Por Martín Sassone / Noticias Argentinas
En 1967, Jeff Beck abandonó The Yardbirds después de haber tocado en casi todos los hits de la banda y dejó a Jimmy Page como guitarrista líder. En cuestión de meses, Page tomó el control los New Yardbirds, grupo que pronto se convertiría en Led Zeppelin. De esa manera, un tanto azarosa, la partida de Beck fue una de las semillas del surgimiento del hard rock y el heavy metal.
La carrera solista de Beck fallecido el martes último y que por entonces contaba 23 abriles, había comenzado a gestarse un año antes con la grabación de Beck’s Bolero, con Page en guitarra de doce cuerdas y una rítmica conformada por John Paul Jones en bajo y Keith Moon en batería, quien por entonces evaluaba dejar a los Who, algo que finalmente no sucedió.
Jeff Beck sintió que era su momento. Comenzaba una revolución interna que la plasmaría en su sonido, cargado de distorsión y lirismo, pero todavía faltaba para su etapa instrumental. Como cantar no era lo suyo, para formar su propia banda, recurrió a un joven que tenía destino de estrella. Rod Stewart cantaba en los grupos Steampacket y Shotgun Express, pero la posibilidad de ser el vocalista principal de un grupo formado por un ex Yardbird fue mucho más tentadora.
La formación se completó con un joven Ron Wood en bajo y Aynsley Dunbar en batería. Mickey Most, un importante productor de la época, que había alcanzado hits con The Animals, y Donovan, sugirió que como líder del grupo que llevaría su nombre, Beck debía cantar. Claro que él sabía de sus limitaciones, pero intentó hacerlo de todas maneras. El resultado fue el single Hi Ho Silver Lining, de un éxito moderado y fugaz. Luego grabó dos temas por insistencia de Most: «Tallyman» y el instrumental «Love is Blue». Mientras tanto, Rod Stewart era el vocalista de una banda en la que no cantaba en el estudio de grabación. La situación no era sostenible en el tiempo.
Todo cambió con la grabación del LP Truth, que resultó ser un disco que combinó blues, rock y psicodelia al mejor estilo británico de la época. Stewart se hizo cargo, como debía ser, del micrófono; Mickey Waller reemplazó a Dunbar en batería, Nicky Hopkins se sumó en dos temas al piano, y John Paul Jones hizo su aporte en el hammond en una canción. Así, todo fluyó de una manera notable.
Beck abrió el álbum de una manera audaz, con su viejo éxito de los Yardbirds, «Shapes of Things», reconstruyendo deliberadamente la canción desde cero para que suene más cercana al blues de Chicago, que también lo motoriza en las demoledoras versiones de «I Ain’t Superstitious» y «You Shook Me», ambos temas compuestos por Willie Dixon. El segundo, casualmente, sería versionado por Jimmy Page en el primer álbum de Led Zeppelin.
Con «Ol’ Man River», de Jerome Kern, también se sumergió en un blues eléctrico lento, mientras que sondeó territorio folk con una versión de guitarra acústica en solitario de «Greensleeves», que fue pensada como relleno, pero al público le encantó. «Beck’s Bolero» (en los créditos Keith Moon figura como “You Know Who”) y el conmovedor «Blues Deluxe» son las otras gemas del álbum, que además incluye dos canciones escritas por él con el seudónimo de J.Rod, «Le Me Love You» y «Rock My Plimsoul», y «Morning Dew».
Most fue el productor del disco que se grabó en apenas cinco días en los estudios Abbey Road de Londres. El álbum salió a la venta en 1968 y tuvo poco impacto en Reino Unido, pero trepó en los charts estadounidenses y se mantuvo en el puesto 15 durante ocho semanas. Las cartas estaban echadas y la banda estaba en llamas… en todo sentido. Pronto volvieron a los estudios para grabar su secuela, que se tituló Beck-Ola, ahora con Tony Newman en batería y con Hopkins al piano en todas las canciones. Pero antes de que el álbum saliera al mercado la relación de Beck con Rod Stewart y Ron Wood se había resentido al punto de no retorno, y estos dos pegaron el portazo para sumarse a The Faces.
El guitarrista seguiría adelante con el Jeff Beck Group, pero comenzaría la transición a la fusión con el jazz, primero con el disco Rough and Ready (1971) y luego con Jeff Beck Group (1972), aunque con un impasse para grabar Beck, Bogert & Appice (1973), el álbum del fugaz power trío que armó junto al bajista Tim Bogert y el baterista Carmine Appice, antes de alcanzar el pináculo del rock instrumental con su álbum Blow by Blow (1975).
Si bien nadie discute su lugar en el olimpo de los guitar héroes, y el reconocimiento del mundo del rock tras su muerte, este martes 10 de enero, así lo demuestra, a veces pagó caro el precio de una personalidad compleja o el de su búsqueda experimental muchas veces alejada de las exigencias comerciales. Con todo, ese Truth de 1968, un disco que grabó en una época de formación y descubrimiento musical, contribuyó de una manera decisiva en el advenimiento del rock. Y esa es la pura verdad, algo que la historia no podrá borrar jamás.
A los 78 años murió el legendario guitarrista inglés Jeff Beck, miembro de The Yarbirds