde crearon una materia electiva: Introducción de la Perspectiva de Género.
“Como nos llamábamos Núcleo de Género y teníamos esa cátedra, en el 2014 aparece una estudiante que se estaba por recibir de Comunicación Social, contando su relato de una situación de acoso vivida con un docente de la facultad, que además era su director de tesis”, recuerda Rovetto. “Todo arranca con la escucha”, dice. “Teníamos el oído para poder escuchar esa situación, pero además la definición política de hacer algo con eso. Y así fue que creamos el primer protocolo en la facultad de Política”.
Así, en junio de 2015 se presentó el “Procedimiento para la Atención de la Violencia de Género, el Acoso Sexual y la Discriminación basada en el Género, Orientación Sexual, Identidad de Género o Expresión de Género”, una herramienta de la facultad para enfrentar la problemática de la violencia contra las mujeres y disidencias en todos los ámbitos en los que se manifiesta el sexismo.
“Después de ahí todo fue para arriba, porque el primer Ni Una Menos hizo posible que toda esa construcción chiquita, acotada, del feminismo dentro de la universidad, explotara, y tomara otras dimensiones”, analizó Rovetto.
En los años que siguieron, la movida No Nos Callamos Más generó una serie de escraches a músicos y rockeros señalados como abusadores. Entre ellos, destaca la acusación contra Cristian Aldana, líder de la banda El Otro Yo, quien termino condenado a 22 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores. En mayo de 2018, los coletazos de ese movimiento llegaron a la UNR: con carteles que pegaron en todo el campus de la Siberia, alumnas de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño expusieron, expusieron con nombre y apellido a profesores y denunciaron situaciones de violencia de género. Lo mismo ocurrió en la Facultad de Medicina.
“Eso que ocurrió dio pie a que se aprobara un Protocolo de Violencia de Género en la UNR. Porque nosotras teníamos un espacio de atención y un procedimiento específico en la Facultad de Política, pero no en la Universidad, y eso era un problemón, porque no podíamos hacer ni una exoneración, ni una sanción. Teníamos que estar negociando con el asesor jurídico”, señaló Rovetto.
Ese coletazo sirvió también para dar un paso más en la institucionalización del feminismo. En junio de 2018 se creó la Secretaría de Género en el ámbito de la Facultad de Política. “Franco Bartolacci, que en ese momento era Decano de la Facultad, tomó una decisión política para esa jerarquización”, dijo Rovetto. Un año más tarde, cuando Bartolacci fue electo Rector de la UNR en 2019, dio el visto bueno para la creación del Área de Género y Sexualidades, y designó a Rovetto y a Luciano Fabbri (hoy secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad de Santa Fe) para la dirección y coordinación de ese espacio.
Se trata de un espacio pionero en el país: hoy en día, sólo cuatro Universidades en toda la Argentina cuentan con este nivel de jerarquización de la perspectiva de género dentro de su estructura.
“Si me pongo a pensar para atrás, todo arranco con la escucha de esa estudiante que venía a contarnos lo que le estaba pasando con un docente. No teníamos ni una herramienta para acompañarla, pero lo que sí teníamos era mucho feminismo en sangre y la definición de no quedarnos sólo con esa escucha. Creo que en todas las universidades arrancamos con una situación de violencia para institucionalizar lo que estamos haciendo ahora”.