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La violencia implícita de la clase media alta

La directora Romina Tamburello habla de “Rabia”, su primer cortometraje, recientemente seleccionado para participar en mayo próximo en el Short Film Corner del Festival de Cannes.

Por Daniela Barreiro / Miguel Passarini

Una autopista peligrosa y la furia desatada. Un padre desorientado y violento frente a una situación que lo excede, y que en medio de un ataque de ira pone en riesgo la vida de su propio hijo. En el cortometraje rosarino Rabia, de la talentosa actriz, dramaturga y ahora también cineasta Romina Tamburello, David y su hijo Facu van a ver la final de su equipo de fútbol. Durante el viaje, Facu le cuenta a su padre, casi veladamente, acerca de la nueva pareja de su mamá. Eso desata en David un episodio de rabia inusitado que lo llevará a abandonar a su hijo en medio de la autopista y continuar el viaje solo. A partir de ese momento, los ataques de violencia se sumarán uno tras otro a un estado general de furia que desencadenará un irreversible final.

Romina Tamburello empezó hace algunos años a escribir guiones para cine pero “para que los dirijan otros”, según confiesa. “Con Rabia me animé”, dice sobre su primer cortometraje, material ya premiado, entre otras, por la convocatoria provincial Espacio Santafesino, y que en mayo tendrá su desembarco en el Short Film Corner (ver aparte) de la 70ª Edición del Festival Internacional de Cine de Cannes que tendrá lugar en la riviera francesa del 17 al 28 de mayo próximos.

“Es un corto que pretende llevar al espectador por una tensión permanente”, apuntó Tamburello acerca del material que, de movida, permite el lucimiento de grandes actores rosarinos, entre otros, Carlos Resta como David y su hijo Santino Resta como Facu, a quienes acompañan Juan Pablo Yeboli (Pedro) y María Celia Ferrero (Lorena).

“El material tiene una cosa medio melodramática que se trató de abordar desde la crudeza, señalando esa violencia que está implícita en las familias de clase media alta. Porque no hace falta que un padre le pegue a un hijo para que la violencia se haga presente en un contexto familiar”, adelantó la realizadora respecto del film de sólo 17 minutos, de impecable factura, con momentos de gran tensión. Cuando David regresa a buscar a su hijo, deriva en la puerta de un country donde vive su ex mujer y donde la situación vuelve a explotar.

A la hora de producir y rodar Rabia, un corto ciento por ciento rosarino producido por Pez Cine, Mirá Producciones y Espacio Santafesino, que tendrá su estreno oficial en la ciudad en julio, en El Cairo Cine Público, Tamburello estaba convencida de poder poner en práctica su vasta experiencia en la dirección de actores, algo que, aunque con un lenguaje diferente, ha mostrado en recordados montajes teatrales como Mujeres de ojos negros o la más reciente Jet Lag, el amor en punto muerto. “Por mi oficio de actriz y directora teatral, sentía que podía con eso, pero me faltaban un montón de cosas técnicas que la gente que estudió cine las podía aportar; podían hacer ese trabajo mucho mejor que yo. La idea fue rodearme de un equipo que pudiera ayudarme, enseñarme el trabajo. De hecho, el guión tiene once correcciones y se editó durante un año entero. Y cuando quedamos seleccionados para esta vidriera tan grande que es el Festival de Cannes, la verdad es que dijimos que si bien ya el mismo producto nos había dejado contentos, el reconocimiento podía tener que ver, entre otras cosas, con esa obsesión en toda la etapa de corrección del guión que siempre es importante al momento de rodar una película”, relató la directora acerca de esta experiencia que comparte, en el rol de productor ejecutivo, con el también realizador Federico Actis, con quien además prepara el rodaje de Vera, su primer largometraje.

Luchas ganadas

En el marco del mes de la mujer y del reciente 8M, Tamburello motorizó, junto a un importante equipo de teatristas locales, un ciclo de obras en Plataforma Lavardén titulado Ellas, que busca poner en valor el trabajo de directoras y dramaturgas de la ciudad. “Por suerte, después de muchos años de trabajo, en el último tiempo, se visibilizaron un montón de luchas que se van ganando. De hecho, la marcha del jueves pasado (8 de marzo) fue algo increíble: eran 18 cuadras de mujeres y algunos hombres, pudiendo luchar por el aborto legal, por una paridad de sueldos, igualdad de oportunidades, entra tantas otras cosas. La verdad es que son luchas que, en lo personal, siento que de a poco se van ganando”, opinó.

Y respecto del trabajo en el campo audiovisual, reflexionó: “Es verdad que el del cine es un ambiente con muchos hombres; sin embargo, hay muchas mujeres que están tratando de abrirse camino. En lo personal, siento que de a poco vamos tratando de copar espacios con una audiencia masculina que también va apoyando cada vez más esas causas. Siento que hay un nuevo hombre que entiende que tiene que escuchar, respetar y compartir”.

En primera persona

Sobre su propia experiencia en el rodaje de Rabia, Tamburello contó: “En el equipo había una gran cantidad de varones pero trataron de hacerme saber todo el tiempo que yo tenía un lugar, que me estaban escuchando y que las cosas que yo podía no saber, ellos podían explicármelas sin ningún tipo de soberbia ni machismo”.

Y concluyó: “Siento que la mujer está encontrando lugares que se merecía hace mucho tiempo; hay mucho talento femenino por descubrir y por explorar. Está en nosotras la posibilidad de animarnos y demostrar lo que sabemos hacer”.

Una gran vidriera

El Short Film Corner es un lugar de encuentro para profesionales de todo el mundo organizado por el Festival de Cine de Cannes. Desde 2004, los productores y directores de cortometrajes han elegido el este mercado como el lugar para presentar sus películas, hacer realidad las reuniones y dar pasos decisivos para sus futuras carreras. Short Film Corner propone películas de todo el mundo, casi nunca vistas, así como cortometrajes seleccionados en la Competencia Oficial, la Cinéfondation, la Quincena de los Directores y la Semana de la Crítica.

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