Newell’s no ganó el Clásico, pero Diego Osella se fue del Coloso como ganador. El entrenador rojinegro le dio identidad al equipo, dispuso un plan de juego que superó a un rival que llegaba en mejor forma y logró de alguna manera que los jugadores cambiaran la actitud, lo que a la vista de los últimos enfrentamientos ante Central no es un detalle menor.
Es cierto cuando Osella dice que a Newell’s “lo subestimaron”. Pero también es real que hace un mes atrás nada hacía suponer que la Lepra podía jugarle de igual a igual a un Central que lideraba el torneo con un fútbol muy elogiado y un rigor físico difícil de igualar.
Ahí está el gran mérito del entrenador leproso. Con aciertos y errores supo encontrar el once ideal para enfrentar al Canalla. No titubeó a la hora de darle un lugar a los pibes Elías y Fertoli, ni en sostener a los cuestionados Cáceres y Paz. Tampoco le tembló el pulso al dejar a Domínguez y Scocco en el banco. Y fue certero cuando le dio titularidad a un Formica que parecía no poder jugar más de diez minutos. Osella entendió la importancia que este partido tenía para todos y lo fue trabajando semana a semana. Y ayer lo planificó a la perfección. Le faltó un detalle fundamental, el gol que le diera a la Lepra la victoria. Pero eso no le quita mérito. En los papeles, el DT fue uno de los ganadores de la tarde clásica.