La incertidumbre general en torno al contexto económico nacional impactó fuerte en el sector inmobiliario según la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros), cuyos números indican que la comercialización de propiedades en la ciudad tuvo un retroceso del 16 por ciento en todos los productos, en su mayoría usados, con relación al mismo período de 2013. No obstante, la venta de departamentos en construcción, o “al pozo”, sigue apareciendo como la operación más viable y elegida por los inversores, al igual que la adquisición de terrenos que, impulsada por créditos como Procrear y Mi tierra, Mi casa (en Rosario se concentra casi la mitad del total de créditos aprobados para toda la provincia), creció poco más del triple en el último año.
De acuerdo a lo señalado por Carlos Rovitti, titular de Cadeiros, “el problema más grande lo representan los usados”, producto de la incertidumbre reinante en el mercado inmobiliario que aparece como consecuencia del desfavorable contexto económico en el que se encuentra sumergido el país.
“Hay preocupación por las negociaciones en el exterior (en referencia a los Fondos Buitre) y porque diversos economistas proyectan para este año una inflación cercana al 35 por ciento. Entonces, se disminuye el poder adquisitivo y se retrae la economía e impacta así en todos los sectores, principalmente en la construcción”, analizó en diálogo con El Ciudadano. Sin embargo, el empresario reconoció que sí se observa con regularidad el “reciclado para la posterior reventa”.
Esta regresión contrasta con la compraventa de departamentos nuevos o la operatoria denominada “al pozo” (adquirir un inmueble que todavía no ha sido construido), preferentemente los de menores dimensiones, que ocupan un lugar importante permitiéndoles a los inversores obtener una diferencia cercana al 20 por ciento con su posterior reventa.
“El que tiene algún excedente resguarda su capital sobre el ladrillo. Hubo épocas, como en 2007, en las que Rosario ocupó el primer lugar en Sudamérica en metros cuadrados construidos per capita”, reveló, al tiempo que descartó que se siga utilizando al dólar como referencia para la comercialización: “La operatoria inmobiliaria está pesificada en un 92 por ciento. El número restante responde a los pocos campos y construcciones premium (countries, barrios privados o chalets) en venta, que se inclinan por esta moneda aunque a veces distorsione el valor del mercado”.
Lotes, en punta
Otro de los productos que atrajo interés y que picó en punta en el primer semestre del año es el terreno, que se potenció en el último tiempo gracias a la aparición de créditos blandos para la construcción, como es el caso de los planes Procrear o Mi tierra, Mi casa, de Nación y provincia respectivamente.
En referencia a ello, Rovitti señaló: “En 2013 representaba el 9 por ciento de la venta, mientras hoy, a pesar de la devaluación, ocupa el 28 por ciento. Hay que tener en cuenta que en Santa Fe salieron beneficiados 15.700 planes, de los que cerca de 7 mil están en Rosario”.