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“La vuelta de San Perón”: un cortometraje perdido entre terrorismo de Estado y olvidos

El film así titulado, de Carlos Müller, rastrea un ignoto corto que, encontrado en una lata de 16 milímetros guardada en una caja de pizza, mostraba un mundo de ilusiones y esperanzas en el regreso del ex presidente en 1972 y la violencia sucesiva que vivió el país

La vuelta de San Perón, de Carlos Müller, rastrea un ignoto cortometraje que muestra una cinematografía desconocida y que, encontrado en una lata de 16 milímetros guardada en una caja de pizza, mostraba todo un mundo de ilusiones y esperanzas en el regreso de Juan Perón en 1972 y la violencia sucesiva que vivió el país.

El resultado del hallazgo y la investigación puede verse en funciones de sábados y domingos en el auditorio porteño del Malba y ya se están articulando posibilidades para que pueda exhibirse en las principales ciudades del interior argentino.

“La idea inicial no fue la de hacer una película sino la de darle la mayor difusión posible a un cortometraje que hasta ese momento era anónimo y generó, tanto en mí como en cada persona a la que se lo mostraba, un gran interés y muchas preguntas.

En ese sentido no partí de la intención de hacer una película. Más bien de las ganas de compartir un material inédito e indagar qué había pasado con la familia que se muestra y los directores de ese cortometraje”, dijo Müller, programador del cineclub Dynamo.

Un film magnético y, por momentos, poco creíble

El material que llegó a sus manos mostraba a una mujer con 17 hijos. Los varones, cirujeaban. Las mujeres, se dedicaban a las tareas del hogar. Todos ellos vivían en una tapera en algún lugar de la provincia de Buenos Aires, rodeados de campo y barro.

Sin embargo, la plasticidad en el habla de la protagonista del film, sumado a su sencillez, amor e ilusión ante la vuelta de Perón convertían a la cinta en algo magnético y, por momentos, poco creíble.

Tras una ardua investigación, Müller dio con Hugo Aure. El reconocido realizador y gestor cultural había sido el director de ese film. Y luego de dar con Aure, la ambición de Müller aumentó: ahora quería conocer qué fue de la historia de los 18 protagonistas de un cortometraje que desapareció mientras Perón volvía del exilio.

A través de su suerte, se puede trazar una línea que muestra la violencia de los 70, el olvido posterior de mucho de lo que sucedió y, al ver la actualidad de la familia, la evolución que tuvo el país en estos 40 años.

Un material fantástico

Carlos Müller contó lo que le provocó ver ese corto: “Sentí un interés real que me fue guiando y abriendo puertas que revelaban datos, aunque no es un documental “detectivesco” porque lo que pasa con el mensaje que guardó ese corto por más de cuarenta años hace que lo emotivo esté en primer plano. Sentí que se trataba de un hallazgo y que había aún mucho por averiguar. Estaba recibiendo un mensaje perdido en el tiempo y en los caminos insondables del coleccionismo que debía ser entregado a sus destinatarios”.

Y sobre el momento que decidió continuar con la búsqueda de la familia, apuntó: “Empecé a buscar por el lado de los realizadores, no de la familia. Al no tener el corto títulos ni créditos, pensé que podría tratarse de un material de circulación clandestina, o un fragmento de una película mayor. Consulté a gente vinculada con el cine militante de los primeros 70 pero nadie parecía conocer el material. Llamados, mails, visitas y nada. Hasta que se lo mostré a Fernando Peña, quien providencialmente estaba preparando una semana de “Cine argentino perdido y recuperado” en su programa Filmoteca y me invitó a presentarlo. También a él –quizá quien más conoce del tema– le pareció fantástico el material. A partir de su aparición en la TV Pública, y la repercusión en las redes, se hizo todo más fácil ya que aparecieron el director y la familia”.

Una cápsula en el tiempo que puede reactualizarse en el presente

La vuelta de San Perón es un film militante y de propaganda, pero no por ello pierde valor histórico. ¿En qué momento el cine puede dejar los aspectos formales para continuar siéndolo, sin esos aspectos formales? Müller responde: “Dado que fue producido desde el canal del Estado, no es lo que se entiende como cine militante. En el caso de este corto no se trata una película clandestina que desmiente una versión oficial sino que, por el contrario, manifiesta esa versión oficial. Sin duda es un corto político y lo podemos tomar como un ejemplo del tipo de material que se había expresado primero en el cine militante y que luego con Héctor Cámpora se expresaba oficialmente.

Entre las distintas líneas narrativas que componen la película, la historia de lo que pasó en el país en los últimos 40 años tenía que estar, como también la historia previa del peronismo. Ese contexto está presente pero siempre teniendo en cuenta que lo más interesante para nosotros era resaltar el poder evocador del cine relacionado con la inmensa humanidad de esa mujer que protagoniza el corto. Creo que lo más fuerte, lo que más nos impactó al ver el corto por primera vez fue el estar frente a un mensaje que se había extraviado y que hacía de ese rollo en 16 milímetros una cápsula en el tiempo que podía reactualizarse en el presente. Por eso creo que, más allá de que el documental se llame La vuelta de San Perón, lo que está en primer plano es la historia humana y familiar de sus protagonistas».