Como consecuencia de los saqueos y la ola de violencia, la cifra de muertos en todo el país ascendió ayer a ocho, mientras se mantienen las protestas policiales en varios distritos, sin acuerdo salarial con los gobiernos provinciales.
En otra jornada de extrema tensión, en las últimas horas se registraron al menos dos muertes en Tucumán y otras dos en Chaco, las que se sumaron a los fallecidos en Entre Ríos y Jujuy del domingo y el lunes pasado, respectivamente, y a los de Córdoba y la localidad bonaerense de Glew, de días atrás.
El gobierno nacional, a través del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, volvió a denunciar que “los saqueos son premeditados” y apuntó contra “un modus operandi que –sostuvo– ha sido provocar daños y saqueos en bienes durables”.
En conferencia de prensa en la Casa Rosada, Capitanich aseguró que los actos de vandalismo fueron perpetrados por “grupos anárquicos, violentos, que promovían saqueos, con grupos organizados” y los calificó como una “extorsión a los gobiernos provinciales”, al tiempo que envió sus “condolencias” a los familiares de las víctimas.
Los principales espacios de la oposición, en tanto, volvieron a reclamar el cese de los conflictos y la suspensión del festival por los 30 años de democracia en la Plaza de Mayo, al tiempo que la Iglesia católica llamó a la “paz social” en todo el país.
Luego de que se alcanzaran acuerdos con la Policía en Buenos Aires, Entre Ríos, Jujuy, Corrientes, La Rioja, Misiones y Santa Fe, todavía continuaba el conflicto entre uniformados y Estados provinciales en Tucumán, Chaco, San Luis y Mendoza.
Durante el fin de semana se habían calmado las aguas en Río Negro y Neuquén, luego de lo ocurrido en Córdoba, origen del conflicto que se desperdigó por todo el país, que arregló un aumento salarial con su fuerza policial el viernes último.
En Tucumán, donde se registraron los principales focos de tensión, al menos dos personas murieron en medio de saqueos y robos a supermercados, negocios de ropa deportiva y distribuidoras mayoristas, lo que motivó la suspensión de clases y el cierre de comercios ante el temor de nuevos desmanes.
Sin Policía, el gobierno de José Alperovich dispuso por decreto un incremento salarial del 35 por ciento y denunció ante la Justicia a los uniformados autoacuartelados, a los que acusó de “incumplimiento de los deberes de funcionario público y sedición”.
En Chaco también hubo dos muertos en una noche cargada de incidentes, confirmó el gobierno provincial, luego de que el lunes por la tarde comenzaran a multiplicarse los saqueos. Uno de los fallecidos es un subcomisario de la Policía, quien resultó herido al intentar frustrar un saqueo. El gobernador chaqueño, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, señaló que se vivió “una situación caótica y alarmante” y se quejó de que, a pesar de que solicitó la presencia de gendarmes, la Nación no le envió refuerzos, ya que estaban repartidos en otras provincias.
Estas muertes se sumaron a las producidas el domingo por la noche en Concordia, Entre Ríos, donde un joven falleció electrocutado y la de otro adolescente en Perico, Jujuy, que anteayer fue herido con un arma blanca.
En tanto, en Mendoza, la disputa salarial se mantenía, luego de que ayer el gobernador Francisco “Paco” Pérez realizara un nuevo ofrecimiento a los uniformados: la última oferta de la provincia fue de 8.500 pesos de bolsillo, no muy lejos de los 9.000 pesos que piden los efectivos. Personal policial continuaba su protesta frente al Ministerio de Seguridad provincia, a la espera de una nueva reunión con las autoridades.