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La violencia de género invade la medicina forense

Las denuncias por lesiones que atiende el Instituto Médico Legal (IML) son, en su mayoría, por este tipo de hechos. Atañe también a abusos sexuales. Alicia Cadierno, directora de la institución, explicó el trabajo que llevan adelante con las víctimas

En el marco del primer encuentro de Ciencia y Justicia que se realizó la semana pasada en los Tribunales provinciales El Ciudadano charló con Alicia Cadierno, directora del Instituto Médico Legal, quien expuso durante la jornada sobre “Actualizaciones de medicina forense: La medicina forense con perspectiva de género”.

La funcionaria explicó que desde siempre trabajan con perspectiva de género, aunque en los últimos años se incorporó un protocolo que es similar al de Naciones Unidas, que pone énfasis en cumplir rigurosamente con todos los estamentos que se requieren en un examen de autopsia.

La funcionaria dijo que en la diaria las denuncias por violencia familiar representan el grueso del trabajo y toman contacto con los casos a través de las lesiones a las víctimas o la evaluación del sospechoso desde el punto de vista de la salud mental.

A modo de ejemplo dijo que en agosto hubo 214 exámenes, de los cuales 170 son por violencia. También aumentó la cantidad de autopsias en los cuerpos de mujeres, la mayoría entre 21 y 60 años. Otro dato que aportó Cadierno es el importante incremento en exámenes por denuncias de delitos contra la integridad sexual. Estima que se radican en promedio unas cuatro denuncias y media por semana y la mayoría de las víctimas son mujeres que no superan los 18 años.

La forense marcó dos grandes zonas de trabajo de los médicos: por un lado los exámenes sobre las lesiones (abarca también las ginecológicas o abusos) y las tanatológicas (que es el estudio de la muerte). Explicó que en el caso de las lesiones en general hay de distintos grados y no todas están vinculadas con la violencia machista, pero son la mayoría.

En agosto, por ejemplo, se realizaron 214 exámenes forenses, de los cuales 170 fueron por denuncias de violencia. En septiembre las consultas fueron 263. Entre 10 y 15 denuncias por semana están relacionadas con situaciones de violencia de género, dijo la forense.

“No quiere decir que al examinar uno se encuentre en todos los casos con cuadros de graves de lesiones físicas. A veces nos han dicho: «No me hace nada, apenas un cachetazo» y esa expresión está reconociendo una agresión, una violencia ejercida por la persona que no la reconoce como tal”, dijo.

En cuanto a los abusos sexuales, la cantidad de denuncias alarma a la médica. En septiembre hubo 18 exámenes de este tipo, en 11 de ellos las víctimas fueron mujeres menores de 18 años. Mientras que en agosto fueron 21 los casos, en 13 de ellos los examinados tenían entre 1 y 20 años, explicó. Las denuncias por abuso sexual oscilan entre 3 y 8 por semana, añadió.

 

El fuego

 

Otro dato importante fue el uso del fuego a través de productos químicos para dañar a una víctima. “En los últimos años hemos tenido un aumento de la frecuencia de personas que han sufrido quemaduras en situaciones dudosas”, dijo. «En estos casos el IML es convocado para determinar a través el tipo de lesiones cómo sucedió y para ello hacemos una observación de las lesiones en agudo o las cicatrices, cuando ya ha pasado un tiempo”.

El alcohol es el material combustible que se usa pero no es el único; también hay otros productos de combustión más rápida y se estudia con toxicología qué clase de combustible se usó en el caso. “Hay casos en los que a ciencia cierta no se puede determinar y hay que complementar el examen con testimoniales”, dijo.

Autopsias

 

En cuanto al área de tanatología explicó que no ha cambiado la visión para trabajar en los últimos años, pero hoy se pone mayor énfasis en determinar las lesiones en general y qué es lo que se traduce a través de la lesión física.

«Es decir el cuadro general de una situación de violencia crónica que se arrastra y arrastra. No sólo la lesión puntual que tuvo la víctima en la oportunidad de hacer la denuncia sino todos los hechos que anteceden a ese hecho puntual», describió. Si bien las autopsias anuales no han aumentado en los últimos años, rondan entre las mil y mil cien cada año, sí han aumentado los casos en los que la víctima es una mujer.

Según una estadística que realiza en el IML en 2014 se hicieron 15 autopsias de mujeres, en 2015 el número trepó a 23, en 2016 fueron 28 casos y en 2017 fueron 25, explicó. Números que releva María Dolores Cortiñez, una de las integrantes del plantel IML.

Cadierno explicó que existe un protocolo para determinados casos, como los de violencia de género, y tiene como eje establecer las causales de la muerte y sus implicancias. Este tipo de autopsias se hace cuando hay denuncias de mala praxis, muerte en custodia o femicidios. Las autopsias protocolizadas buscan echar mayor luz y ampliar la participación de las partes en el examen.

También las que matan

 

La forense describió que no sólo trabajan con mujeres fallecidas sino también con mujeres homicidas. La funcionaria ejemplificó con uno de los tantos casos que le tocaron. “Si llega un cadáver con 30 heridas de arma blanca y preguntás ¿qué pasó?, te encontrás con una mujer de 60 años que era crónicamente agredida por su pareja, que regresaba alcoholizado a la casa. Llegó un día y por una situación doméstica la mujer que estaba cocinando lo agrede con el cuchillo y lo mata. Tomamos contacto con el caso, todavía no estaba esta dinámica del nuevo sistema penal, la mujer había hecho múltiples denuncias en la seccional policial en un localidad rural cercana a Rosario y si se la escuchó no se hizo debidamente; cabía investigar que había pasado con eso», dijo.

Avance tecnológico

 

«El Poder Judicial tiene el área genética forense en funcionamiento, trabajando en forma social desde el año 2003», dijo Cadierno. En esos inicios rudimentarios, el Cudaio (Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos) tenía aparatología de última generación y no tenían lugar, entonces se instaló en el IML y ofreció la posibilidad de producir estudios genéticos, detalló.

«En estos últimos años la Corte (Suprema de Justicia provincial) ha ido dotando a la unidad de genética forense de aparatología de última generación: secuenciador, sistema para investigación de restos óseos, una serie de elementos que han mejorado la posibilidad de este tipo de análisis y el año pasado se llamó a concurso para técnicos genetistas y directora de laboratorio. Este laboratorio trabaja para toda la provincia tanto cuestiones civiles como penales, la demanda es muy elevada y se avisora la existencia de otros centros de genética para lograr que la distribución de trabajo permita dar más celeridad. Desde el Poder Judicial se ha aportado todo», aseguró.

La funcionaria explicó que a través de estos estudios se permite determinar la relación causal entre víctima y victimario en caso de muertes o delitos contra la integridad sexual o violaciones seguidas de muerte. «Recientemente determinamos características similares en un caso con una víctima superviviente y otra fallecida, se logró fehacientemente identificar al agresor», dijo.

«También se maneja todo lo que es evidencia, por ejemplo en un levantamiento de cadáver donde ocurrió un homicidio se levantan machas, pelos, vasos, o una manzana que pudieran haber mordido. Todo ese material llega como evidencia y después se hace el entrecruzamiento con los sospechados para determinar si hay coincidencia genética con algunos de ellos», cerró.

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